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Cientos de vecinos de Villaverde y Getafe protestan contra Mad Cool, primer evento de un recinto que “es una invasión”

Manifestación vecinal contra el Mad Cool frente a los terrenos que acogerán el festival y otros eventos musicales.

Guillermo Hormigo

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“Más cultura y menos basura” ha sido una de las proclamas más repetidas este martes en la primera gran manifestación de vecinos del distrito madrileño de Villaverde y el municipio de Getafe contra el desarrollo del festival Mad Cool del 6 al 8 de julio, así como otros eventos musicales de fechas venideras, en un terreno situado a pocos cientos de metros de sus casas (apenas 350 en las viviendas más perjudicadas). Una marcha en dos columnas que han partido de la Colonia Marconi en Villaverde y de Getafe Norte, respectivamente, hasta encontrarse en las inmediaciones del futuro recinto de macroacontecimientos musicales.

Un lugar al que, pese a los continuos rumores, Mad Cool no confirmó que se trasladaba hasta el 12 de junio, después de tres ediciones en Valdebebas (donde también abundaron las quejas vecinales). Se trata de un solar en el extremo sur de Villaverde con 185.000 metros cuadrados, a más de un kilómetro de las paradas más cercanas de Metro o Cercanías, rodeado de carreteras (como la M-45 en su extremo sur) y en lo que hasta hace poco tiempo era un campo de trigo.

El emplazamiento ha sido bautizado por los promotores como Nuevo recinto de festivales de Madrid. La idea es heredera de la Ciudad de la Música que conceptualizó la exvicealcaldesa Begoña Villacís, aunque poco queda de la mayoría de sus elementos (no hay rastro de centros de estudios en imagen y sonido, salas de ensayo o espacios de producción musical). De momento solo se ha puesto en marcha este solar para eventos musicales, a 350 metros de viviendas del norte de Getafe y entre 500 y 600 de la Colonia Marconi.

La protesta ha servido para articular la oposición vecinal a un proyecto que va mucho más allá del propio Mad Cool: ya están programados el concierto de Harry Styles el próximo 14 de julio, el Reggaeton Beach Festival del 22 al 23 del mismo mes y el Coca-Cola Music Experience durante el 1 y 2 de septiembre. Además, el recinto se ofrece para las giras internacionales del año 2024, para las que contará con un pequeño palmeral y la posibilidad de graderíos adicionales con una capacidad de hasta 14.000 personas. Por si había dudas sobre la viabilidad comercial del espacio, la cervecera Mahou ha adquirido el 51% de la empresa que lo gestiona (Mad Cool Events, creada por las mismas personas que organizan el festival), por lo que su asentamiento en el solar parece fuera de toda duda.

Al menos desde el punto de vista económico, porque los residentes del entorno no se han quedado de brazos cruzados y luchan contra el impacto medioambiental de la iniciativa. La movilización de este martes ha sido convocado por la Plataforma Stop Mad Cool Villaverde, la Asociación Vecinal Getafe Norte, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Getafe, la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid y la Federación de Asociaciones contra el Ruido.

“Es destrozar dos distritos, tanto en ruido como en movilidad. Valdebebas no lo quería. El sur tampoco”, aseguraron a este medio desde la plataforma Stop Mad Cool Villaverde, que agrupa colectivos vecinales de Colonia Marconi, Villaverde Alto, Getafe Norte y la urbanización de Los Molinos. Sus habitantes han visto transformarse en pocos meses un descampado lleno de trigo, erizos, conejos y perdices en un recinto para macrofestivales con vocación de acoger varias citas de gran tamaño cada poco tiempo.

Movilidad, ruido y suciedad como grandes preocupaciones

Gema, una de las portavoces de Stop Mad Cool Villaverde, se desahoga en conversación con este diario cuando la concentración está a punto de arrancar: “Nos preocupa mucho la movilidad. Casi toda la calle alrededor de Marconi es de un solo carril, hay muchas curvas y solo va a haber dos accesos habilitados . Si entran aquí 10.000 o 20.000 coches va a producirse un colapso tremendo. La zona no está preparada”. Durante la marcha, que ha tenido su momento culmen con un manifiesto leído junto al recinto del Mad Cool cuando ambas columnas se han encontrado, otro residente apuntaba que “me va a tocar aparcar a la altura del polígono industrial y dar un buen paseo”.

Aunque esta es su principal preocupación, Gema critica igualmente que “solo va a dejar ruido, suciedad, vómitos, orines y botellones a los vecinos”. Raquel, vecina de toda la vida de la Colonia Marconi, dice que ha acudido a la manifestación con su hijo y “por él”, porque “necesitamos cultura y muchas cosas para los más pequeños y los jóvenes, pero no esto. Que puedan salir teniendo un ocio digno, y que también puedan descansar cuando lo deseen”.

Varios vecinos lamentan que “como estamos en el sur nos traen lo que no quieren en el norte, hacen negocio con nuestros barrios y nuestras vidas”. Una de ellas elucubra: “Por lo que sea han querido trasladar esto del Mad Cool aquí desde Valdebebas, donde ya sabemos que maneja muchos asuntos quien ejerce de alcalde de Madrid en la sombra”. Gema recuerda que “esta nueva contaminación lumínica y sonora se une a todo lo que ya soportamos a nuestro alrededor: las plataformas logísticas, las incineradoras y muchos residuos”.

Sobre la ahora olvidada Ciudad de la Música, cree que fue “la forma de vender la moto para ganar simpatizantes mientras nos encasquetan esto. Por suerte pensaban que nos íbamos a callar y no ha sido así”. Opina que lo que ahora se les avecina “no es una inversión, es una invasión”. No descartan emprender acciones legales una vez Mad Cool y el resto de actividades echen a andar si sus “temores fundados” se confirman.

Desde la A.V. Getafe Norte aseguraron en declaraciones a Somos Madrid que el informe acústico que la organización les ha presentado, con hasta 55 decibelios en horario nocturno sobre sus casas, “no se lo cree nadie”. Para Gema, “el ruido va a ser increíble”. Aunque el área afectada de Villaverde se encuentra algo más lejos que el norte de Getafe, a unos 500 metros, “es todo en línea recta y sin ningún obstáculo, va a a ser un impacto tremendo”.

Antes de esta manifestación, muchos residentes de Villaverde y Getafe ya protestaron desde sus balcones contra la presencia del festival. Asimismo, han presentado alegaciones al expediente municipal abierto por el Ayuntamiento que comanda José Luis Martínez-Almeida para conceder la licencia a Mad Cool. Ecologistas en Acción ha emprendido igualmente estas mismas acciones.

Una cuestión política en medio de un mar de dudas

También han llegado quejas del propio consistorio de Getafe, liderado por la alcaldesa socialista Sara Hernández. En la concentración (a la que según el Ayuntamiento getafense se han sumado alrededor de 2.000 personas) han estado presentes de hecho varios concejales socialistas de Madrid y Getafe, incluso el portavoz popular en esta última localidad, Antonio José Mesa. También el edil de Más Madrid en la capital Álvaro Fernández Heredia.

“Ni el Ayuntamiento de Madrid ni los promotores del recinto han contado con el Ayuntamiento de Getafe para elaborar los planes de impacto acústico, movilidad, seguridad o limpieza”, denunciaban desde el Gobierno del municipio en una nota de prensa, “una situación que generará importantes problemas en la ciudad e indefensión”. Además, subrayaban que “decenas de miles de vehículos privados utilizarán Getafe para acceder al recinto o bien para aparcar, con los problemas derivados que ello supone”. El Ejecutivo local avanzó “un despliegue de seguridad” para “garantizar el bienestar de los vecinos” en su término municipal y anuncia que para ello “tomará tantas medidas como sean necesarias, dentro de sus competencias”.

Esta nueva contaminación lumínica y sonora se une a lo que ya soportamos a nuestro alrededor: las plataformas logísticas, las incineradoras y muchos residuos

Pero la inquietud ha crecido entre los posibles afectados ante algunos pasos en falso por parte de Mad Cool Events, como su errático plan de movilidad. En un primer momento anticiparon que la mitad del público acudiría en coche (vehículo particular, taxi o VTC), hasta 40.000 personas, un hecho que podría colapsar aún más los accesos. Posteriormente han modificado estas previsiones y reforzado las posibilidades de llegar y abandonar el lugar en transporte público: la línea 3 estará operativa excepcionalmente hasta las 4.00 (con parada en Villaverde Alto, Legazpi, Embajadores y Sol). La organización del festival sufragará estos gastos, así como los autobuses lanzadera contratados a la Empresa Municipal de Transportes (EMT), que efectuarán el trayecto entre el nuevo recinto y la glorieta de Legazpi.

El nuevo espacio de Villaverde contará, eso sí, con una importante inyección de dinero público. En 2022, Mad Cool recibió hasta 2,5 millones de euros de las administraciones públicas madrileñas (1,4 del Ayuntamiento y 1,1 de Comunidad, según El Periódico de España). Este año repetirá gracias a los 1,08 millones previstos por el Gobierno de Ayuso y una subvención similar del consistorio de la capital.

Estas aportaciones de la administración madrileña han sido otra de las comidillas en la marcha. Uno de los vecinos más veteranos recuerda que de pequeño, en una parcela cercana, se subía a los árboles de alrededor “para ver el cine de verano”. Comenta que estaría en todo su derecho de hacer lo mismo con los conciertos, dado que “los estamos financiado entre todos”. Ellos especialmente, eso sí, ya que lo pagarán además con su descanso personal y el espacio de su propio barrio.

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