La Marcha Negra desde el barrio

La gente se agolpaba en la balconada y la pradera del desnivel con Princesa al paso de la marcha minera. Se desparramaba desde el barrio a Gran Vía por la porosidad de sus calles, como sucedió en otras zonas durante todo el recorrido desde Moncloa a Sol. En los últimos tiempos, al ritmo creciente de la crisis y la movilización social, Malasaña se va convirtiendo en orilla de los grandes escenarios de la agitación ciudadana.

Ayer llegaron a Madrid los mineros, que con varios cientos de kilómetros a las espaldas habían venido a Madrid desde las cuencas mineras - en Asturias, las castillas, Andalucía y Aragón - para proseguir en la capital la lucha que llevan meses librando en sus lugares de origen.

El recibimiento debía darse en en escurialense plaza de Moncloa hacia las 22 h., pero la marcha hizo esperar casi una hora a los millares de personas que allí esperaban a sus héroes. Se habían dado cita sindicalistas de toda la vida y miembros de sindicatos minoritarios, pancartas del 15M, profesores con sus reconocibles camisetas verdes, trabajadores de Telemadrid en lucha, miembros de la Marea Negra del ayuntamiento, y una masa variopinta de madrileños (y venidos de otros lugares de España) fundidos en gritos de desobediencia y emociones compartidas.

Emociones. Si algo destacó en la jornada de ayer más allá de la pólvora y la silueta mitificada de los mineros fue el tinte emotivo del ambiente. Los mineros también lloran, se emocionan al ver nacer una montaña de cabezas para recibirles, como se emociona la gente a su paso.

Abrían la marcha los bomberos de Madrid, muy vitoreados (este colectivo empieza a convertirse en una gloria madrileña para los más contestatarios). Y el estribillo de la noche: “Traigo la camisa roja / tranlaralará, tranlará, tranlará. Mirai, mirai Maruxina mira, / mirai como vengo yo/ de sangre de un compañero ”

Aunque los mineros se paraban a dar las gracias a la gente y se abrazaban con ellos hubo muchos que echaron “de más” el cordón que les rodeaba, aunque cabe preguntarse si hubiera sido posible la llegada de la marcha minera en bloque hasta Sol sin dicha separación.

Tras recoger a mucha gente en Plaza de España y Gran Vía, la marcha apretaba el paso ya pasada la una de la madrugada, pasando de largo Princesa y Montera para desesperación de los más cansados. Finalmente, la marcha entró en la Puerta del Sol por Alcalá. Con los apliques de los cascos encendidos, una carrera (y algún resuello) entraron en la plaza entre gritos de “Sí se puede”, “Madrid, obrero, está con el minero” y “Esta es, nuestra selección”

Hoy a las 11:00 de la mañana los mineros se manifiestan de nuevo en Madrid, salen de la Plaza de Colón para llegar al Ministerio de Industria. La gente del Patio Maravillas ha anunciado que en el Centro Social de la Calle del Pez se celebrará una comida con mineros abierta a quien quiera encontrarse con ellos a las 13:00 h.