'Patrulla Animal' es un espacio coordinado por Elisa Reche en el eldiario.es Murcia, para defender los derechos de los animales como seres sintientes.
¿Qué ocurre cuando fallece el dueño de una mascota?
Esta semana me han comentado dos casos en los que los propietarios de animales habían fallecido y el desenlace para sus respectivas mascotas era realmente crítico.
Uno de estos casos ha sido el de Sisuka. Sisuka es una perra mestiza de mastín de color blanco de diez años de edad cuyo propietario falleció hace unos años, poco después se hizo cargo de Sisuka una persona extranjera residente en España, que por motivos personales se ha marchado a su país de origen.
Sisuka se ha encontrado a lo largo de su vida con dos propietarios, el primero falleció y el segundo la abandonó, ahora Sisuka está bajo el cuidado de una persona que está temporalmente y que solo puede atenderla durante una semana. Por lo que si en una semana no aparece ninguna persona interesada en adoptarla y cuidarla el resto de sus días, la pobre Sisuka acabará en la perrera municipal de Murcia, conocida oficialmente como centro de Zoonosis.
El otro caso es el de Pulguita. Pulguita es una preciosa caniche de cinco años cuya propietaria falleció de forma repentina. Pulguita tiene cinco años y vive sola desde que falleció su propietaria en la misma casa donde ha vivido siempre.
Afortunadamente, mi amiga Loli, que es de la zona donde reside la perrita Pulguita, se enteró de que la perrita estaba sola y que alguien tenía llave de la casa y le ponía de comer un par de veces por semana, en cuantía suficiente para el resto de días. Mi amiga desconocía que la perrita vivía sola porque su propietaria había fallecido.
Cuando Loli me contactó, me dijo:
“Raquel, no sé que hacer, hay una perrita en el pueblo donde vivo, que sola en una casa, la tienen allí abandonada y encerrada y estoy muy preocupada por la perrita. ¿Dónde lo denunció?” (Mi amiga desconocía toda la historia de Pulguita, pensaba que la perrita estaba literalmente abandonada a su suerte y que realmente la tenían encerrada allí).
Le dije que lo primero de todo, antes de denunciar el caso, debía intentar hablar con la persona que iba a ponerle de comer, porque muchas veces las cosas no son lo que parecen y puede que hubiera alguna explicación y que además lo ideal sería preguntarle a esa persona si estaría dispuesta a dar a la perrita a una protectora de animales.
Pocos días después mi amiga me contactó supercontenta por no haber denunciado a la persona que cuidaba de Pulguita y me contó la historia de la perrita.
Resulta que la propietaria de Pulguita falleció y la hija de esta señora estaba enferma y se pasaba más tiempo en el hospital que en casa, por lo que no pudo hacerse cargo de la perrita. Y un vecino de la zona, que trabaja de camionero, y estaba varios de la semana de viaje en el camión, se ocupaba dentro de sus posibilidades (un par de días a la semana) de poner comida y agua en abundancia a la pobre perrita.
Tanto en el caso de Pulguita como en el de Sisuka, el siguiente paso que se dio fue contactar con protectoras de la zona para localizar con carácter urgente una casa de acogida, una protectora con capacidad para acogerlas a las dos o a una o un adoptante para cada una de ellas. Lamentablemente las protectoras de Murcia a las que se contactó están desbordadas y no tienen sitio para acoger a estas pobres perritas ni a más animales.
Pulguita a día de hoy, ha tenido suerte. Los perritos de tamaño pequeño tienen muchas más posibilidades de encontrar un adoptante que los grandes. Es triste, pero es algo muy frecuente en la práctica.
Pulguita ya tiene una familia que la va a adoptar esta misma semana. Sin embargo, la pobre Sisuka, al ser de tamaño grande (30 kilos) y mayor (10 años), no ha tenido aún suerte y, a día de hoy, seguimos buscando un hogar para ella con carácter urgente, si no en breve irá a la perrera de Murcia, donde es muy posible que no tenga la misma suerte que Pulguita.
Por eso, querido/a lector/a, si tienes animales, bien sea perro o gato o de otra especie, te aconsejo que tengas claro que no eres inmortal, ya que tanto tú como yo podemos fallecer en cualquier momento. Por ello, es superimportante que tengamos previsto alguna alternativa ética y segura para nuestros queridos animales.
Mi consejo es que contactes con protectoras serias de la zona o con algún familiar o amigo/a de plena confianza y que les preguntes si se harían cargo de tu familiar “animal”. Lo ideal sería que incluso prepares y firmes un documento de cesión de tu animal a la entidad protectora o persona que tú decidas, condicionando la eficacia de dicho contrato a que tu hayas fallecido.
También puedes acudir a una Notaría y que te asesoren de otras opciones, como, por ejemplo, hacer un testamento y reflejar en él a la persona que deseas que se haga cargo de tu animal.
*Seguimos buscando entre todos un hogar para Sisuka. Si estás interesado en adoptarla, puedes contactarme en www.deanimals.com y te pondré en contacto con la persona que gestiona su adopción.
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