Lavapiés celebra el Día de la Lengua Materna convocado por la comunidad bangladesí del barrio
El Día Internacional de la Lengua Materna fue aprobado por la Unesco en 1999 a instancias de Bangladés y persigue preservar y proteger todos los idiomas y dialectos que se hablan en el mundo.
El 21 de febrero de 1952 unos estudiantes que reivindicaban la oficialidad en Pakistán de su lengua, el bengalí, en medio de una manifestación y de un paro general en el país, fueron asesinados a tiros por la policía. Por aquel entonces, la provincia de Bengala, futuro Bangladés (no logró su independencia como nación hasta 1971), había quedado dividida entre India y Pakistán y este último país había impuesto el urdú como única lengua del estado en 1947.
Aquellos hechos dieron pie al Shohid Dibosh (Día de los Mártires). Con el tiempo, se tomaron como referente para el reconocimiento mundial de todas las lenguas maternas.
En Lavapiés la bangladesí es una de las comunidades migrantes más numerosas. Con fuertes vínculos con los colectivos sociales y culturales activos en el barrio de Embajadores, de la mano de la asociación Valiente Bangla ha tomado la batuta de la celebración del Día de la lengua Materna, convocando a las 17 horas de esta tarde en la plaza de Lavapiés a cuantos vecinos quieran acompañarlos.
La cita será un canto a la diversidad cultural y, a la vez, un acto reivindicativo en el que se insistirá en pedir la regularización administrativa de todas las personas migrantes que viven en España y un verdadero acceso universal a la sanidad pública, según Elahi Mohammad Fazle, presidente de Valiente Bangla.
De la plaza de Lavapiés quienes acudan a la llamada de Valiente Bangla marcharán en pasacalles hacia la cercana plaza de Arturo Barea, donde se desplegarán una serie de pancartas en bengalí, se recogerán firmas a favor de la regularización de personas sin papeles y tendrá lugar un pequeño acto. De ahí se partirá hacia el centro de salud de Lavapiés, donde finalizará la celebración de este día.
Polémica en el pleno de Centro
El último pleno de la Junta Municipal de Centro rechazó -con los votos de PP, Ciudadanos y Vox- una propuesta del grupo municipal Más Madrid que, con motivo de la celebración de este Día Internacional de la Lengua Materna, buscaba “afirmar el compromiso del distrito con la diversidad intercultural y con la erradicación de toda forma de racismo y xenofobia”, algo que pretendían materializar rotulando en lenguas como el bengalí, wolof y árabe -las mayoritarias entre la población migrante del barrio de Embajadores- la cartelería de los centros municipales situados en la zona, además de ofrecer en ellos “talleres y cursos destinados específicamente a tales comunidades lingüísticas, con el fin de potenciar la integración intercultural y la diversidad en el distrito”.
Según expresó el portavoz de Ciudadanos, Ignacio Perelló, a la hora de justificar el voto en contra de su formación y sin dejar de aclarar que “Madrid está con la inmigración”, esa propuesta iba dirigida a “convertir Lavapiés en gueto”. Para los grupos políticos de la derecha, rotular carteles de centros municipales en lenguas migrantes no favorecía la pretendida integración de estas comunidades.
Para la asociación Valiente Bangla, que desde hace años viene reivindicando la importancia de contar en la administración y en los centros de salud con intérpretes de las lenguas que hablan un porcentaje significativo de la población residente en Centro y, especialmente, en el barrio de Embajadores, la atención en distintos idiomas en absoluto desincentiva el aprendizaje del español por parte de la población migrante, sino que es algo necesario para acompañar en el proceso de adaptación al distrito y al país de los nuevos vecinos.
En un artículo de opinión que firma este lunes el presidente de Valiente Bangla junto a Xabel Vegas, vocal vecino de Más Madrid en la Junta de Centro, se destaca que “la comunidad bangladesí que reside en el centro de Madrid es una de las más importantes de toda Europa continental y es habitual ver carteles en el barrio en idioma bengalí”.
Al mismo tiempo, afirman que “rotular la cartelería de los centros municipales en las principales lenguas que se escuchan en Lavapiés o contar con libros publicados en esos idiomas entre los fondos de las bibliotecas públicas del distrito sería tan solo una forma de decirle a nuestros vecinos y vecinas que son bienvenidos, que esta ciudad también es suya y que la integración no consiste en exigirles que dejen su maleta cultural a la puerta cuando llegan. Es la manera de señalar que el proyecto de convivencia intercultural exige un esfuerzo bidireccional: no solo de quien es acogido sino también de quien acoge”.
“La diversidad es una de las señas de identidad más destacadas de Madrid. La ciudad se ha construido como un espacio de convivencia creado por millones de mujeres y hombres, inmigrantes tanto internos como externos, que a lo largo de la historia han escogido sus barrios para vivir y que han hecho de Madrid su hogar. Por eso la madrileña es una sociedad particularmente acogedora, que sabe apreciar la diversidad y que quiere enriquecerse con las aportaciones culturales de sus vecinos de origen extranjero. Así somos y así queremos ser. Porque si algo caracteriza a Madrid es que uno es madrileño desde el mismo día que pisa por primera vez la ciudad, sea cual sea su lugar de nacimiento”.
“La banda sonora de Lavapiés está compuesta por toda una orquesta de idiomas y acentos de origen europeo, asiático y africano (...) Lavapiés es ya un referente internacional de convivencia. Y lo es gracias a que sus vecinos y vecinas, sean del origen que sean, han sabido poner en valor la riqueza cultural que supone la diversidad. Pero además podría ser también un ejemplo de políticas de integración y un modelo a nivel europeo de cómo gestionar el pluralismo cultural. Para ello necesitamos un ayuntamiento que no le dé la espalda a ningún madrileño por su país de nacimiento o por su lengua materna”.
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