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'Sol y sal' de Nunatak: un himno contra el ecocidio que sufre el Mar Menor

Frame del videoclip 'Sol y sal' de Nunatak

José Lara

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¡Bandera negra a la vista! Fue el grito con el que el Mar Menor despertó de su letargo el pasado 29 de junio cuando Ecologistas en Acción otorgaba el infausto distintivo que denuncia la inacción de la administración para con la laguna salada. En la Región del silencio, la de Murcia, suelen decir las malas lenguas que solo se sale a la palestra del panorama nacional cuando ocurren cosas terribles: catanas, terremotos, gotas frías o mociones de censura malogradas a golpe de transfuguismo así lo avalan. Sin embargo y, a pesar del drama que vive el Mar Menor, poco o nada, más allá de los ecos que perduren sobre el avistamiento de la bandera con fondo pirata en sus costas, oirán o leerán ustedes pasados los días.

Más allá del silencio institucional que se pueda dar en la Región de Murcia con todo aquello que rezume a azufre, están sus gentes. Gentes que, con independencia de su lugar de procedencia, se niegan a acallar el ecocidio que sufre el Mar Menor, designado Patrimonio de la Humanidad el 4 de octubre de 1994. Por ello se creó 'Sol y sal', canción que toma vida de la mano de importantes artistas del panorama musical español: Nunatak, Miguel Rios, Annie B. Sweet, Nina de Juan (Morgan), Gabriel de la Rosa (Shinova), Sean Frutos (Second), Carlos Tarque, Rozalen, Antonio García (Arde Bogotá), Fran Vicente (Ayoho) y el sonido del propio Mar Menor.

La iniciativa no solo pretende apoyar la recogida de 500.000 firmas para que el Mar Menor sea un ente jurídico propio así como la necesidad de sensibilizar para apoyar acciones que fomenten su conservación, “con esta canción pretendemos seguir erosionando este muro de ocultismo que hay en torno al Mar Menor, hasta evidenciar que este es un problema de todos”, apunta Adrián Gutiérrez, vocalista del grupo murciano Nunatak. Para ello se han servido de su trabajo, de su pasión por la música que une puentes con el medio ambiente a través de 'Sol y sal', canción compuesta por el cartagenero y que está interpretada por un importante elenco que, de forma altruista, aporta su granito de arena a la causa.

“Necesitábamos crear algo con lo que la gente empatizara, una letra que pudiera convertirse en himno” comenta el propio autor. Himno éste, entonado por voces murcianas y del resto del territorio nacional: “Estamos contentísimos con la respuesta que han tenido y la predisposición que ha mostrado el grupo de personas que han colaborado en la canción. Se han volcado de forma brutal, más allá de los 'cabezas de cartel', la gente que ha colaborado con el sonido de los violines y las violas, David García, que nos ha prestado las muestras sonoras del propio Mar Menor, Víctor Azor que nos ha hecho unas caligrafías magníficas de cada uno de los nombres de los artistas y Xavi Vivancos, del colectivo Memorias Celuloides quienes han recopilado esas imágenes preciosas de Super 8 de los años 50 y 60 que dan al videoclip el componente emocional necesario para la causa”, explica el cantante.

El Mar Menor viene dando síntomas inequívocos del daño al que se le ha expuesto durante décadas. “Desde el punto de vista científico y en el contexto del ecosistema, la situación del Mar Menor es mala. El cambio experimentado lleva forjándose durante décadas y, principalmente, viene producido por la influencia de la actividad humana”, apunta el científico del Instituto Español de Oceanografía Juan Manuel Ruiz, quien señala el que quizás pudo ser el punto de inflexión que condicionara el devenir de la laguna salada: “La apertura del canal del estacio en los años setenta, junto a la transformación simultánea de todo el perímetro del Mar Menor y su cuenca, sumado a la cuestión turística y el uso agrícola, han sido factores determinantes para el Mar Menor”.

'Sopa verde' y anoxia

El punto álgido de la situación lo vivimos con los episodios de ‘sopa verde’ sufridos en 2016, así como los casos de anoxia de 2019 que llevaron a cubrir las playas del litoral murciano de centenares de peces muertos, faltos de oxígeno, muertos por asfixia. Tras esos dramáticos episodios, poco o nada ha cambiado desde entonces “el ecosistema que se rompió, a día de hoy, sigue roto”, certifica Juan Manuel Ruiz. Lejos de poder pensar que desde entonces se desconocen las causas y los posibles remedios para sus males, nos indica el experto que “científicamente la solución es controlar las entradas de nutrientes”.

Y continua: “Debemos aprender a escuchar y en esta Región no hemos aprendido nada. Hemos tenido los casos de Portmán, del río Segura, ahora el Mar Menor, y no reaccionamos para evitar el siguiente desastre”. Las causas que dañan la laguna están “perfectamente” identificadas; “sabemos dónde está el problema, que va más allá de señalar a unos u otros como culpables, la agricultura es un protagonista importante en la ecuación, pero también está la profunda transformación del paisaje y todas las cuencas de los cursos de agua que drenan al Mar Menor, que han sumado para que el problema haya sido a lo largo de las décadas, cada vez mayor”. Para nada se ha tenido en cuenta la funcionalidad del paisaje, del territorio, aquí solo se han tenido en cuenta criterios “económicos y desarrollistas”, opina.

Adrián Gutiérrez añade, por su parte, que “el campo de Cartagena se ha convertido en una batalla a lo Juego de Tronos, con intereses de 'lobbies' como los del sector inmobiliario, los relacionados con la agricultura latifundista y, por otro lado, los intereses políticos que hay y que intentan que no les salpique la bomba de mierda que hay ahora mismo”.

La cuestión es que, por unos y por otros, la casa se queda sin barrer y los problemas sin solucionar, comenta el vocalista de Nunatak como “en el momento que se huele que una cosa es de un color político recibe de forma automática el rechazo por parte del otro espectro político. El ecologismo se tiende a identificar con el color político de la izquierda, pero a mi parecer es un error, esto es una cuestión totalmente transversal”. El medio ambiente no tiene que ver con derechas o izquierdas, dice, “tiene que ver con proteger una parte que es nuestra, que forma parte de todos nosotros; quienes hemos crecido en el Mar Menor lo llevamos dentro, forma parte de nuestros recuerdos y de quienes somos, y eso es algo que no tiene nada que ver con a quién votar”. “El nivel político está en una especie de callejón sin salida, todo está totalmente enfrentado por cuestiones políticas, no por cuestiones ecológicas. Para mí, esa es la muerte de la posible solución del problema”, concluye Ruiz.

La realidad es que el medio ambiente “no forma parte del discurso diario de nuestros políticos, aquí hay una cuestión de falta de voluntad política en primer lugar. Todos dicen querer lo mejor para el Mar Menor. A nivel regional se crea una Dirección General del Mar Menor, por su parte, el Gobierno nacional aporta recursos necesarios pero, no se actúa de forma coherente ni coordinada; se actúa con criterios económicos más que científicos”, añade Ruiz.

La falta de atención del Gobierno Regional, que lleva más de 25 años en el poder de la Comunidad Autónoma de Murcia, lleva a la sociedad murciana a unirse en la defensa de su patrimonio medio ambiental. “Se está demostrado que cuando la gente se une se pueden generar cosas tan maravillosas como la ILP del Mar Menor, la cual ha nacido del pueblo, como consecuencia de la inactividad política. Me muestro optimista con el nivel de concienciación que tenemos en Cartagena y en los municipios del Mar Menor”, destaca Adrián Gutierrez. “Si los políticos no son capaces de trabajar conjuntamente con criterio racional y respetando el conocimiento científico, somos la sociedad y sus distintos colectivos quienes debemos crear la conciencia social que obligue a los políticos a rectificar sus actuaciones”, resume Juan Manuel Ruiz.

Con este himno, Nunatak y todos los colaboradores esperan que impere el color verde esperanza como bandera inamovible en la laguna salada.

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