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La 'yenka' de Vox: el partido de extrema derecha empieza a rectificar y apoya medidas que antes criticaba

Abascal dice que Vox no ha robado la bandera de España "a nadie" y acusa a otros partidos de esconderla "por odio"

Carmen Moraga

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El partido de Santiago Abascal empieza a darse cuenta de que la estrategia de máxima tensión en todos los frentes que mantiene desde que estalló la crisis sanitaria no le está dando el resultado esperado mientras ve cómo el PP está aprovechando la situación para promocionar al máximo la figura de Pablo Casado como líder de un partido que gobierna en Madrid.

En estas últimas semanas Casado no ha parado de hacer campaña junto a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, a la que ha acompañado a un sinfín de actos institucionales. Abascal se ha tenido que conformar con dar ruedas de prensa o protagonizar actos, como el de la cacerola del sábado pasado en Madrid, que no comparte una parte del PP ni tampoco Ciudadanos.

La formación de extrema derecha, que hasta ahora presumía de tener un equipo de comunicación potente gracias al cual subían como la espuma en las encuestas, ha empezado a rectificar algunas de las decisiones que había tomado estos días conscientes de que les iban a acarrear más perjuicios que beneficios entre un electorado de derechas muy polarizado.

Una de esas rectificaciones ha sido sobre el primitivo rechazo a la renta mínima vital que prevé aprobar este martes el Consejo de Ministros. Hace unos días Santiago Abascal aseguraba en una rueda de prensa que con esa medida Podemos nos quería llevar al “paraíso comunista” y criticaba al “ciudadano Bergoglio” [en referencia al Papa Francisco] por defenderla. “Yo respeto su opinión pero a Dios lo que es de Dios y al césar lo que es del césar”, afirmó. Sus declaraciones sobre el Papa fueron acogidas con estupor y muy criticadas en las redes sociales, incluso por sus propios seguidores, en su gran mayoría muy católicos.

Conscientes del error cometido, este lunes Vox reconocía que esa ayuda económica estatal era algo “necesario” para ayudar a “millones de españoles que se encuentran sin empleo, débiles” ante la crisis sanitaria y social que ha desencadenado la pandemia del coronavirus.

El encargado de la rectificación ha sido el portavoz del partido, Jorge Buxadé, quien en en rueda de prensa aclaró que “Vox no está en contra” de ese ingreso mínimo vital. ¿Por qué? Según explicó, porque la idea se parece mucho a la propuesta que hace dos meses lanzó su formación a través de la medida “Protejamos España”, que incluía, por un lado, el pago de las nóminas a los trabajadores durante tres meses, y, por otra, abonar la cantidad equivalente al nivel medio de su facturación a los autónomos.

“No podemos dejar a ni un solo español solo”, recalcó el portavoz de Vox, que luego no dudó en culpar de esta situación extrema en la que se encuentra miles de familias exclusivamente a la “negligencia culpable” del Gobierno.

Aceptan presidir la Comisión de la Reconstrucción en Andalucía

Otras de sus más sonadas rectificaciones ha sido en Andalucía en donde los socios del Gobierno andaluz, PP y Ciudadanos, han propuesto que la formación de extrema derecha, aliado externo del bipartito, presida la comisión para la recuperación económica y social constituida este lunes en el Parlamento autonómico. Y Vox ha aceptado provocando de inmediato que el PSOE y Adelante Andalucía hayan anunciado que abandonan el órgano parlamentario recién constituido.

Lo más paradójico es que hace tan solo unos días Vox votó en contra de la creación de esta Comisión, impulsada por el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno que calificó la iniciativa de “una gran alianza andaluza”.

Entonces los de Abascal afirmaron: “Esta comisión es un ardid”. “No se pueden buscar alianzas imposibles con socialcomunistas”. Ahora, sin embargo, Vox acepta la presidencia “de buena fe”, subrayando de partida su “desconfianza” en lo que pueda salir de ahí. “Vox está porque quiere y porque puede. Si no participamos, nos hubieran criticado por ir contra la recuperación de Andalucía”, ha incidido su portavoz regional, Alejandro Hernández. El elegido para presidir la comisión ha sido el diputado Manuel Gavira, que ha obtenido el apoyo de PP, Cs y de su grupo.

Las incongruencias del partido de Abascal le han llevado a que en el Congreso primero anunciaran que sí participarían en la también recién creada Comisión por la Reconstrucción para impulsar medidas ante la crisis sanitaria generada por el coronavirus.

Pero su obsesión por encontrar perfil propio frente a un PP que se les desboca y por buscar rédito político durante la pandemia les ha empujado a anunciar que se levantan de esa Comisión del Congreso. La excusa para romper el consenso es que dejaban las mesas de trabajo por el pacto del PSOE y Unidas Podemos con “los filoetarras de Bildu” para derogar “íntegramente” la reforma laboral del PP.

Los de Casado han hecho bandera de esa reforma y el propio líder del PP ha sacado a la palestra de nuevo a su artífice, la exministra de Empleo, Fátima Bañez, que trabaja ahora para la CEOE. Otra batalla que Abascal tampoco podrá rentabilizar como le gustaría.

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