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Cómo preparar un calendario de Adviento comestible para niños

El calendario de adviento marca una cuenta atrás desde el 1 al 24 de diciembre

Beth Hernández

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Diciembre es un mes lleno de preparativos, celebraciones y momentos que nos invitan a reunirnos con la familia y los amigos. Es el tiempo en el que desempolvamos recetas tradicionales, decoramos la casa con luces y adornos, y a veces nos refugiamos en casa bajo las faldas de un brasero, disfrutando del calor del hogar. Entre juegos de mesa, anécdotas familiares y risas compartidas, hay una tradición que tanto niños como adultos esperan con ilusión: el calendario de Adviento. Esta pequeña cuenta atrás, que marca los días desde el 1 hasta el 24 de diciembre, anticipa la llegada de la Navidad.

El calendario de Adviento tiene sus orígenes en el siglo XIX en la Alemania protestante, ya que como costumbre los niños encendían una vela diaria durante este período hasta la Nochebuena, marcando así una cuenta regresiva de manera secular. En 1920 fue cuando se imprimió el primer calendario de Adviento con tabletas de chocolate, con el objetivo de endulzar la espera a los más pequeños. Desde entonces, se ha convertido en un símbolo de la temporada navideña, presente en muchísimos hogares alrededor del mundo.

Hoy en día, los calendarios más comunes que encontramos en los comercios adoptan formas características de esta época, pequeños árboles de Navidad, casitas de jengibre o bastones de caramelo. Cada ventanita numerada oculta un dulce o chocolate, manteniendo viva la tradición. No obstante, la creatividad ha llevado a que existan calendarios de Adviento que contienen libros, perfumes, juguetes, productos de belleza o incluso alimentos gourmet o experiencias.

Además, muchos optan por elaborar sus propios calendarios, convirtiendo esta actividad en una oportunidad de pasar tiempo en familia y fomentar la imaginación. Crear un calendario de Adviento casero puede ser tan simple como organizar rollos de papel en forma de árbol de navidad e incorporar regalos en su interior, como cajas pequeñas numeradas, bolsitas decoradas o un tablero con sobres. Si quieres crear un calendario para los más pequeños no es muy recomendable que sean de dulces, caramelos o chocolate, sin embargo, existen alternativas para que puedan disfrutar de esta tradición.

Alternativas caseras

Llenar de frutas el calendario es una opción muy saludable y divertida

Una buena idea es combinar distintos ingredientes en el calendario. Por ejemplo, algunos días (el uno, el tres, el cuatro, el siete, el nuevo, el diez y el trece) podrían contener frutas de temporada o frutos secos, que pueden comerse al natural o convertirse en recetas deliciosas. Por ejemplo, la naranja y la mandarina, con las que podemos elaborar un zumo. O la manzana, con la que se puede preparar una tarta. La granada puede ser una mousse de yogur y granada o en gelatina. Las castañas, típicas de esta temporada, pueden ser una invitación a pasar un rato asándolas y después comerlas en casa. El caqui que es una fruta que madura en diciembre se puede comer con yogur y almendras. Los dátiles, que se podrían combinar con queso u otros ingredientes. Y por último una bolsa que lleve doce uvas, recordando la tradición de Nochevieja.

Para alternar, el resto de días (el dos, cinco, nueve, dieciséis, veintiuno y veintitrés) pueden destinarse a ingredientes con una tarjeta para preparar repostería casera: un bizcocho de calabaza, un pastel de zanahoria, muffins de frutas, galletas de avena con plátano y manzana, o galletas de mantequilla con frutos secos y galletas de pasas y arándanos. Otra alternativa es elaborar recetas con temática de navidad, como galletas de jengibre o una porción de bizcocho con fresa y nata que simulan el gorro de Papa Noel.

Proseguimos con los días cuatro, seis, ocho, catorce, quince, veintidós y veinticuatro, en los que se pueden incluir verduras de temporada como la remolacha, el boniato, las berenjenas, las acelgas o las alcachofas, que se pueden incorporar en cremas, purés o ensaladas o hacerlas al horno, elaborando un menú que aporta color y nutrientes. Además de snacks salados como palitos o mini galletas con formas divertidas. Así, el calendario de Adviento se convierte en una herramienta para enseñar a los niños la alimentación saludable, sin perder la ilusión de esta actividad.

Finalmente, los días once, doce, diecisiete, diecinueve y veinte, pueden reservarse para bebidas calientes que acompañen las tardes de invierno. Podemos escoger las bebidas favoritas de los más pequeños de la casa o jugar un poco con los sabores y colores de algunos ingredientes. La bebida más típica es el chocolate caliente, sin embargo, también se puede elaborar un ponche de frutas que se disfruta tanto caliente como frío con frutas como la manzana, la piña y la naranja junto a especias. Disfrutar de infusiones de frutas o leches vegetales como avena y almendra.

El calendario de Adviento es una invitación para disfrutar cada día de sabores y momentos compartidos. Desde dulces y frutas hasta recetas caseras y bebidas calientes, cada ventanita puede convertirse en una experiencia que combina sorpresa e ilusión.

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