De Clan TV, perritas rosadas y otras simplezas
Un año. Esta semana hace justo un año desde que el Grupo de Crianza Mujeres 4C´s— Pino Montano y la Asociación de Mujeres Supervivientes (Sevilla) formularan una queja ante el Defensor de la Audiencia de RTVE y ante el Observatorio de Imagen de las Mujeres (Ministerio de Igualdad) denunciando el contenido sexista inherente a varias de las series emitidas por Clan TV.
Hablamos concretamente de programas de dibujos animados como Robocar Poli, Super Wings (la única que a, a día de hoy, no siguen emitiendo), Patrulla Canina y Bob Esponja, espacios estos donde las figuras femeninas no llegan a representar el 15-25% del total de personajes, siendo ellas además, la mayor parte de las veces, imágenes secundarias que visten de rosa y que están definidas psicológicamente por su afabilidad, su cordialidad e incluso, debilidad en el carácter.
La canción de entrada de una de estas series, la de Robocar Poli, es elocuente en este sentido cuando habla de “Amber, lista, amable y servicial” al lado de “Poli, un héroe sin igual”, o “Roy, bravo, fuerte y muy legal”. ¿Y qué explicación da TVE a tales pequeñeces? (Estas feministas es que se quejan por todo, oye). Pues que no hay de qué preocuparse, debemos estar tranquilas porque, efectivamente, reconocen que son “clichés”, pero es que, como afirmó Yago Fandiño (Director de Contenidos Infantiles de RTVE) con la seguridad y la calma que proporciona el hecho de saberse haciendo lo correcto, “en comunicación, todo son clichés”, queridas mías.
Y como esto es así, y nada puede hacer el ente público para remediarlo (ni siquiera no seguir comprando estas series o emitirlas), pues lo mejor que se les ocurre es plantarle ración generosa de estereotipos a las criaturas. Así que, marchando una de perrita rosada, otra de cochecita servicial y otra de ballena adolescente con labios en forma de corazón, entre otras... Eso sí, que todo el mundo sepa que ellas no serán nunca las protagonistas.
Y es que, claro, tampoco se trata de “demonizar a una niña que le guste el rosa”, como objetaron desde el programa RTVE Responde en diciembre de 2020. Después de todo, el influjo que ejerce la televisión es mínimo en el comportamiento de las menores (¡que para eso está la familia, para ir enderezando a esos árboles que se tuercen por la influencia social y mediática de los organismos públicos!) ¿Y cómo se nos ocurre pensar que una nena puede llegar a identificarse con una personaje de su mismo sexo/género a la que los demás le niegan la posibilidad de destacar o brillar con luz propia si no es al lado de sus compañeros? ¿No es, a todas luces, descabellado?
Señores de la tele, se lo explico como si fueran ustedes infantes de 5 años: cuando las niñas crecen viéndose a ellas mismas como personajes minoritarios, secundarios y cuyas acciones son prescindibles en las historias en las que aparecen, acaban por acostumbrase a ello y en nada les parecerá extraño no ser visibles en política, en el mundo empresarial o en los deportes. Y eso, a las que luchamos día a día por otra cosa, ya no nos gusta tanto…
Así, a menos que sea un “caso gravísimo” de sexismo, parece que no retiran ninguna serie. Y seguro que más de una se estará preguntando cómo miden en TVE el grado de discriminación… ¿Podemos encontrarnos un contenido solo un poco sexista? ¿Solo un poco racista? ¿Un poco homófobo? ¿Cuánto de grave es la subrepresentación femenina en los programas infantiles y la identificación de las niñas con unas congéneres que no hacen sino perpetuar roles?
Y, dado que algunas de estas series son sólo algo sexistas o que en ocasiones incluyen clichés “no muy afortunados” (como reconoció en su día Fandiño), pero que proceden algunas de ellas de sociedades asiáticas “con un ritmo diferente a la nuestra”, ¿Por qué se compran? ¿Por qué se sigue gastando dinero de todo el mundo en ellas? ¿Será que la televisión pública de este país, aún teniendo por bandera el trabajar directamente con el Observatorio de Imagen de las Mujeres (colapsado, por otra parte, y con poca capacidad de acción), no se ha tomado todavía en serio el hecho de producir o programar teniendo en cuenta la perspectiva de género de forma sistemática?
Sobre Robocar Poli, que la cadena dejó de emitir tras recibir la queja (no se sabe si porque ya lo tenían programado así), hay que decir que el pasado domingo pudimos verla de nuevo en la pantalla... ¿Y qué decir de Bob Esponja, uno de los platos fuertes del prime time de Clan? Pues que mejor olvidarse. Lo que esta serie representa en términos de “parodia de la sociedad” (fundamental para un/a infante de 7 años conocer los entresijos de la explotación neocapitalista, claro, pero no la de género) es ya suficiente motivo para no retirarla de la parrilla. Lástima que entre los leitmotivs recurrentes del carismático camarero de las “cangreburgers”, cuenta con tan escaso tratamiento la justicia social para las mujeres.
Hace tres años, TVE pidió disculpas a la audiencia cuando dos concursantes de Operación Triunfo se cagaron en la Falange ¿Qué es lo que hace entonces que en casos como este los responsables de la cadena pública no solo no se disculpen, sino que sigan tratando de quitarle hierro al asunto? Pues, simplemente, que parece que su prioridad no es la de trabajar de forma transversal la igualdad de género y que la todavía alta tolerancia de esta sociedad a los productos audiovisuales de contenido sexista sigue siendo, desgraciadamente, la tónica. “Si se retiraran estas series”, concluye Fandiño, estaríamos yendo en contra de los intereses de los ciudadanos“ (no es una errata, no, es solo una mayúscula ”O“ supremática). Una gran obviedad, desde luego, ya todas sabemos que los que ostentan los privilegios (gracias, amigos del foro de Marca, por hacerlo tan evidente), raras veces se acostumbran a perderlos.
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