El pasado 20 de noviembre, el Ayuntamiento quiso celebrar el 30 aniversario de la Convención Internacional sobre los Derechos de la Infancia, recibiendo a la delegación de Unicef y programando diversos actos en algunos barrios de la ciudad.
También dijeron que “revalidaban” la condición de Ciudad Amiga de la Infancia, conseguida en octubre de 2018 y que debe ser evaluada de nuevo a mediados de 2020.
Nos alegramos de la celebración habida, pero echamos de menos que alcalde y concejala de Servicios Sociales, Acción Comunitaria y Deporte mencionaran y dieran cuenta de los avances conseguidos en la ejecución del I Plan de Infancia y Adolescencia 2018-2022 porque fue en base a ese Plan, cuya elaboración participativa se destacaba especialmente en el informe de UNICEF.
Un Plan elaborado con la participación de hasta 5.000 personas menores de edad y personas adultas en contacto directo con la infancia a través de actividades que se desarrollaron en los ocho Servicios de Acción Preventiva Comunitaria implantados, en 34 centros educativos y 12 escuelas infantiles, en las redes de infancia existentes en los barrios de Pamplona; las 12 Unidades de Barrio y otros servicios municipales, entidades del ámbito de la protección infantil y toda la ciudadanía que quiso participar; además contó con las aportaciones de 58 asociaciones que trabajan a favor de los derechos de la infancia en los ámbitos deportivo, cultural, enfermedades crónicas infantiles, ocio y tiempo libre, parentalidad y crianza, diversidad sexual, etc.
Un Plan del que Unicef valoró su alta calidad técnica y su enfoque de derechos de la infancia para conseguir municipios comprometidos con la aplicación completa de la Convención sobre los Derechos del Niño, de manera que la población menor de los mismos tenga derecho a: influir sobre las decisiones que se tomen en su localidad; a expresar su opinión sobre la localidad que quiere; a participar en su familia, en su comunidad y en la vida social; a recibir los servicios básicos (salud, educación y protección); a ser protegido de la explotación, la violencia y el abuso; y a pasear seguro en las calles donde vive.
Pero Unicef también hizo recomendaciones de mejora entre los que se encontraban: evaluar el conocimiento de la Convención de Derechos del Niño, la escasa trayectoria del consejo, que se acababa de crear así como la necesidad de complementar los indicadores de evaluación previstos de acción/cobertura/proceso, con otros que midan el cambio en el bienestar de la infancia.
Respecto a la evaluación del conocimiento que la ciudadanía de Pamplona, adulta o menor, tiene de dicha Convención, cabe señalar que un buen comienzo habría sido iniciar una campaña de difusión del Plan utilizando para ello las estructuras que se habían ido generando para la elaboración tanto del diagnóstico como del propio plan, tanto en el ámbito de la ciudad como en los propios barrios, en lugar de tenerlo guardado en un cajón.
Sobre la participación directa, este Ayuntamiento todavía no ha sido capaz de poner en marcha un órgano de participación infantil en que la población infanto-juvenil pueda devolver al Consistorio sus necesidades y preocupaciones, en que puedan además pedir, quejarse y opinar. Un órgano que continúe con la enorme activación que supuso la elaboración del Plan Municipal de Infancia y Adolescencia.
Tampoco tenemos noticia de las labores desarrolladas por los Comités Político y Técnico municipales para desarrollar el Plan, concretar las acciones y presupuestos que se dedican cada año y evaluar los resultados.
A punto de iniciar el debate de presupuestos municipales, querríamos conocer los compromisos concretos y las actuaciones del Plan que se van a desarrollar en 2020 por parte de cada una de las Áreas Municipales:
¿Habrá nuevos caminos escolares y carriles bici seguros para ir a los centros escolares y a los entornos de ocio habituales en todos los barrios?
¿Habrá nuevos parques e instalaciones deportivas no competitivas en barrios donde no los hay?
¿Habrá más profesionales para atender a la Infancia más vulnerable en las Unidades de Barrio donde faltan aún hasta 9 profesionales educadores según los ratios mínimos de personal que marca el Gobierno de Navarra?
¿Se va a ampliar el Equipo Especializado Municipal que ya cuenta con listas de espera no deseables y que en breve deberá asumir la atención de familias con menores en situación de desprotección grave, de acuerdo al II Manual de Protección de la Infancia del Gobierno de Navarra?
¿Se van a ampliar los Equipos de Acción Preventiva Comunitaria que existen en 8 barrios a los barrios donde aún no hay?
¿Realmente se va a incorporar la perspectiva de la Infancia y Adolescencia en la planificación, diseño y priorización de las actuaciones municipales?
Son éstas y otras muchas cuestiones respecto de la Infancia y la Adolescencia las que deben ser atendidas y contestadas por el Ayuntamiento si de verdad quiere REVADILARSE como Ciudad Amiga de la Infancia en 2020.
*Marisol de la Nava y Edurne Eguino, exDirectora y exConcejala de Acción Social y Desarrollo Comunitario del Ayto. de Pamplona
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