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Almeida acusa sin pruebas a Sánchez de no apoyar a Madrid como sede de la agencia antiblanqueo

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante un pleno en el Ayuntamiento de Madrid, en el Palacio de Cibeles

Carmen Moraga / Irene Castro

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El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha defendido este martes en el pleno de Cibeles una moción de urgencia del PP para reprobar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que ha acusado de no haber votado la candidatura de Madrid como sede de la Agencia Europea contra el Blanqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo (AMLA), apoyando en cambio la de Frankfurt. Su teoría es que intercambió esa agencia para facilitar la elección de la exvicepresidenta y exministra de Economía Nadia Calviño, como presidenta del Banco Europeo de Inversiones, pero no ha aportado ninguna prueba.

En su intervención, Almeida ha asegurado que fue el propio presidente del Gobierno el que “dio la orden de no votar la candidatura de Madrid” y apoyar la de Frankfurt porque tanto Francia como Alemania había sido los dos países que apoyaron a Calviño para presidir dicho organismo. La moción ha salido adelante con los votos del PP y los de Vox y el rechazo del PSOE y Más Madrid.

“Ni una miserable carta, ni una miserable llamada. Sánchez no descolgó el teléfono para llamar a ningún Estado miembro para intentar que Madrid fuera elegida sede de la AMLA”, ha afirmado Almeida. Y todo, según el alcalde, porque “Calviño, en alianza con Pedro Sánchez, había sacrificado ya a Madrid para que fuera nombrada presidenta del Banco Europeo de Inversiones”, ha reiterado.

La concejala y portavoz del PSOE, Enma López, ha desmentido al alcalde y en su turno de palabra ha blandido en el atril una de las cartas que envió el pasado mes de enero Sánchez a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, en apoyo de la candidatura madrileña. Además, ha calificado la teoría de Almeida de “bulo” y le ha acusado de “deslealtad institucional”. “Son ustedes unos patriotas de hojalata”, le ha lanzado.

Según la versión del PP, durante la votación, que tuvo lugar el pasado 22 de febrero de forma conjunta por el Parlamento y el Consejo Europeo, Sánchez se decantó por Frankfurt, “perjudicando con ello gravemente los intereses de la ciudad de Madrid”. La ciudad alemana recibió 28 votos de los 54 emitidos, dejando a Madrid en segunda posición, con 16 y logrando con ello quedarse con la sede de un organismo que responde a la necesidad de controlar las acciones financieras ilícitas en la Unión Europea. La votación fue secreta.

El pasado viernes, el propio alcalde ya se quejó de este fracaso: “Éramos la mejor candidatura, una candidatura trabajada con el conjunto de la sociedad civil y con todas las administraciones”, dijo. “La capital madrileña era la mejor candidata y contaba con el respaldo del Parlamento Europeo y de su grupo mayoritario, el Partido Popular Europeo. Si Madrid no ha ganado ha sido por que el Gobierno de España no ha hecho los deberes”, remachó.

La versión del PP se contradice con lo que pasó

La versión que dan los populares, sin embargo, se contradice con lo ocurrido realmente. Según informa desde Bruselas Irene Castro, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid habían aplaudido la colaboración con el Gobierno en todo momento del proceso desde que hace meses los representantes de las tres instituciones viajaron juntos a Bruselas por primera vez para presentar la candidatura. Tanto el alcalde como la consejera de Economía, Rocío Albert, aseguraron que la candidatura “había trabajado como un reloj bien engrasado” y agradecieron al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, su labor. Pero eso cambió el jueves. Todo se rompió tras la votación.

El Consejo de la UE (donde están representados los gobiernos de los 27) maniobró para evitar que el Parlamento Europeo, que por primera vez participaba en el proceso de elección de una sede de estas características, tuviera peso real en la decisión final. Así, los representantes de los estados miembros se reunieron antes para decidir qué ciudad apoyaban. En ese proceso, ganó Frankfurt. 

La Eurocámara, que por su parte tenía otros 27 votos, hizo algo parecido, pero los eurodiputados ampliaron la elección: Frankfurt, Madrid, París y Roma. Por eso los votos se dividieron. La ciudad alemana obtuvo 28 votos favorables (justo para salir elegida en primera votación); Madrid quedó en segunda posición, con 16; seguida de París (seis) y Roma (cuatro).  

No obstante, se trata de una votación secreta y nadie sabe a ciencia cierta cómo se repartieron los apoyos. No se sabe si los 27 estados miembros mantuvieron disciplina de voto respecto a la decisión del Consejo y Frankfurt logró un voto de un eurodiputado -como sugiere el PP- o si recibió menos apoyos de las capitales (por ejemplo, si los estados miembros votaron sus respectivas candidaturas) y compensaron los representantes del Parlamento, que al fin y al cabo tenían la ciudad alemana entre las opciones preseleccionadas. 

El Gobierno no ha querido desvelar cuál fue su decisión. La revelación es delicada. Si apoyó a Madrid, puede ser percibido como un socio poco confiable en el seno del Consejo; y si optó por Frankfurt, traicionó a su propia candidatura. El ministro de Economía se limitó a responder en una entrevista con la Agencia Efe que habían apoyado la candidatura de Madrid “hasta el final” y rechazó la acusación de que se perdieran opciones por la salida de Nadia Calviño al Banco Europeo de Inversiones: “Nosotros trabajamos fuertemente para conseguir la presidencia del BEI y hemos trabajado fuertemente para conseguir la sede de la autoridad antiblanqueo europea. No ha habido suerte en el caso de Madrid”.

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