Tino Calabuig, el artista 'outsider' que está detrás de los cuadros que se ven en Marqués de Santa Ana
El artista visual y realizador Tino Calabuig (Colmenar de la Oreja, 1939) tiene su residencia-taller en Malasaña desde hace 20 años. Hace dos semanas se tenía que haber inaugurado una gran retrospectiva sobre su trabajo en las salas de Zapadores, Ciudad del Arte, en el distrito de Fuencarral, pero como la pandemia del Covid-19 ha frustrado momentáneamente el plan, el veterano creador, mientras espera a que todo esto pase, ha decidido mostrar algunas de las obras que formarán parte de la mencionada exposición en sus balcones del número 17 de la calle Marqués de Santa Ana, ahora que la hoja de ruta de la desescalada del confinamiento permite a los vecinos pasear por el barrio y hacer deporte atendiendo a determinadas franjas horarias.
En esos balcones se pueden ver tres trabajos suyos -dos autorretratos y una pintura más- y, aunque lo sospechábamos, el artista confirma en conversación telefónica con este periódico que la elección de las obras que muestra nada tiene que ver con el azar, sino que “guardan relación con la situación que estamos viviendo”.
“En una de las pinturas unos monstruos persiguen a unas personas y habla del pánico a algo desconocido que invade el espacio ordinario de la gente, como está sucediendo ahora”, explica Calabuig, al que en un autorretrato de gran formato se le puede ver con el rostro cubierto por una máscara y “un aire dramático”. En la tercera de las obras expuestas, de nuevo un autorretrato, aparece el artista con un lápiz de carpintero en la mano: “Es un autorretrato de reflexión donde estoy pensando sobre qué está sucediendo, que es algo que en estos días hemos hecho todos”.
Calabuig siempre se ha manifestado a favor de que el arte se muestre en la calle e, incluso, durante un par de años varias de sus piezas permanecieron detrás de la valla que cerraba el solar de al lado de su casa, donde tenía algo así como un museo secreto al aire libre del que disfrutaban los vecinos de alrededor desde sus ventanas y balcones y cuanto transeúnte encontraba al propio artista en su interior y le pedía permiso para pasar y ver qué era todo aquello.
“El arte lo veo siempre en la calle, accesible a la gente, en espacios públicos donde se pueda ver de forma gratuita y siendo disfrutado sin ser necesario tener dinero para comprarlo. Las calles desérticas de estos días daban una sensación de pueblo fantasma y mostrando alguno de mis trabajos en el balcón también quería hacer ver que esto sigue vivo”.
Outsider, rebelde, político y muy vivo
Outsider, rebelde, político y muy vivoOutsider
Tino Calabuig ha expuesto recientemente con éxito en el espacio La Neomudéjar -Mata Caín, en formato instalación- y tiene obra en museos como el Reina Sofía y el MACBA de Barcelona. Sin embargo, es un creador poco conocido fuera del mundo del arte. Tras años con la etiqueta de outsider prendida a la solapa, casi a modo de bandera, cuenta el artista que ahora lo que quiere es que la gente vea lo que está haciendo.
De larguísima trayectoria y aún en activo, se inició como pintor en los años 60. Tras una estancia en Estados Unidos -donde en lo artístico entró en contacto con el expresionismo abstracto de la Costa Oeste y en lo personal, con la lucha de los movimientos sociales de la época-, regresó a España en 1967 y fue abandonando poco a poco los pinceles para abrazar otras disciplinas como la serigrafía, la fotografía y la escultura; ser pionero de lo que más tarde se conocería como instalaciones artísticas y dedicarse también al mundo de la realización cinematográfica.
Fundador, junto con el diseñador Alberto Corazón, del taller y galería Redor en los primeros 70, un lugar donde el arte no comercial y el activismo en favor de la democracia se daban la mano, ha seguido produciendo una inmensa cantidad de obra a lo largo de los años, la mayoría de la cual permanece en la casa-museo que posee en su pueblo natal. Su arte, en sus distintas manifestaciones, es claramente político y militante.
De su faceta como cineasta destaca el cine documental y combativo que realizó a partir de la segunda mitad de los años 70 aunque, como curiosidad, no podemos dejar de mencionar el hecho de que Calabuig fue el realizador de un anuncio de la Dirección General de Tráfico que seguro que permanece en la cabeza de la mayoría de nuestros lectores: ¿Quién no recuerda a Stevie Wonder diciendo aquello de “Si bebes, no conduzcas”?
La trayectoria de este artista puede verse resumida en el reportaje 'Tino Calabuig, un viejo rebelde' que le de dedicó La Aventura del Saber, en la 2 de TVE, hace poco más de un año.
Tino Calabuig. Un viejo rebelde
La ciudad es nuestra (1974) es una de sus películas más conocidas:
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