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El 28M pone a prueba la movilización de la izquierda con todos sus feudos en juego

Varias personas acuden a votar en el colegio electoral de los Salesianos de Atocha en Madrid este domingo

José Precedo

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Nadie lo diría tras la irrespirable campaña que se cerró el viernes a medianoche, la de los últimos quince días y la de todos los meses anteriores. Pero el país vota este domingo para elegir a 12 gobiernos autonómicos, a las corporaciones de 8.131 ayuntamientos y 41 diputaciones provinciales. Las instituciones que salgan de este 28 de mayo gestionarán la sanidad, la educación, la protección (o no) del medio ambiente, las políticas de vivienda, el precio del autobús, las becas universitarias, la Formación Profesional, las residencias de mayores que todos los Gobiernos prometieron reforzar durante la pandemia, las ayudas a la dependencia... Un ejemplo de lo que está en juego: solo la Comunidad de Madrid maneja 20.000 millones de presupuesto cada año, 80.000 a lo largo de una legislatura.

Y sin embargo, muy poco de eso ha asomado en la asfixiante refriega electoral que han impuesto la derecha y sus altavoces mediáticos, empeñados desde 2018 en que España tiene un gobierno ilegítimo al que hay que desalojar del poder como sea. La agenda conservadora dispuso primero alargar la polémica de las listas de Bildu días después de que sus candidatos condenados por terrorismo anunciasen que no tomarían posesión de sus actas, hasta amplificar la polémica por los mítines de todo el país, fundamentalmente los de fuera de Euskadi, el único sitio donde EH Bildu y el PP no tienen problema en llegar a acuerdos.

Cuando el asunto no dio más de sí y amenazaba con volverse en contra por las protestas de algunas víctimas del terrorismo, la derecha se aferró a unos cuantos episodios de compra de votos frustrados por las fuerzas de seguridad -el más importante en Melilla protagonizado por el partido de Mustafá Aberchán, un sospechoso habitual en estas prácticas- para extender la sospecha de un pucherazo electoral generalizado que la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, atribuyó directamente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Feijóo asistió en directo a semejantes afirmaciones en el cierre de campaña “como un militante más”, según él mismo se encargó de recordar, convencido de que era una muestra de que “la presidenta está en forma”.

La sombra de duda que expande la derecha sobre la votación que decidirá todo el mapa municipal y la mayoría del autonómico parte de un puñado de ayuntamientos pequeños donde resultaron detenidos candidatos del partido socialista y de otros partidos, el caso más sonado en Mojácar, una localidad almeriense de 8.000 habitantes. Prácticas ilegales -como ofrecer trabajos a cambio de votos o pequeñas sumas de dinero- que han atajado la Policía y la Guardia Civil, y que en Melilla se atajaron con un mínimo cambio en la normativa que obliga a mostrar el DNI cuando se exhibe el voto, no solo cuando se solicita. Ese sencillo trámite sirvió para reducir de 10.000 a 5.000 los votos por correo y el intento de fraude de ese partido local y pequeñas mafias locales que según los investigadores trataban de vender las papeletas al mejor postor.

Esos episodios, similares a los que se suceden en algunos pueblos elección tras elección, sirvieron a la derecha más montaraz para escalar el último peldaño hacia el trumpismo y poner en duda los resultados electorales de todo el país. Un cuestionamiento del sistema similar al que hizo el presidente republicano de los Estados Unidos y también Bolsonaro en Brasil y cuyos efectos son impredecibles.

Una estrategia para desmovilizar a la izquierda

Ese ha sido el contexto de la campaña y, contra el socorrido argumento de la polarización y la crispación que a menudo sirven para repartir culpas entre todos los partidos, están las hemerotecas. Puede imputarse al Gobierno su tendencia a hacer campaña desde el Consejo de Ministros con sus martes electorales que supusieron anuncios de todo tipo para jóvenes, mayores y colectivos vulnerables. Nada, en todo caso, comparable a las prácticas de la derecha. Un ejemplo de cómo han sido las cosas: a la aprobación en los días previos de la ley de vivienda, uno de los problemas más acuciantes del país según todas las encuestas, dirigentes del PP de Madrid respondieron asegurando que la norma está inspirada en las cenizas de Hipercor (un atentado cometido por ETA en 1987 y que dejó 21 personas muertas y 47 heridas) en 1987.

En su mitin de cierre en Barcelona, Sánchez alertó de que esa estrategia de la derecha busca desmovilizar a la izquierda en unos comicios donde muchos territorios pueden decidirse por un puñado de votos y atribuyó al PP un plan para volver a 2013 y desmontar todas las medidas sociales del último lustro que necesita de la abstención de bolsas de votantes del PSOE y las formaciones a su izquierda ya el 28M como inicio del cambio de ciclo.

Aparte de las derivadas de los resultados que a partir del lunes puedan extraerse para las generales de final de año, este 28M hay importantes comunidades que están en el aire y pueden volver a manos de la derecha si el PP logra amarrar las papeletas que en 2019 fueron a Ciudadanos, desde entonces en caída libre. De Asturias a la Comunitat Valenciana, pasando por Castilla-La Mancha, Aragón o Balears. Y las encuestas dicen que hay partido en ciudades como Barcelona, Sevilla e incluso el Madrid de Almeida. En varias de las circunscripciones los gobiernos de izquierdas penden del resultado de Unidas Podemos. Fundamentalmente en la Comunitat Valenciana, a donde acudieron en las últimas horas Pablo Iglesias y Yolanda Díaz por separado a apoyar a la coalición. Lo que sigue es un recorrido, territorio a territorio, de lo que se juega el domingo.

Madrid

En la Comunidad todas las encuestas dan como vencedora indiscutible de las elecciones a Isabel Díaz Ayuso, tras haber absorbido a Ciudadanos hace ya dos años. La clave ahora estará en si la candidata del PP logra la ansiada mayoría absoluta o depende de nuevo de Vox. En el lado de la izquierda, la pugna entre las fuerzas progresistas es otra de las incógnitas de la noche electoral. Hace dos años el PSOE perdía el liderazgo de la oposición en favor de Más Madrid. El 28M se verá si esta posición se consolida.

El escenario es muy diferente en el Ayuntamiento. Aunque la candidatura del PP, con José Luis Martínez-Almeida, logrará ser primera fuerza previsiblemente tras quedarse la mayor parte de las papeletas de Ciudadanos, su todavía socio de gobierno, los sondeos apuntan a un resultado mucho más ajustado entre bloques. Existe una posibilidad de que las izquierdas lideradas por Más Madrid sumen para gobernar cuatro años después de que Manuela Carmena perdiese el poder. Si la derecha se hace con la victoria, el candidato de Vox, Javier Ortega Smith, ya ha manifestado su intención de entrar en el gobierno de la capital que ha apoyado desde fuera estos cuatro años con algunos sobresaltos, como la negativa a apoyar sus últimos presupuestos.

Comunitat Valenciana

Es la autonomía donde el PP ha puesto el termómetro y la que puede dirimir el cambio de ciclo o la continuidad de las mayorías de izquierdas. Es el territorio de mayor población gobernado por un acuerdo de progreso, el Pacte del Botànic, que conforman el PSPV, Compromís y Unides Podem-Esquerra Unida, y el gobierno autonómico más importante presidido por un socialista, Ximo Puig, al frente de la Generalitat Valenciana desde que en 2015 fue derrotada la derecha tras dos décadas de hegemonía del PP.  El resultado en la Comunitat Valenciana puede marcar el signo de las elecciones del 28 de mayo a nivel de toda España,

Las encuestas apuntan a un resultado reñido con tendencia a la continuidad de las fuerzas de izquierdas. Así, la Comunitat Valenciana puede convertirse en el dique de contención de las aspiraciones del PP de hacerse en las elecciones generales con el poder de nuevo, reforzando las opciones del Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez. En caso contrario, se abrirá de par en par la puerta a las expectativas de la formación que lidera Alberto Núñez Feijóo de llegar a La Moncloa con apoyo de la extrema derecha de Vox. 

La recomposición en el bloque de la derecha, con el hundimiento de Ciudadanos situará con toda probabilidad al PP como la fuerza más votada en la Comunitat Valenciana, volviendo a un escenario parecido al de 2015, pero la suma de las tres fuerzas del Pacte del Botànic puede estar en condiciones, como entonces, de obtener una mayoría de escaños en las Corts Valencianes, algo que dependerá en gran medida de que Unides Podem-Esquerra Unida sea capaz de superar la barrera electoral del 5% en toda la comunidad autónoma. Ahí radica el mayor riesgo de estas elecciones, dado que en un parlamento de 99 escaños, con la mayoría en 50, las encuestan sitúan a los socialistas y a los valencianistas de Compromís en posición de consolidar o mejorar sus resultados de 2019 (27 y 17 diputados, respectivamente) frente al descenso a cinco (entonces fueron ocho) de Unides Podem, que podrían quedarse sin ningún diputado en el caso de quedar por debajo de la barrera electoral. Así se explican los esfuerzos de Iglesias y Yolanda Díaz el último día y la víspera del cierre de campaña por arropar en las últimas horas al candidato de Unidas Podemos, Héctor Illueca.

Aragón

La demoscopia apunta que este 28M puede arrojar un resultado cercano al empate en Aragón. Según las encuestas, la llave de la gobernabilidad estará en manos de Aragón Existe, que irrumpe en el parlamento aragonés tras sus buenos resultados de las elecciones generales de 2019. No está claro por qué bloque se decantará esta formación, que quiere formar parte del gobierno aunque sostiene que no con Vox. 

El PP de Jorge Azcón, hasta ahora alcalde de Zaragoza, aspira a quitarle la presidencia a Javier Lambán, que está al frente del Gobierno de Aragón desde 2015. En esta última legislatura ha encabezado el cuatripartito formado por PSOE, PAR, Podemos y CHA, con Izquierda Unida como el único partido de izquierdas. Tanto Ciudadanos como el PAR se enfrentan a la desaparición en estas elecciones.

Asturias

Asturias cierra una campaña electoral de tono bronco, escasas propuestas novedosas y centrada en la lucha de bloques. El PSOE ha lanzado un mensaje continuo de que los asturianos tienen que ir a votar para evitar que la ultraderecha llegue al ejecutivo autonómico. El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha denunciado de forma reiterada un pacto oculto entre el PP y Vox para gobernar si les dan los números y echar a la izquierda. Por su parte, el cabeza de lista del PP al Principado de Asturias, Diego Canga, ha resaltado la necesidad de concentrar el voto de centroderecha en su partido para evitar así un tripartito de izquierdas con IU y Podemos, que acuden por separado.

Todas las encuestas y sondeos que han sido publicados a lo largo de esta campaña dan un resultado apretado y dejan claro que el futuro ejecutivo del Principado de Asturias será cuestión de la suma de bloques. La probable presencia de Foro Asturias en la Junta General del Principado, con Adrián Pumares de cabeza de lista, podría convertir a este partido en el que decante la mayoría hacia uno u otro signo político.

A nivel municipal el interés electoral en Asturias se centra hacia dónde caerá el poder en Gijón, la ciudad más poblada del Principado, donde se disputan la victoria el PSOE, que la gobierna, y los ahora asturianistas de Foro Asturias. Las encuestas apuntan a que la cirujana Carmen Moriyón, exalcaldesa 8 años con Foro, podría desbancar al PSOE de Luis Manuel Fernández ‘Floro’ sumando con el resto de las derechas y volver al poder. En el Ayuntamiento de Oviedo el alcalde Alfredo Canteli -independiente que encabeza la lista del PP - se ha rodeado en la campaña de antiguos dirigentes de Ciudadanos pasados a los populares para intentar conseguir una mayoría absoluta y evitar lo que denomina “la amenaza de la izquierda radical”.

Islas Baleares

En Balears el resultado se prevé también muy ajustado y lo único que es seguro es que una mujer presidirá de nuevo el Govern. Las encuestas prevén que Francina Armengol (PSOE) o Marga Prohens (PP) ganarán las elecciones, pero con un margen muy reducido de votos, por lo que necesitarán el apoyo de otros partidos. La candidata socialista y actual presidenta, Armengol, podría reeditar su pacto con Més per Mallorca, que probablemente mantendrá los diputados que tiene actualmente, y Unidas Podemos, a quien las encuestas auguran la pérdida de un diputado. También podría contar con el apoyo, aunque fuera del Govern, de Més per Menorca.

La incógnita es qué pasará en el lado de la derecha. Con casi total seguridad Ciudadanos desaparecerá del Parlament y se repartirán sus escaños entre PP y Vox. El partido de ultraderecha probablemente subirá bastante -según las encuestas, podría convertirse en tercera fuerza-. Sin embargo, es posible que Vox y PP no sean capaces de sumar por sí solos y necesiten el apoyo de El PI, un partido regionalista y de centroderecha que, si consigue superar la barrera electoral del 5%, puede ser determinante (aunque consiguiera un solo diputado) para decantar la balanza a favor de la izquierda o la derecha.

Canarias

Canarias cierra una campaña electoral que ha estado alejada de la crispación política. El próximo domingo, Ángel Víctor Torres (PSOE), a quien las encuestas han venido dando como ganador de las elecciones, se juega el poder sellar un acuerdo con fuerzas progresistas para continuar la línea que ha venido desarrollando en estos años. Este mandato ha gobernado junto a la coalición electoral Sí Podemos, Nueva Canarias y la Agrupación Socialista Gomera (ASG) tras un acuerdo con el que desbancaron a Coalición Canaria, que llevaba 26 años en el poder. 

A estas elecciones Coalición Canaria llega con ansias de volver a conformar Gobierno y su candidato Fernando Clavijo dijo en abril que está dispuesto a “ocupar una Vicepresidencia o irse a su casa” para facilitar un acuerdo que permita que su partido gobierne en las islas tras los comicios. Se abre así a pactar con el PSOE si no pudiera sumar con el PP, para el que algunas encuestas han vaticinado un sorpasso a los nacionalistas el próximo domingo. 

En cualquier escenario, cada noche electoral en las Islas los ojos están puestos en la Agrupación Socialista Gomera de Casimiro Curbelo, que por el sistema electoral canario (que busca compensar la representación de todas las islas pero que cada año es muy cuestionado) los 6.000 votos de La Gomera deciden el futuro de Canarias, pues el partido de Curbelo y los escaños que consiga pueden volver a ser la llave de un futuro Gobierno en Canarias.

Castilla-La Mancha

La hegemonía socialista en Castilla-La Mancha de los últimos ocho años pende de un hilo el próximo domingo. Emiliano García-Page puede conseguir su tercer gobierno consecutivo y el segundo con mayoría absoluta. La clave estará en lo que consigan sumar o no las derechas de PP Vox. Porque todas las encuestas dan por sentado que Vox entrará a las Cortes regionales y esa sería la gran novedad de estas elecciones. 

En el ámbito municipal que el mapa se tiña de rojo o de azul va a depender mucho del papel que juegue Ciudadanos, que ha permitido el gobierno en tres de las cinco capitales de provincia de Castilla-La Mancha en la actual legislatura. La formación naranja ha puesto toda la carne en el asador de Albacete con Carmen Picazo, la líder regional, como candidata al Ayuntamiento y también a la Presidencias de la Junta. En Toledo se ha pronosticado la mayoría absoluta - o casi- de la socialista Milagros Tolón. El mapa de los ayuntamientos y de las diputaciones también puede variar de forma notable si Vox, que ha triplicado número de candidaturas, consigue entrar con fuerza en los ayuntamientos decantando los gobiernos.

Extremadura

Todas las encuestas pronostican en Extremadura que el PSOE ganará las elecciones, pero eso no garantiza un nuevo Gobierno de Guillermo Fernández Vara, que perderá la mayoría absoluta. Por lo tanto, la posibilidad de una Junta de Extremadura progresista pasa por un acuerdo con Unidas por Extremadura, que ya ha advertido que su exigencia será formar el primer Gobierno de coalición en esta comunidad. Ambos partidos comparten muchos puntos en sus programas pero difieren en asuntos esenciales como la gestión de la transición energética o los proyectos urbanísticos y empresariales en espacios naturales. 

La izquierda tiene enfrente al PP, con una candidata nueva que tomó las riendas del partido el verano pasado, María Guardiola, y a Vox, que, si se cumplen los pronósticos, se estrenará en la Asamblea de Extremadura. Los bloques llegan igualados al 28M y el PP ya ha avanzado que, si la suma de escaños lo permite, intentará un Ejecutivo en minoría donde no esté Vox, aunque con los apoyos que sean necesarios en la Cámara legislativa extremeña.

Cantabria

Miguel Ángel Revilla (PRC) busca conseguir un quinto mandato en Cantabria que las encuestas no auguran fácil. Según los sondeos, el pacto PRC-PSOE que lleva dándose dos legislaturas seguidas estará muy ajustado e incluso podría requerir de la entrada en la ecuación de la coalición Podemos-IU si logra representación. 

El PP confía en ganar las elecciones y mejorar el pobre resultado que obtuvo en 2019, y aunque todo apunta que para gobernar necesitará sumar con Vox, los populares apelan a su candidatura frente a lo que denominan el 'gobierno Frankenstein', apelativo que también emplea en Santander, donde lleva más de cuatro décadas ininterrumpidas en el poder, para referirse al resto de partidos. Y es que allí, PSOE, PRC y Podemos-IU confían en alcanzar los 14 concejales necesarios para desbancar al PP del Ayuntamiento por primera vez en democracia.

Murcia

El PP en la Región, donde ya gobierna el popular Fernando López Miras, juega con ventaja este domingo. Según las últimas encuestas, aglutina más votos que toda la izquierda y podría gobernar en solitario con Vox. El PP ha intentado aplacar el pronóstico de crecimiento de Vox en la Región, en especial en el Campo de Cartagena, con sendas visitas del expresidente José María Aznar en las últimas semanas en busca del votante más de derechas.

Uno de los principales puntos de fricción entre los distintos partidos-en especial, PP y PSOE- ha sido el recorte del trasvase del Tajo. También los casos de corrupción que afectan a los expresidentes del PP Pedro Antonio Sánchez y Ramón Luis Valcárcel han asomado con frecuencia en los discursos de los partidos de izquierdas. La campaña de Podemos ha estado marcada por la cancelación del único debate electoral de la Región. La candidata del partido morado para presidir la Asamblea regional, María Marín, se negó a abandonar el atril una vez terminó su turno de palabra y cedérselo a la candidata de Más Región-Verdes Equo, Helena Vidal.

Navarra

En Navarra la campaña electoral ha estado marcada por los posibles pactos de gobierno que se comenzarán a negociar a partir del 29 de mayo. Todo hace indicar que la actual presidenta y candidata del PSN, María Chivite, volverá a necesitar del apoyo de EH Bildu para reeditar su gobierno con Geroa Bai (coalición de Socialverdes y PNV) y Contigo Navarra (Podemos, Izquierda Unida, Batzarre, Berdeak Equo, Alianza Verde e Independientes), y que la división de las derechas imposibilitará que UPN regrese al Palacio de Navarra, del que salió en 2015.

Pero la batalla también se disputará en Pamplona, donde los resultados incluso podrán condicionar la configuración del ejecutivo navarro. La alcaldía se la disputarán UPN y EH Bildu y los socialistas, al igual que en 2019, volverán a tener la llave de la gobernabilidad. Entonces dejaron gobernar a la lista más votada, la de Navarra Suma, pero ahora EH Bildu les pide “correspondencia” por el apoyo en el Parlamento foral.

La Rioja

Con las encuestas de las últimas semanas dejando abierto cualquier escenario, la socialista Concha Andreu se juega la continuidad en el Palacete de Logroño, en una comunidad, La Rioja, que hasta hace cuatro años era uno de los grandes bastiones del PP, que llevaba gobernando más de dos décadas. De cara a este domingo, los sondeos apuntan a que un puñado de votos decidirá el próximo Ejecutivo riojano. Tanto el último CIS como otras encuestas, entre ellas la de Simple Lógica para elDiario.es, señalaron que el PSOE tendría opciones de mantener el gobierno autonómico pactando con Podemos-IU (como ocurrió en 2019) y sumando quizá a la alianza del Partido Riojano y la España Vaciada, en el caso de que consiga representación.

Para el PP, La Rioja es una de sus principales apuestas, pero el candidato, Gonzalo Capellán, de la máxima confianza de la 'número dos' del partido a nivel nacional –y exalcaldesa de Logroño–, Cuca Gamarra, no tiene asegurada una mayoría clara tras cuatro años en la oposición y sufrir una crisis interna que derivó en la creación de un nuevo partido, Por La Rioja, que, según las encuestas no lograría representación. Las únicas opciones de Capellán pasarían por pactar con Vox, que podría lograr entrar en el parlamento riojano, mientras Ciudadanos corre el riesgo de desaparecer.

La lucha municipal en las cinco comunidades sin autonómicas

  • Cataluña

Las elecciones municipales están más abiertas que nunca en Catalunya y serán decisivas para la mayoría de los partidos. Tanto ERC como el PSC aspiran a ganar en votos, un triunfo que a los republicanos les serviría como espaldarazo para el Govern en solitario de Pere Aragonès, mientras que para los socialistas supondría un nuevo triunfo para consolidar su imagen de primer partido catalán.

Diferente es la composición por las alcaldías, en las que el partido de Salvador Illa puede revalidar su amplio dominio en el Área Metropolitana mientras ERC trata de sostener Tarragona y Lleida. En Barcelona, la ciudad por la que pasan la mayoría de las claves electorales de estas municipales, el resultado está más abierto que nunca y hasta tres candidatos aspiran a la alcaldía: Ada Colau para los comuns, Jaume Collboni por el PSC y Xavier Trias con Junts. La victoria para los tres es prácticamente de vida o muerte y será un factor decisivo para el futuro de sus partidos.

  • Andalucía

Andalucía llega a las urnas este domingo 11 meses después de las elecciones autonómicas que abrieron la puerta al gobierno de mayoría absoluta de Juan Manuel Moreno. Están en juego 785 alcaldías, aunque el 80% de la población se concentra en 29 ciudades, y ocho diputaciones provinciales que manejan un presupuesto global de 2.800 millones de euros.

El PP busca reequilibrar el poder municipal de Andalucía, donde el PSOE conserva su último bastión institucional: el 73% de los alcaldes andaluces son de izquierdas, el 27% de derechas. Sevilla capital es, además, el corazón orgánico del socialismo en España, es la ciudad más poblada que gobiernan y el resultado aquí es el mejor termómetro del estado de salud con el que el PSOE llegará a las generales.

Con información de Daniel Cela, Candela Canales, Bárbara A. Peri, Angy Galvín, Jennifer Jiménez, Rubén Alonso, Carmen Bachiller, Alba Camazón, Arturo Puente, Adolf Beltrán, Santiago Manchado, Gonzalo Cortizo, Iñigo Aduriz, Fátima Caballero, Erena Calvo, Rodrigo Sáinz e Iker Rioja.

  • Castilla y León

En 2019 Castilla y León se tiñó de rojo con alcaldías socialistas en León, Burgos, Valladolid, Soria y Segovia e Izquierda Unida con mayoría absoluta en Zamora. En Ávila, la escisión del PP dio la sorpresa. En Salamanca y Palencia primó el acuerdo de la Junta de Castilla y León firmado entre PP-Cs y solo la alcaldía de Salamanca está en manos del PP mientras Ciudadanos se quedó con el bastón de mando de Palencia.

A la espera de lo que suceda este domingo 28 de mayo, el Partido Popular de Mañueco podría verse perjudicado por su pacto con Vox y el escándalo de los jeques en Salamanca, su ciudad de origen. Todo parece apuntar a un resultado ajustado en Valladolid, donde gobernará –salvo sorpresa– el bloque que pueda sumar: PP-Vox o PSOE-Valladolid Toma La Palabra (liderado por IU). En Soria, el alcalde socialista busca su quinto mandato consecutivo mientras IU espera saber si Zamora aprueba a un Guarido al que le ha costado animarse a presentarse para un tercer gobierno.

  • País Vasco

Euskadi celebra este domingo elecciones municipales aunque no autonómicas, previstas para 2024. Eso sí, hay elecciones forales, donde se eligen los tres Parlamentos de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, con más competencias y tamaño que los de muchas comunidades. Las dos grandes batallas son Vitoria (en la capital vasca las encuestas sitúan muy cerca a nada menos que cuatro fuerzas, PNV, EH Bildu, PSE-EE y PP, que ha gobernado esta ciudad con Alfonso Alonso y Javier Maroto) y la Diputación de Gipuzkoa, donde la coalición abertzale ha enviado a la hasta ahora jefa de la oposición a Iñigo Urkullu, a Maddalen Iriarte, para intentar un sorpasso que abra un nuevo ciclo en Euskadi.

El PNV ha dedicado la campaña a atacar a EH Bildu por tierra, mar y aire, lo que lo señala como su gran amenaza. Ha llegado a decir que si ganan en Gipuzkoa se volverán a llenar las calles de basura. También ha criticado la presencia de exterroristas de ETA en sus listas, aunque en este asunto ha sido el PP el que ha exprimido el argumento. Los ‘populares’ vascos han hecho una campaña dual. Intentan ofrecer experiencia de gestión en Vitoria mientras han visitado Bilbao Isabel Díaz Ayuso, José María Aznar o Esperanza Aguirre, que abanderan la tesis de que ETA sigue viva o la de ilegalizar a la coalición abertzale, la misma de la que habían fichado a uno de sus candidatos en Güeñes. El PSE-EE, que retiene feudos históricos como Irún, Eibar o Ermua, insiste en que las encuestas siempre los infravaloran y que Euskadi no es cosa de dos, que hay vida más allá de PNV y EH Bildu. Elkarrekin aglutina a toda la izquierda no nacionalista a la izquierda socialista y Vox concurre sin ningún cargo institucional a nivel municipal o foral en Euskadi.

  • Galicia

Las elecciones de este domingo suponen el primer examen político de la era postFeijóo. Alfonso Rueda, afronta su primera cita con las urnas desde que el actual líder del Partido Popular le entregó a dedo la presidencia del Gobierno gallego en la primavera del pasado año. El PP de Rueda es básicamente el mismo que recibió entonces y atesora problemas similares: carece de poder en las ciudades y mantiene un anacronismo sin resolver en Ourense, donde la familia Baltar manda, por ahora, más que la formación política. 

Rueda aspira al gobierno de alguna de las siete principales ciudades y anhela recuperar alguna de las tres diputaciones que, en la actualidad, están en manos del PSOE. Las municipales son una antesala de las autonómicas que Galicia tendrá que celebrar el próximo año. Con un BNG al alza y un PSOE con la cuestión de su liderazgo aún por resolver, el sustituto de Feijóo encara la gestión de una herencia de cuatro mayorías absolutas con la incógnita de si será capaz de engrandecer ese patrimonio o, por el contrario, acabará por dilapidarlo en tan solo dos años.

Con información de Daniel Cela, Candela Canales, Bárbara A. Peri, Angy Galvín, Jennifer Jiménez, Rubén Alonso, Carmen Bachiller, Alba Camazón, Arturo Puente, Adolf Beltrán, Santiago Manchado, Gonzalo Cortizo, Iñigo Aduriz, Fátima Caballero, Erena Calvo, Rodrigo Sáinz e Iker Rioja.

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