Mazda MX-5: más de lo mismo, pero mejor
Sin cambiar nada de lo esencial, como hacen todos los fabricantes que tienen la suerte de disponer en su catálogo de un modelo icónico, Mazda acaba de actualizar de manera discreta su coche más emblemático, el MX-5, un roadster del que se han vendido más de un millón de unidades desde su lanzamiento en 1989 y que se halla en el ecuador de su cuarta generación.
Las mejoras afectan sobre todo a los motores, el diseño y la estructura interna del coche, el comportamiento en carretera y el equipamiento de seguridad. Como es ya habitual, el MX-5 se ofrece (desde principios de septiembre) tanto con el tradicional techo de lona (soft top, o ST) como en versión de techo rígido plegable (RF), que acumula el 65% de los pedidos desde que se incorporó a la gama en 2016.
En cuestión de diseño, lo más notable son los nuevos colores de las llantas de aleación y la capota de lona de color marrón que ahora está disponible en la versión especial MX-5 Soft Top Nappa Edition. Más valor tienen los cambios que acoge el interior, particularmente la incorporación de regulación en profundidad del volante (una crítica recurrente en generaciones precedentes) y de los estándares de conectividad Apple CarPlay y Android Auto.
Los motores siguen siendo los mismos que hasta ahora, pero con mejoras de calado que les permiten, entre otras cosas, cumplir con el nuevo procedimiento de homologación WLTP y la normativa de emisiones Euro 6d-Temp. El más pequeño es un gasolina 1.5 Skyactiv-G que rinde 132 caballos y entrega más par que el anterior, resulta más refinado y logra unos consumos inferiores y mejor comportamiento ambiental.
Por arriba, el propulsor de gasolina 2.0 Skyactiv-G gana nada menos que 24 caballos que elevan la potencia total hasta los 184 CV, dispone de un régimen de giro máximo superior (llega a las 7.500 rpm) y un par motor más elevado. En carretera, se presenta como un motor mucho más contundente que aquel al que reemplaza, tanto en la parta baja como en la más alta del cuentarrevoluciones.
Las versiones ST se combinan con un cambio manual de seis velocidades y las RF pueden llevar también una transmisión automática de las mismas relaciones. Estas últimas estrenan además en su dotación de seguridad las siguientes ayudas a la conducción: sistema de asistencia a la frenada en ciudad, tanto delantero como trasero, con detección de vehículos, peatones y obstáculos; detector de fatiga del conductor, cámara de visión trasera y sistema de reconocimiento de señales de tráfico.
El nuevo MX-5 se pone a la venta con un descuento base de 2.000 euros. Si se suma esta cifra a los 1.591 de la financiación de la propia marca, tenemos que la versión más asequible del roadster de Mazda, el ST con motor 1.5 y acabado Origin, sale por 21.729 euros. La más equipada, que corresponde a un modelo RF 2.0 en terminación Zenith Nappa Safety, cuesta 30.129 euros en las mismas condiciones, y la más vendida (RF 2.0 Zenith) se oferta por 29.229 euros. El sistema FlexiOpción de Mazda, que permite cambiar de vehículo cada dos, tres o cuatro años, agrega 1.000 euros de rebaja adicional.
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