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Una segunda oportunidad laboral para los colectivos más vulnerables en los barrios

Mohammed Abdelrhaman trabaja con CEAR gracias a un convenio con el Ayuntamiento de Madrid

Angy Galvín / Matías de Diego

Mohammed Abdelrhaman tiene 30 años y llegó a España hace uno y medio. Decidió abandonar Sudán, donde nació, porque su vida estaba en peligro. “Tenía un problema familiar relacionado con el sistema de castas”, comenta a eldiario.es. “Desde mi país es muy difícil llegar a España. Obtuve un visado hasta República Dominicana y, desde allí, conseguí llegar y solicitar asilo por todas las complicaciones que tenía en mi país”, añade.

“Estuve cinco o seis días en el aeropuerto hasta que entré en uno de los centros de acogida de refugiados de CEAR”, relata Mohamed, que ahora trabaja con la Comisión Española de Ayuda al Refugiado construyendo un huerto en una de las plazas del centro de Madrid, a la espera de que el Ministerio del Interior resuelva su solicitud de asilo.

Él es miembro en uno de los tres grupos de trabajo de CEAR. Esta entidad, junto con otras seis, forma parte de un proyecto del Ayuntamiento de Madrid que busca favorecer el equilibrio entre los distritos y mejorar las oportunidades laborales de los colectivos más vulnerables.

“La idea surge de cruzar varias necesidades: la atención a la población vulnerable, la atención al entorno urbano de determinados barrios y, en tercer lugar, la actividad de toda una serie de entidades sin ánimo de lucro”, relata el delegado de Coordinación Territorial del Ayuntamiento, Nacho Murgui.

Todas las entidades que han firmado el convenio con el Consistorio –que van desde fundaciones de carácter religioso, hasta CEAR o Progestión– crean un “Equipo de Actuación” para su distrito, es decir, eligen a un conjunto de trabajadores para realizar acciones concretas en su entorno más cercano durante el período de vigencia del convenio.

Hasta ahora, 166 personas –entre ellas, refugiados, mayores, parados de larga duración, menores tutelados y discapacitados– forman parte de este programa que cuenta con un presupuesto de 3,8 millones de euros para intervenir en las zonas y los barrios más vulnerables de la capital. “Está previsto seguir creciendo y continuar con los 13 distritos en los que estamos trabajando hasta ahora y aumentarlo a dos distritos más: Retiro y Cañada Real”, cuenta Murgui. 

Para el delegado de Coordinación Territorial este tipo de programas son importantes “en términos de integración social” ya que realizan “una función socialmente útil, socialmente valorada, que además incide en la mejora del entorno”. “Estos equipos ayudan a cuidad y mejorar el entorno de algunos barrios y mejoran la calidad de vida de los sectores más vulnerables de la población”, añade.

En CEAR, por ejemplo, además de ayudar a mejorar la empleabilidad de los solicitantes de asilo, la asociación cuenta con un técnico de empleo “para hacer itinerarios personalizados de acompañamiento hacia el empleo y una formación sobre prevención de riesgos laborales, intervenciones urbanas y mediación vecinal”, cuenta Montse Fernández, coordinadora técnica de los Equipos de Actuación Distrital de CEAR.

“Antes trabajaba en casas, pero cuando escuché que existía este proyecto decidí formar parte de él”, asegura Claudine Iwana Ampwe. Claudine es otra beneficiara del programa. Llegó a España desde la República Democrática del Congo hace diez años y desde hace tres meses trabaja con el equipo de CEAR. “Espero que sigan haciendo estos programas porque ayudan tener un trabajo con un contrato de un año”, pide.

El equipo de Carabanchel

En el caso de Carabanchel, la Fundación San Martín de Porres se encarga de gestionar el Equipo de Actuación del distrito. Laura Pierna, coordinadora del programa, asegura que éste se basa en tres puntos principales: la reinserción sociolaboral de colectivos vulnerables, la mejora del entorno urbano y la concienciación ciudadana con respecto a la preservación del medioambiente.

Gracias al convenio con el Ayuntamiento, la Fundación San Martín de Porres da trabajo a doce personas. No existe un tipo específico de beneficiarios del programa, pero sí que son personas con dificultades económicas, que llevan mucho tiempo en el paro, que reciben una prestación económica muy baja o que sufren problemas familiares.

“El equipo detecta las necesidades del distrito, bien porque hemos hecho un estudio previo, o bien porque el tejido asociativo nos comenta sus necesidades”, explica la coordinadora. “Después, nosotros hacemos una petición de actuación al Ayuntamiento”, añade.

En Carabanchel, los beneficiarios del programa se encargan de múltiples tareas, desde arreglar baldosas levantadas a limpiar un punto del distrito. Están dirigidos por Eugenio, al cual le ofrecieron la posibilidad de montar el equipo porque estaba desempleado y en una situación precaria.

Pierna aclara que los trabajadores de los Equipos de Actuación Distrital no sustituyen el papel de los trabajadores del Consistorio: “Nos encargamos de subsanar puntualmente una incidencia. En ningún caso asumiríamos, por ejemplo, la limpieza del distrito”.

“Además,  los vecinos de algunos barrios, como el de Carabanchel, se han organizado para recoger firmas pidiendo que se aumenten y que se garantice la continuidad de los equipos”, destaca Murgui. El delegado espera que este proyecto siga creciendo y que se desarrolle “una concepción de colaboración entre la sociedad civil y la administración pública, que se base en la capacidad de autoorganización de la sociedad para resolver sus problemas mediante la integración de todos estos sectores vulnerables”.

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