En el Mar Menor se han introducido nuevas especies procedentes de otras geografías que suponen un riesgo para el ya frágil equilibrio de nuestra laguna salada. Las especies invasoras son las que se introducen de manera natural, accidental o intencionada en un ecosistema distinto al suyo y que, después de cierto período de tiempo, se adaptan a él y lo colonizan. No todas las especies introducidas son invasoras, algunas no consiguen adaptarse ni proliferar en el nuevo medio. Las especies invasoras son la segunda causa de pérdida de biodiversidad mundial, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Los países de la Unión Europea destinaron, entre 1994 y 2014, 12.000 millones de euros al año para gestionar y controlar las especies exóticas invasoras, un problema creciente en el ámbito europeo. En el Mediterráneo, la detección de especies invasoras acuáticas cada vez es mayor, especialmente el Mar Menor y en el Delta del Ebro.
La aparición continua de nuevas especies invasoras es otro elemento indicador de que algo no funciona en el difícil equilibrio del ecosistema del Mar Menor. Supone un elemento negativo unido a la contaminación, el aumento de la temperatura y la alteración de las características físico químicas de sus aguas. Los impactos ambientales de las especies invasoras son graves. Actúan como como depredadoras o competidoras, alteran el hábitat, modificando los fondos y el ecosistema marino, compiten por el alimento y el espacio, se hibridan con las especies nativas e introducen nuevos parásitos y enfermedades. El impacto económico puede ser significativo al provocar la disminución de la actividad pesquera y daños a la industria turística.
Un impacto grave como especie invasora lo produce el cangrejo azul (Callinectes sapidus), también denominado jaiba, originario de las costas atlánticas americanas, desde Nueva Escocia al litoral norte de Argentina. Encontrado por primera vez en la laguna hace varios años, se alimenta peces, caballitos de mar y otras variedades autóctonas. Los investigadores de la Universidad de Murcia han encontrado un aumento importante de las poblaciones de esta especie en la laguna. Es difícil establecer el proceso de entrada, quizás a través del agua de lastre de los barcos, siguiendo el camino que han hecho otras especies invasoras del litoral de la Península Ibérica
Se ha introducido una especie menos frecuente como la medusa manchada australiana (Phyllorhiza punctata), también denominada campana flotante, cuyo origen es el Océano Pacifico occidental. Es necesario controlar el aumento de la población de un gusano tubícola, el gusano elegante (Hydroides elegans), cuya distribución original es probable que sea la zona sureste de Australia. Tiene un crecimiento significativo y es capaz de cubrir mediante su tubo calcáreo cualquier superficie dura, como los cascos y hélices de los barcos. También hay que prestar especial atención a otras especies invasoras de peces, ostras, medusas, caracolas, etc., que superan la treintena, lo que contribuyen al aumento de los riesgos por los impactos de estos ejemplares en este ecosistema y la competencia por los mismos nichos y alimento de las especies autóctonas. Aunque la lucha contra las especies invasoras está impulsada por la Federación Española de Municipios y Provincias, la actitud de las administraciones han sido verlas venir sin que se desarrollara mecanismos efectivos de lucha, control y gestión de estas especies exóticas.
Se está desarrollando el programa Life Invasaqua coordinado por el Departamento de Zoología y Antropología Física de la Universidad de Murcia (UMU), con ocho socios más, cuyo objetivo es contribuir a la reducción de los impactos perjudiciales de las especies exóticas invasoras (EEI) sobre la biodiversidad. La sensibilización pública, la formación y la creación de mecanismos para una alerta temprana son otros objetivos.
Se necesita una normativa regional específica que evite o minimice los impactos ambientales de estas especies invasoras en el Mar Menor y en la región. Es necesario una estrategia integral de gestión y control de las especies exóticas invasoras de la laguna. Otra garantía es desarrollar medidas preventivas con una mayor vigilancia sobre las posibles vías de acceso y una estrategia diversificada que establezca una legislación que prohíba las importaciones de especies exóticas. Es urgente la detección y respuesta rápida para evitar que una especie introducida consiga establecerse. Además, hay que erradicar de las especies invasoras que hayan logrado expandirse y un control de las plagas cuando no sea posible la erradicación.
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