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Y ahora la Colita, Wert

José Ignacio Wert y Soraya Sáenz de Santamaría / EFE

Ruth Toledano

Al mejor estilo rajoniano, el ministro Wert lleva varios días escondiendo la patita. Los artistas rechazan sus premios nacionales: un día fue Jordi Savall, el de Música; al otro, Colita, el de Fotografía. Y él, como ministro de Cultura, sigue sin dar la cara ante lo que los mejores de la cultura le están diciendo de su gestión. Debiera darla, aunque fuera esa de plasma propia de su Gobierno. Él, que además del desprecio de los suyos (los de sus competencias) sigue siendo el ministro peor valorado en las encuestas del CIS (batiendo su propio récord), no es que no dimita, es que ni aparece por aquí. Se limita a mandar (él o no se sabe quién) a Soraya Sáenz de Santamaría a decir cuatro lugares comunes, motivo por el que la ministra de la Presidencia es la mejor valorada en la referida encuesta.

Wert calla y esconde la patita. Pero le hemos visto la Colita.

Al rechazar su Premio Nacional, Colita dice que no sabe dónde está el Ministerio de Educación Cultura y Deporte, y se pregunta si existe siquiera, pues ella no lo conoce: “La situación de la cultura y la educación en España, cómo expresarlo, es de pena, vergüenza y dolor de corazón. No es posible que exista dicho ministerio. Es una quimera. Habrá que esperar con ilusión, otros tiempos, otras gentes, otros gobiernos, que nos devuelvan a nosotros el orgullo y a ellos el honor. Así pues, de momento, Sr. Wert, no me apetece salir con Ud. en la foto”.

Mientras asistimos a este bochornoso día de la marmota institucional y esperamos a esas otras gentes, podemos preguntarnos qué ha hecho el Sr. Wert en los últimos tiempos. Repasemos su actividad.

Como el ministro escondido y peor valorado no tenía bastante con haberse cargado la Enseñanza a través de su LOMCE y de los recortes educativos, ahora ha tenido la brillantísima idea de que los profesores puedan impartir materias en las que no son especialistas. Es decir, que un profesor de Geografía acabe dando Filosofía o que una de Literatura acabe dando Geografía. Ejemplo real: un docente de Matemáticas podrá impartir, además de su especialidad, Biología y Geología, Física y Química, Cultura Científica, Tecnología, Tecnología de la Información y Comunicación, y Economía de la Empresa.

Lo llaman “la última de Wert” y se trata del borrador del Real Decreto-Ley de Especialidades, que ha presentado el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y que toda la comunidad educativa ha rechazado ya de plano, como le viene siendo habitual al ministro. Empiezo a pensar que es masoca. Sádico sí parece, pues la implementación de esta Ley supondría una caída en picado de la calidad de la enseñanza (si es que puede caer más algo que ya está en el suelo), e incluso la desaparición de algunas materias, una vez que se jubilaran sus especialistas. Miguel Morte, secretario de Acción Sindical de Enseñanza de CC.OO. en Aragón, tilda estos propósitos de economicistas, pues permitirán amortizar plazas, y alerta de que “todo esto se saldará con un déficit formativo de los alumnos y muchos de ellos no aguantarán el tirón del bachillerato. Eso es lo que en el fondo quiere el Ministerio, reducir el estudiantado de Bachillerato y Universidad”. Más que probable sadomasoquismo, sí.

Ahora bien, con enorme coherencia, el ministro Wert ha hecho varias otras cositas recientemente. A saber:

. Inaugurar el proyecto “Estrategia de competencias de la OCDE”, cuyo nombre completo es “Estrategia de competencias de la OCDE: construyendo una estrategia de competencias eficaz para España”, y cuyo propósito consiste en “proporcionar una evaluación estratégica del sistema de competencias español a través de la exploración en profundidad de las fortalezas y desafíos del mismo desde una perspectiva multidisciplinar”. Tan explícito y ambicioso proyecto está apoyado por un equipo de trabajo compuesto por representantes de los ministerios de Educación, de Empleo, de Economía y Competitividad, de Industria, Energía y Turismo, de Hacienda y Administraciones Públicas y de la Presidencia, y de la Oficina Económica del Presidente. Como está subvencionado en parte por la Comunidad Europea suponemos que cada organismo de esta completa lista se llevará su pellizco de fondos.

. Apadrinar, mano a mano con la también valoradísima Ana Botella, una exposición de portadas del diario El Mundo.

. Salvaguardar la jota, la transhumancia, la improvisación, las fiestas de San Juan y la producción artesanal del esparto.

. Emitir un comunicado por la muerte del matador de toros José María Manzanares, en el que asegura que “siempre será recordado con admiración, gratitud y cariño”.

. Apostar por que la Escuela de Policía se integre en la Universidad.

O sea, Colita, que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, existir, lo que se dice existir, sí existe, mujer. Todo lo anterior es su foto. Y, en su contemplación, comprendemos los resultados del informe PISA (no digamos ya el modelo de ciudadanía que se promueve) y comprendemos por fin el comentario en El País de un lector de la noticia de su renuncia al premio, que reza así: “De hecho, ¿quién conoce a la tal Colita?”. Nos preguntamos cómo era posible siquiera que el susodicho lector hubiera sido capaz de escribir cualquier frase, incluida esta (suponiendo, además, que aún no puede ser un fruto, podrido, de la Lomce). Pero viendo esta foto de la actividad ministerial hallamos la respuesta.

Hace poco más de un mes, el ministro Wert presentaba sus presupuestos para 2015 en Educación y, aun manteniendo las becas (eso sí, escamoteando datos), su Ministerio prácticamente elimina los programas de 'Educación compensatoria' destinados a alumnos en “desventaja social”, cuya dotación, en un momento en que la pobreza infantil se dispara en España, baja en un 90%. O sea, los pobres, al analfabetismo, que lo suyo viene de fábrica. “¿Cómo se puede estudiar en casa cuando en la nevera no hay nada y en casa hay una tensión brutal porque papá se ha quedado sin trabajo, porque mamá tiene que hacer horas extra para sobrevivir? Imposible”, explica Xavier Melgarejo. Como para preguntarles por la Colita.

En fin, queda claro que lo que los artistas y creadores premiables le están diciendo a Wert es que no hay Cultura que valga si antes no hay Educación, lo más importante en una sociedad digna y que quiera a sus hijos. Y que él no dispone de la categoría moral necesaria para tener en sus manos semejante responsabilidad. Y que su Gobierno de corruptos no puede avalar ninguna reforma educativa ni promocionar cultura alguna, imposibles sin ética y valores que las sustenten. “Para los finlandeses [líderes en Educación], los niños son el tesoro de la nación”, insiste Melgarejo. “En España, a pesar de que también los queremos mucho, no han sido la prioridad. Hemos gastado en pabellones, en aeropuertos, pero para un país lo más importante es construir sus personas”.

España está a la cola. Esa es la foto. La Colita de Wert.

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