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El PP vasco entierra la herencia de Alonso y orilla a su presidenta a las puertas de una campaña a la medida de Iturgaiz

Iturgaiz, con otros miembros del PP, este martes en la inauguración de la sede de Vitoria

Iker Rioja Andueza

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La coalición conformada por PP y Ciudadanos (PP+Cs) de cara a las elecciones vascas diseña una campaña a la medida de su candidato, Carlos Iturgaiz, repescado del pasado y con un discurso duro. Ello implica enterrar la herencia de la etapa anterior de Alfonso Alonso, que acabó con un portazo por las discrepancias con Génova, y con la presidenta en Euskadi, que era la más estrecha colaboradora del exministro, Amaya Fernández, en un muy discreto segundo plano, fuera de las listas y sin capacidad real de influir en la línea política o comunicativa.

Voces de la coalición confían en que “los errores de Pedro Sánchez y de Iñigo Urkullu” durante la gestión de la pandemia permitan mejorar las muy negativas previsiones que los sondeos previos a la fallida cita del 5 de abril auguraban. De los nueve escaños actuales del PP, las peores encuestas hablaban de cinco y, además, sujetos a reparto con el socio naranja. Ahora se agarran al sondeo de 'ABC', que les concedía este fin de semana una horquilla de 7-9. La victoria de Iturgaiz parece situarse en no bajar aún más el listón que dejó Alonso en 2016.

El Deustobarómetro elaborado la pasada semana por un equipo de la Universidad de Deusto dejó en 1,3 sobre 10 la valoración de Carlos Iturgaiz, sólo por delante de Pablo Casado (1,2) y de Santiago Abascal (0,7). Un dato llamativo es que se ha encontrado tan poca base de votantes de PP+Cs entre los encuestados que durante todo el informe del sondeo no se pueden conocer datos desagregados para esa corriente política al no ser la muestra estadísticamente representativa. El último Deustobarómetro con Alonso le dio 1,76 sobre 10. A favor de Iturgaiz juega que, según el Focus de EiTB, es el candidato más conocido detrás del lehendakari, Iñigo Urkullu, y por delante de los aspirantes de EH Bildu, PSE-EE o Elkarrekin Podemos-IU. Más de ocho de cada diez vascos le ponen cara.

El candidato Iturgaiz y algunos dirigentes del PP y cuadros de Ciudadanos en Euskadi se han reunido este martes a mediodía para inaugurar la sede electoral de Vitoria, ubicada en frente del edificio de Correos. “No hay margen para errores”, se puede leer junto a la gran fotografía de Iturgaiz y de su candidato por Álava, Carmelo Barrio. Entre los asistentes -todos con mascarillas- estaba casi al completo el disciplinado PP de Álava, leal a Alonso y encabezado por Iñaki Oyarzábal, pero que desea actuar con “responsabilidad” en la nueva etapa, según las fuentes consultadas. Entre las ausencias, la de la presidenta del partido, Amaya Fernández.

¿Participará en la campaña? “Está abierta a todo el mundo”, indican en la coalición. Fuentes de la candidatura de Iturgaiz abundan, con ánimo de ofrecer una imagen de normalidad, que el lunes la presidenta participó en una videoconferencia con la junta comarcal de la Rioja Alavesa y que este jueves irá con Iturgaiz al cementerio de Durango con motivo del vigésimo aniversario del asesinato a manos de ETA del edil Jesús María Pedrosa.

El equipo de Iturgaiz espera en campaña -dentro de las limitaciones propias de unas elecciones bajo la amenaza del coronavirus- el desembarco en Euskadi de sus 'pesos pesados' en Madrid. Fernández, por su parte, dejó este fin de semana en Twitter un mensaje a favor de la “moderación” y contra el “hooliganismo”. Hace menos de un año que Alonso, Fernández y Borja Sémper -otro ya fuera de la política- organizaron una convención política para resituar el discurso propio del PP en Euskadi, acto que Cayetana Álvarez de Toledo torpedeó con acusaciones de “tibieza” hacia el nacionalismo.

Las heridas por la salida de Alonso no están cerradas. El equipo de Pablo Casado aceptó a Alonso de candidato pero quiso imponer tanto sus nombres en las listas como una cuota para Ciudadanos claramente por encima de lo que representa este partido en Euskadi. Los naranjas nunca han tenido presencial institucional real y se han visto sumidos en crisis internas continuas. Génova quiso concederles -y lo han logrado- puestos de salida en las candidaturas de la coalición, que se llama PP+Cs. Alonso se revolvió contra esa estrategia y, al ver que se quedaban fuera algunos de sus más estrechos colaboradores, dimitió. Fernández es un ejemplo de quienes no están en las papeletas, si es que se mantienen para el 12 de julio las propuestas del 5 de abril.

Iturgaiz, además, se enfrenta a la incoherencia de hacer bandera de sus ataques continuos al Gobierno “socialcomunista” de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias, el Ejecutivo “de las falsedades”, el que “oculta informes de la OMS” y el de la “traición a los españoles”, en una campaña de la mano con Ciudadanos, que ha venido acordando las últimas prórrogas del estado de alarma. “Nos une lo importante”, ha despejado Iturgaiz sobre esta cuestión. De hecho, ha puesto como ejemplos de buena gestión a esas comunidades autónomas con coaliciones de PP y Ciudadanos (muchas apoyadas externamente por Vox) como “Castilla y León, Murcia, Andalucía o la Comunidad de Madrid”.

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