Ventiladores gigantes llegan al Metro de Madrid y causan más sorpresa que refresco: “Entra aire calentorro”
Es mediodía del viernes y el andén de la línea 1 de Sol está a rebosar. Trabajadores, turistas y jubilados o jóvenes de paseo esperan la llegada de un tren que les lleve a Tirso de Molina, Atocha o Vallecas. Una familia, sin embargo, se agolpa unos metros más alejada de las vías, junto a un enorme máquina que arroja aire a los viandantes.
Andrés, Carlitos y Natalia vienen de Bolivia, aunque ella reside en Pamplona. Lo que les atrapa es uno de los 20 equipos de refrigeración que Metro de Madrid ha instalado en distintas estaciones a comienzos de mes. La Comunidad de Madrid los ha colocado en diez estaciones las líneas 1 y 5, mientras que pronto llegarán a otras diez. El objetivo es “paliar los efectos de las altas temperaturas propias de esta época”, según indica la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras (impulsora de este proyecto piloto para la climatización de la red suburbana).
El de esté andén de la línea 1 de Sol es uno de los aparatos más particulares por su ubicación, ya que no se encuentra en ninguno de los costados, sino en el centro del pasillo. “El viento está bien, pero lo mejor son las gotitas que nos caen”, dice Andrés a Somos Madrid. Es otra anomalía de este dispositivo, ya que los que comprobamos en otras paradas no emiten agua al exterior con tanta fuerza, aunque la utilicen para funcionar. Quizá por estar programados a una potencia menor. Puede que por ese motivo a los pocos minutos llega un empleado de Metro, que ajusta algunos parámetros.
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso define estos nuevos elementos como “máquinas de alta eficiencia”. Están situados o lo estarán en diez estaciones de la línea 1: Sol, Chamartín, Alvarado, Iglesia, Antón Martín, Estación del Arte, Atocha, Puente de Vallecas, Buenos Aires y Alto del Arenal. Asimismo, otros diez se enfocan a la línea 5: Callao, Alonso Martínez, Gran Vía, Chueca, Ópera, Diego de León, Núñez de Balboa, La Latina, Puerta de Toledo y Acacias.
Ya se han instalado los primeros 20 ventiladores y próximamente se procederá a colocar los otros 20. Estos elementos funcionan con agua y se activarán de 11.30 a 21.30, cuando las temperaturas en el exterior superen los 30ºC, o cuando la Agencia Estatal de Meterología (Aemet) informe de la llegada de olas de calor. Es el caso de este fin de semana.
Los usuarios lo agradecen, con matices
“¿Estos ventiladores son para paliar el calor en las estaciones sin aire acondicionado? Si es así, aparte del insoportable ruido, apenas refresca salvo que estés pegado. Se agradece pero no es suficiente”, protestaba en cambio desde sus redes sociales una usuaria.
Belén, otra viajera que toma la línea 1 en Sol, se muestra menos crítica: “Se agradece, sobre todo en en combinaciones largas. Yo paso por aquí varias veces por semana así que algo es algo”. De camino a otra de las estaciones que cuentan con estos elementos, un ciudadano que efectúa el trasbordo hasta la línea 2 pide participar: “Ya podrían poner los ventiladores también en este andén”, se limita a decir.
En Chueca, los ventiladores no ofrecen goteo alguno. Enfundada en una camiseta del Real Betis, Ana defiende la iniciativa como enfermera: “Por mi profesión sé de primera mano que todo lo que ayude a prevenir golpes de calor está bien”. Matiza, eso sí, que “te tienes que poner en este lado”. Cada andén cuenta con un solo aparato colocado en uno de sus extremos, así que el aire llega con suerte hasta la mitad del andén. Por ello, uno de los riesgos del proyecto piloto es la aglomeración de viajeros en aquellos costados donde se colocan los aparatos.
La principal crítica de Ana, sin embargo, es más directamente palpable: “Entra aire calentorro”. El goteo del ventilador de Sol mitigaba esta sensación, pero en Chueca resulta mucho más evidente. Varias quejas en redes apuntan también al efecto contaminante de la medida, un contraste evidente con la campaña de concienciación medioambiental que toma las paredes de la red subterránea.
Pero la mayoría de usuarios ni siquiera están enterados de la iniciativa. Una mujer que se dirige a los andenes en Chueca responde extrañada cuando es preguntada sobre estos ventiladores: “No sé de qué me estás hablando”. Lo descubrirá en unos pocos segundos... si se coloca a ese lado del andén.
En Ópera, última parada de este viaje, Daniel y Lucy se abanican con energía tratando de mitigar el calor y el sudor que les provoca. Ni siquiera se han percatado que a unos metros, en el fondo de ese mismo andén, un enorme ventilador está a pleno rendimiento. “¡Que lo pongan en los dos lados!”, reclama él. “Como el andén es curvo aquí ese viento ni nos roza”, completa ella.
“La idea es mejorar la sensación térmica y el confort de los viajeros mientras esperan en los andenes la llegada de los trenes”, defienden desde Metro de Madrid en respuesta a las preguntas de este medio, sin especificar una bajada prevista en la sensación térmica. No aclaran la inversión efectuada, aunque sí que “el proyecto se ha hecho con algunos ventiladores que se han reutilizado y adaptado de los talleres”. Puntualizan que las 20 estaciones elegidas se han seleccionado “por su mayor demanda de viajeros y porque cuentan con material móvil más antiguo, que desprende más calor”.
Metro también 'se ventila' a sus trabajadores
Además de los 40 ventiladores que han colocado en las estaciones, desde Metro también han encargado otros 30 aparatos para sus centros de trabajo. El propósito es “aliviar las condiciones térmicas en trabajos de alta carga metabólica o en proximidad de focos de calor”, siguiendo la prescripción del Servicio de Prevención Laboral. En definitiva, mejorar las condiciones de la plantilla y hacer más llevaderas y efectivas sus tareas en los meses veraniegos. La inversión total de esta actuación en los espacios laborales alcanza los 59.000 euros, según la documentación consultada por este periódico.
Actualmente, el suburbano cuenta con un Gestor Inteligente de Ventilación (GIV), que permite controlar de forma individualizada los ventiladores de menor dimensión integrados en las propias estaciones y lograr su programación óptima, actualizándose cada ocho horas. Con este sistema se controla la totalidad de la instalación de la red, formada por cerca de 900 de estos dispositivos.
Metro asegura que “aumentará las revisiones periódicas del aire acondicionado de todos los trenes que circulan por la red”. Y añaden: “De producirse una avería puntual, el convoy se envía inmediatamente a reparación y se arregla en un plazo máximo de un día”. Otra de las medidas implementadas desde hace meses es la desactivación de la apertura automática de las puertas para conservar la temperatura fría del interior de los coches.
Ana, que se explaya en su conversación mientras espera la llegada del Metro (el panel marca 7 minutos), lamenta que algunos de los trenes que circulan por la línea 5 todavía carecen de aire acondicionado o funciona con deficiencias: “Depende de pillar uno bueno”. Ahora, al menos, ameniza la espera cerca de un ventilador gigante que “algo hace, aunque sea psicológico”.
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