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Un paciente debe esperar una media de 50 días para ser operado

Eduardo Azumendi

Vitoria-Gasteiz —

“Ha sido un año difícil y complicado, pero los profesionales de Osakidetza han conseguido dar respuesta al gran reto de mantener un sistema público de calidad y universal”. Para el director general de Osakidetza, Jon Etxeberria, el Sistema Vasco de Salud ha conseguido salir airoso en 2013, presentando un balance de actividad “bueno”. Uno de los principales indicadores que mide la solvencia de un sistema sanitaria es la demora media que sufren los pacientes para poder intervenidos o para acceder a la primera consulta con el especialista. En ese sentido, los datos ofrecido por Osakidetza sobre la actividad en 2013 reflejan que la demora media para ser operado en Euskadi era de 49,67 días a 31 de diciembre de 2013, tres menos que en la misma fecha de 2012. En cuanto a las consultas, la demora media para una primera cita se queda en 25 días, una menos que en diciembre de 2012.

Etxeberria ha calificado los datos de “buenos”, pero ha puesto mucho cuidado en puntualizar que se trata de medias. Es decir, que algunos pacientes han superado esas medidas y en otros casos se habrán reducido.Por hospitales, la demora media para operarse oscila entre una franja que va desde los 37 días del Hospital del Alto Deba hasta los 54 de San Eloy. A 31 de diciembre, un total de 18.123 pacientes aguardaban para ser operados en algún hospital de la comunidad (un 2,62% menos que en 2012).

En cuanto a la demora para hacerse pruebas, el responsable de Osakidetza la cifró en nueve días. En este caso, la controversia es mucho mayor porcuanto esos días pueden resultar corrector para las pruebas más sencillas, pero la mayoría se drmoran bastante más. Algo que reconoció abiertamente el director de Asistencia Sanitaria de Osakidetza, Antonio Arraiza.

En conjunto, Osakidetza contabilizó en 2013 casi 11 millones de consultas de atención primaria y pediatría y cuatro millones para los especialistas (un 3,15% más). Además, registró 1.688.690 consultas telefónicas. Este tipo de consultas son para enfermos, por lo general crónicos, que solo precisan algunos pequeños detalles y seguimiento de su enfermedad. Sin embargo, se trata de un sistema que alivia considerablemente el trabajo de los médicos, ya que en su mayoría es de corte burocrático.

Sobre la saturación de los servicios de urgencia de algunos hospitales durante las pasadas navidades (hecho denunciado por pacientes y sindicatos), Arraiza relativizó la cuestión y limitó esas saturaciones a “agobios puntuales” debido a la gripe.

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