Rosa Peñalver, diputada socialista de 61 años y nacida en San Javier, se ha convertido en la primera mujer que preside la Asamblea Regional de Murcia, y lo hace en una Legislatura especial, donde por primera vez no habrá ningún partido con mayoría absoluta -las tres primeras fueron para el PSOE, las cinco siguientes para el PP-. Peñalver ha recibido el voto de 23 de los 45 diputados; es decir, que ha sumado los de su partido, y los de Podemos y Ciudadanos. Enfrente, y solo, el Partido Popular.
Lea aquí el discurso íntegro pronunciado por Peñalver una vez se ha constituido la Mesa y el propio Parlamento autonómico.
Señor Presidente en funciones de la Región de Murcia, señor expresidente de la Asamblea Regional, autoridades, diputados, señoras y señores, compañeros, compañeras, amigos y amigas.
Permítanme que mis primeras palabras sean de agradecimiento a esta Cámara y en particular al Partido Socialista, a su secretario general, Rafael González Tovar, y a los grupos parlamentarios de Podemos y Ciudadanos por haber depositado en mí la enorme responsabilidad de representarla y dirigirla, responsabilidad que acepto con sincero orgullo pero con tremenda humildad, aunque pueda parecer contradictorio. Soy sincera si les digo que pondré en esta tarea mi talento, mi empeño y una enorme ilusión.
Estamos aquí porque el 24 de mayo los ciudadanos de esta Región decidieron libremente otorgarnos su confianza, delegaron en nosotros su voluntad expresada a través de las urnas y eso nos hace responsables ante ellos, responsables del cambio que ellos propusieron con sus votos.
Iniciamos la IX Legislatura constituyendo este Parlamento que según reza el artículo 1 del Reglamento, “es la superior expresión institucional de la voluntad del pueblo de la Región de Murcia y de sus aspiraciones, en orden a la defensa de sus intereses y autogobierno”.
Tremendas palabras estas, palabras que no podemos obviar, que NO queremos obviar: “Voluntad del pueblo”. “Expresión de sus aspiraciones”. “Defensa de sus intereses”. Defender esto, eso es lo que acabamos de jurar o prometer los diputados y diputadas en esta Cámara. Este mandato, esa defensa de los intereses de los ciudadanos, es lo que nos impele a trabajar desde aquí por la justicia, la libertad, y la igualdad de oportunidades para todos los murcianos.
Estamos justamente en el Ágora, en el templo de la palabra, y esta idea me gustaría que impregnara toda la legislatura. El Parlamento regional como lugar de debate, de discusión, de confrontación de ideas, pero también el lugar de la palabra pensada, estudiada, reflexionada, que une, que acuerda, que consensúa, que suma apoyos...
La palabra como puente que suma, que une, el lenguaje como expresión de lo que pensamos, pero también de la realidad que vemos a nuestro alrededor, que vivimos, porque somos diferentes y pensamos diferente o, tal vez, justo lo contrario: Porque pensamos diferente somos diferentes, que dirían los lingüistas.
El hecho cierto es que en esta legislatura nuestro ágora regional lo formamos cuatro grupos políticos diferentes, quizá muy diferentes, y esta pluralidad de grupos que es riqueza, que es diversidad, hemos de evitar que nos lleve a confrontaciones estériles, a escenas mediáticas tan frecuentes en los últimos años. Tenemos ante nosotros y nosotras un tiempo nuevo, apasionante, en el que hemos de buscar nuevas formas de hacer política, de comunicar y conectar con los ciudadanos y ciudadanas. Hemos de hacer de esta casa el lugar donde habita la transparencia.
Se acabaron las mayorías absolutas. Estamos en un tiempo de disensos, de pluralismo, de opiniones encontradas... Y de todo ello será reflejo esta Cámara, y se expresarán las diferencias con mayor o menor vehemencia, con más o menos pasión, con un tipo de lenguaje u otro, con mayor o menor acierto pero también con respeto, con corrección y teniendo muy presente el mandato de los ciudadanos que les mencionaba al principio: Estamos aquí por su voluntad, para defender sus aspiraciones y sus intereses. No defendemos otros intereses que los de los ciudadanos y ahí es donde los intereses partidistas quedan fuera.
No concibo la política si no tiene a las personas en el corazón de toda acción, si no combate con todos los medios a su alcance la corrupción, el desempleo, la brecha social. No concibo la política si no es para crear riqueza y bienestar para todos los ciudadanos.
Este Parlamento elegirá al próximo Presidente del Gobierno regional. Será la primera tarea y a partir de ahí orientará las decisiones del Gobierno que se constituya a través de propuestas e iniciativas, de leyes que debatiremos y aprobaremos aquí, pero además le pedirá a este mismo Gobierno regional cuantas explicaciones necesite en una implacable tarea de control que tiene encomendada. Aprobará los presupuestos pero también le pedirá cuentas tantas veces y sobre tantos temas como crea conveniente, y tienen mi compromiso de que esto será así. Haremos de esta Cámara el ágora, el lugar de los ciudadanos.
Tenemos una ingente tarea por delante con muchos temas que no permiten más aplazamientos ni demoras: la lucha contra el desempleo es urgente y requiere medidas ya, la atención a todos y cada uno de los dependientes que son murcianos y murcianas con nombres y apellidos, la educación en estado crítico, la sanidad, la pobreza energética, el futuro de nuestros jóvenes... Son temas que tienen que llenar nuestros días para encontrar entre todos, soluciones y respuestas acertadas en nuestra tarea parlamentaria ya sea de propuestas al Gobierno o con control de su gestión.
Para conseguirlo tenemos el mejor Parlamento posible porque es el que han elegido los ciudadanos y ciudadanas de la Región de Murcia: plural, con grupos más numerosos y grupos más reducidos pero los cuatro conformados por hombres y mujeres capaces, a los que de entrada le unen muchas cosas; la preocupación por los más débiles, la confianza en la política como forma de gestionar las sociedades humanas, el amor por esta tierra... Podría hacer una larga lista con lo que nos une, no es el momento. Pero también es verdad que militaremos en grupos diferentes porque tenemos diferencias a la hora de abordar los problemas, de dar las respuestas. Cuento con ello, no soy Alicia en el País de las Maravillas, me comprometo a que todos los grupos se sientan tratados sin diferencias sea cual sea su tamaño, creo en la transparencia y la participación y deseo que transparencia y participación sean dos invitadas permanentes y ocupen nuestros escaños. Pondré mi empeño en ello.
Entiendo la diferencia como riqueza, la diversidad como un valor, pero también creo en la unidad, que no uniformidad, como el mejor camino a veces para avanzar. Algunos de nosotros tenemos experiencia parlamentaria, otros, la mayoría, no. Permítanme que les dé una especial bienvenida, creo que hacer política es una noble tarea, denostada hoy por los errores que hemos podido cometer los propios políticos, y está en nuestras manos en esta nueva etapa acabar con ese desafecto. Estamos ante una nueva legislatura que tiene que ser la de la transparencia, la participación, la honradez y el diálogo. A eso les animo, a ello les convoco.
Como muy bien escribe una de mis poetas favoritas Wisslawa Szymborska:
Nada sucede dos veces y eso es los que determina que nazcamos sin destreza y muramos sin rutina. Ningún día se repite ni dos noches son iguales ni dos besos parecidos ni dos citas similares.
Esta legislatura será única e irrepetible. Creo que podemos conseguir lo que los ciudadanos esperan de nosotros, como dice el poema, “aunque seamos distintos cual son dos gotas de agua”.
Voy terminando. No sé dónde me ubicarán pero sabed que mi despacho estará siempre abierto, y esta expresión, aquellos que me conocen, saben que no es una frase hecha. Seré la Presidenta de todos y cada uno de los diputados y diputadas, a los que empiezo a conocer por su nombre; soy una negociadora incansable, sé que los días tienen 24 horas y que esta Región y este país tienen muchas urgencias. Por tanto pongámonos a la tarea. Ahórrense los formulismos, evitemos la parafernalia, que nada nos distraiga del objetivo que nos mueve que no es otro que el de resolver la situación de tantas familias, de tantos murcianos y murcianas que no pueden seguir esperando, que no pueden más y que han depositado su confianza en nosotros. Se lo debemos. Si no estamos en la defensa de sus intereses, seremos indignos.
Para terminar permítanme que dé las gracias a mi familia y a mi pareja; después de lo que acabo de decir, ya habrán comprendido que pasaré otra temporada en modo “no contéis conmigo”, que dirían mis alumnos.
Quiero también agradecer las organizaciones, asociaciones, a los representantes de todo el entramado social de nuestra región su presencia hoy aquí, espero que nuestra relación con ellos siga siendo habitual, frecuente, cotidiana, que se intensifique si es posible, porque sólo juntos, sólo sumado, saldremos todos adelante y pondremos de nuevo a nuestra región en el sitio que debe estar, en el de la prosperidad, en el de la riqueza y la igualdad de oportunidades para todos.
Termino con un agradecimiento más: señoras y señores tengo la enorme satisfacción y el honor de ser la primera mujer que preside esta Cámara, y no puedo obviar el hecho de que, a parte de mis méritos, esto se debe a larga lucha por la igualdad de muchas mujeres que me han precedido a lo largo de la Historia. Si hoy puedo dirigirme a ustedes desde esta atalaya es porque he cabalgado a hombros de mujeres gigantes, incluyendo algunas excelentes parlamentarias con las que compartí escaños y en ocasiones despacho. Mi reconocimiento agradecido a todas ellas.
Muchas gracias por su atención.
Rosa Peñalver Pérez
Presidenta de la Asamblea Regional de Murcia