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Talleres de ganchillo para abuelas, concursos de paella o charlas en peluquerías: la estrategia antirrumores vista desde dentro

Reunión mensual de parte de los agentes antirrumores desplegados por Bilbao

Maialen Ferreira

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Combatir los estereotipos negativos hacia las personas extranjeras a través de talleres de ganchillo para abuelas, concursos de paella, charlas en peluquerías o ‘pintxopote’ literarios. Estas son algunas de las acciones que realizan por todo Bilbao los más de 300 agentes antirrumores que están desplegados por toda la ciudad y tratan de influir sobre las ideas y percepciones racistas de las personas, para provocar un cambio en su actitud y evitar que se extiendan rumores acerca de las personas extranjeras. Rumores, que en su mayoría están relacionados con aspectos como recursos sociales, centros educativos, machismo, inseguridad y delincuencia y, finalmente, mercado de trabajo. 

Tienen edades que rondan desde los 25 hasta los 90 años, pertenecen a diferentes sectores de la sociedad y provienen de distintos lugares del planeta. Como Teresa, una venezolana que trabaja en el sector gubernamental; Fran, un educador social de Deusto, Bilbao o Elisabetta, quien proveniente de un pequeño pueblo de Italia.  

Su labor es anónima. Son conscientes de que influir y cambiar el punto de vista de las personas es una tarea muy difícil y que lo complicado es cuando esas personas que realizan comentarios negativos provienen de su propio entorno, ya sea el familiar o el laboral. Para abordar la estrategia antirrumor desarrollan actividades cotidianas, como pueden ser charlas en peluquerías, clases de zumba antirrumor, o paellas antirrumores. Además, realizan acciones de carácter más reflexivo como charlas en universidades, con las familias o seminarios específicos.  

“Hay que combinar, por una parte, que te doten de contenido y por otra acercarse de una manera afable y desde un espacio ocioso, que todas estamos más dispuestas a recibir opiniones. Como, por ejemplo, espacios como pueden ser peluquerías o unas fiestas de barrio. Ir a aquellos lugares donde corren los rumores e intentar de alguna manera que la gente adquiera otras ideas, vea otros datos”, ha indicado Ane, quien trabaja en la asociación Amekadi y se encarga de organizar la estrategia y las acciones a seguir por el grupo.  

El Ayuntamiento de Bilbao lleva desarrollando el proyecto antiRUMORES desde 2013. Proyecto en el que han participado cerca de 350 personas. Actualmente, 25 nuevos agentes están participando en la formación, que comenzó el 5 de marzo y finalizará el 4 de junio, cuando finalmente se convertirán en agentes antirrumor y comenzarán a participar en las diferentes acciones para combatir el racismo y los prejuicios negativos contra las personas extranjeras.  

Teresa lleva en el grupo desde 2017 y ella misma se considera “una agente antirrumor, por el mero hecho de ser ella”, una venezolana trabajando en la administración pública vasca. 

“Cuando me ven en el trabajo al ser extranjera, se sorprenden. No es común encontrar a alguien de fuera trabajando en el sector gubernamental. En la propia Administración Pública te encuentras con muchísima gente y muchísimos comentarios que están muy cargados de prejuicios y, a veces, de prejuicios negativos que van incluso con odio. En la Administración nos enfrentamos a muchas situaciones muy duras y muy complicadas. Lo que buscamos también es que desde dentro de las instituciones públicas haya más promoción y se dé una mayor importancia a lo que es el tema de la convivencia y el respeto a la diversidad, porque esta sociedad es plural y no podemos hablar de pluralidad cuando no la hay dentro de las instituciones”, ha señalado Teresa, quien, ha indicado a este diario que entrar en la estrategia antirrumor le ha hecho sentir, de alguna manera, que forma parte de la sociedad vasca. 

Desde el grupo, se han acercado al Ayuntamiento con la intención de crear un Manifiesto antiRumores, proyecto en el que llevan varios años trabajando. Para ello, han solicitado las firmas de todos los grupos parlamentarios, pero uno de ellos, en concreto, el Partido Popular, se ha negado a recibirlos argumentando que “no disponen de tiempo”. Por ello, han realizado una declaración de partidos, con aquellos grupos políticos que sí que se comprometen con las acciones que están realizando los agentes antirrumores.  

“Descubrir que en esta ciudad había un proyecto para combatir los estereotipos vinculados a la inmigración y además que esté promovido por el Ayuntamiento me pareció valioso y apreciable”, ha indicado Elisabetta, quien viene de una pequeña ciudad de Italia donde, asegura “el racismo es política y aquí en Euskadi otra realidad es posible”. 

Al tratarse de una estrategia con acciones ya estructuradas, el trabajo se desarrolla de una manera más sencilla. Los propios agentes detectan situaciones o zonas específicas en las que les gustaría abordar la estrategia, lo proponen y entre todos elaboran un plan específico.  

Para Fran, quien lleva en el proyecto desde su inicio, en el 2013, el mayor reto es lo que él llama “las conversaciones difíciles”. Éstas surgen cuando se encuentran en entornos en los que por alguna u otra razón es complicado “atacar” al racismo. Lo que estos agentes hacen en estas situaciones es lo siguiente: 

“Primero formarme yo para saber cómo abordar esas conversaciones difíciles, que es todo un reto. Siempre que hay una oportunidad de hacer algo o de meter algo que sea de antirrumores, hay que aprovechar esa oportunidad. Dar tu granito de arena para que los rumores no calen en la gente”, ha explicado Fran. 

En lo que todos ellos coinciden es que formar parte del mundo antirrumor hace que estas personas se sientan útiles y entiendan a través de sus propios estereotipos qué es lo que el resto de las personas piensa y cómo hacerles ver que otra realidad y otro pensamiento es posible. Se trata de vecinos, amigos, familiares que “no son malas personas”, simplemente dan voz a rumores que no son ciertos y que cuando vienen con una carga de odio y convierten al diferente en el enemigo, hay que realizar la difícil pero constructiva labor de eliminarlos.  

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