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Toyota, la marca más preparada para cumplir los límites de CO2 en 2021

Toyota Corolla.

Paula Ulloa

La marca japonesa Toyota es la única cuya gama registró, al término de 2018, una media de emisiones inferior a 100 gramos de CO2 por kilómetro, lo que la sitúa en la mejor posición para cumplir los estrictos límites establecidos por la Unión Europea para el primero de enero de 2021. El deadline comunitario obliga a que el catálogo de todos los fabricantes presente un promedio de 95 g/km a partir de esa fecha, y la correspondiente sanción (unos 95 euros) por cada gramo de desviación en cada vehículo vendido.

Los datos publicados recientemente por la compañía británica de análisis de mercado Jato Dynamics reflejan que Toyota cerró el año pasado con una media de emisiones de 99,9 gramos de CO2 por kilómetro, cerca relativamente de los fatídicos 95 g/km, y que consiguió reducirla un 1,4% respecto al año 2017. Le siguen en el listado Peugeot y Citroën, que acreditan 107,7 y 107,9 g/km respectivamente, y Renault, con 109,1 g/km. Entre los 110 y 120 g/km encontramos, en orden descendente, a Nissan, Suzuki, Skoda, Dacia, Seat, Volkswagen y Fiat.

Con independencia de las cifras absolutas, no muchas marcas han sido capaces de rebajar su promedio en comparación con 2017. Como es sabido, el retroceso de las ventas de vehículos diésel ha hecho repuntar las emisiones de CO2 en el último año y medio, después de más de un lustro de descenso continuo. Entre 2010 y 2016, la media europea de este gas de efecto invernadero cayó en casi 22 g/km, pero en 2017 aumentó 0,4 gramos y el año pasado lo hizo otros 2 g/km, con lo que la media se ha situado en 120,4 g/km, según datos provisionales de la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA por sus siglas en inglés).

Además de Toyota, solo cuatro fabricantes redujeron su huella carbono en 2018. La que más lo hizo fue Nissan (-5,2%) gracias a su apuesta por los vehículos eléctricos, el mismo camino emprendido en los últimos tiempos por Volkswagen; Suzuki se benefició especialmente de sus modelos microhíbridos y Seat, de su gama de vehículos propulsados por gas natural (GNC).

Las buenas perspectivas de Toyota para adaptarse a la normativa europea se deben a una estrategia clara y ya extensa en el tiempo que tiene su pilar básico en los coches híbridos, que ganan espacio cada día en la gama de la firma japonesa y, en el caso de su división de lujo, Lexus, constituyen el 100% de la oferta en mercados como el español.

El empeño en el vehículo full hybrid ha sido objeto de no pocas críticas, pero Toyota se ha mantenido firme en su posición hasta fechas muy recientes: considera la corporación de Aichi que el híbrido enchufable genera incomodidad al usuario, al igual que el coche eléctrico, y este además está lejos de ser rentable cuando hoy por hoy representa apenas el 1% de las matriculaciones.

Muchos pensaron que era tanta su confianza en los modelos no enchufables que la marca estaba dispuesta a saltarse la tecnología eléctrica y fijar sus esfuerzos en otra en la que veía mayor futuro, la pila de combustible. La comercialización del Mirai parecía darles la razón, pero en los últimos meses hemos asistido a ligeros cambios en planteamientos que hasta ahora parecían inamovibles.

Que Toyota parece decidida por fin a producir vehículos de baterías es un hecho después de que, por ejemplo, haya firmado diversos acuerdos para desarrollarlos y producirlos conjuntamente con Mazda, otro fabricante que se ha mantenido tradicionalmente al margen de la tecnología eléctrica, y con la china BYD. Seguramente el próximo Salón de Tokio, que se celebrará del 24 de octubre al 4 de noviembre, será el escenario que escojan tanto Mazda como Toyota para exhibir sus primeros modelos enchufables.

En el último año se ha especulado también que el fabricante de híbridos por excelencia iba a mostrar su cambio de rumbo presentando un coche eléctrico basado en un modelo ya existente. Se ha hablado del Lexus CT, que podría estrenar esta tecnología en su nueva generación prevista para 2020, y también del C-HR y de su equivalente más lujoso, el Lexus UX. Lo único confirmado es que un vehículo mucho más modesto, el furgón Proace, será el primer eléctrico producido en serie por Toyota, y que se fabricará, por cierto, en la planta del Grupo PSA en Vigo a partir de 2020.

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