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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Aplausos al rey y pitidos al Gobierno en un 12 de octubre descafeinado, el primero tras la pandemia

La reina Letizia (1i), la ministra de Defensa, Margarita Robles (3i), y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (1d), llegan al acto del 12 de octubre

Laura Galaup

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Con el regreso del desfile militar del 12 de octubre, también han vuelto los pitidos y abucheos al presidente Pedro Sánchez y al resto de sus ministros. Este acto castrense que recorre el Paseo de la Castellana se ha retomado un poco descafeinado después de que el año pasado se limitase a una pequeña parada militar en el Palacio Real, debido a las restricciones sanitarias impuestas por las consecuencias de la pandemia.

“Fuera, fuera” y “Sánchez dimisión”, además de constantes pitidos y una serie de insultos, se han convertido en los gritos más repetidos desde que la presencia del líder del Ejecutivo ha sido anunciada por la megafonía. La llegada de Sánchez se ha coordinado con la de los reyes, Felipe VI y Letizia, recibidos con una ovación por los seguidores que se han acercado a presenciar la comitiva castrense que ha recorrido Madrid tanto por tierra como por aire.

Ataviados con los colores de la bandera nacional, centenares de asistentes se han congregado desde primera hora de la mañana para seguir el desfile. Aunque el Ministerio de Defensa ha recuperado el acto, esta edición ha sido más breve que las organizadas antes de que la COVID-19 irrumpiese en nuestro país. En esta ocasión, han participado 2.656 militares, 68 aeronaves y 115 vehículos, según los datos recabados por Europa Press.

El acto ha comenzado con la entrada en coche oficial del jefe del Ejecutivo a las 10.33 horas. Antes de saludar a los reyes, Sánchez ha compartido una breve charla la ministra de Defensa, Margarita Robles; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida. Como ya viene siendo habitual desde que está al frente del Gobierno -y como ocurrió con José Luis Rodríguez Zapatero-, cuando su nombre ha sido mencionado por los altavoces algunos asistentes han comenzando a pitar, abuchear, gritar e insultar. Estos incidentes se han repetido cuando el presidente ha abandonado el evento. Las obras que hay alrededor del estadio Santiago Bernabéu han provocado que en esa zona, cercana a la tribuna de autoridades, no hubiese asistentes y los pitidos se escuchasen con una distancia mayor.

A pesar de que en Moncloa daban por descontados los abucheos al presidente, el exvicepresidente segundo y exministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, ha reaccionado en su cuenta personal de Twitter ante los pitidos recibidos por sus antiguos compañeros de Consejo de Ministros. El ex secretario general de Podemos considera que “los aplausos al Jefe del Estado y los abucheos del Gobierno”, escuchados durante el desfile del 12 de octubre que conmemora la conquista de América, “solo expresan una obviedad”, que “la monarquía es un símbolo político de la derecha y de la ultraderecha. De nadie más”, ha afirmado el antiguo líder de Podemos. “Una institución que solo genera adhesión en esa parte del país, tiene su futuro muy comprometido”, ha concluido. También dirigentes socialistas se han referido a los pitos y abucheos que atribuyen a “una extrema derecha no democrática”.

Castells y Maroto no han acudido al acto

El Gobierno casi al completo ha estado presente en el desfile. Los ministros socialistas y de Unidas Podemos han acudido al acto, con la excepción de la titular de Industria, Reyes Maroto, que estaba participando en la reunión de ministros de Comercio del G-20 en Italia; y el de Universidades, Manuel Castells. A pesar de que el equipo de este último confirmó la asistencia del ministro y así estaba programado en su agenda, ya avanzado el acto han asegurado que no se encontraba en la tribuna de la Castellana por “cuestiones de salud”. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha acudido al desfile, pero no al besamanos de los reyes que se celebra posteriormente en el Palacio Real.

Este es el primer desfile militar del 12 de octubre con presencia de los ministros del grupo confederal, que pedía suprimirlo desde la oposición. El pasado año ya acudieron al evento organizado en esta misma fecha por Defensa y la Casa Real encabezados por Pablo Iglesias. La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha mostrado su “respeto y gratitud” a las Fuerzas Armadas, a través de su cuenta de Twitter. “Un nuevo país avanza: uno que protege, es plural y mira al futuro”, ha añadido.

Díaz ha incluido un mensaje por la reflexión sobre el “pasado compartido” y la reconciliación en la misma línea que marcó el Papa Francisco I en referencia al perdón que pidió por los “errores” cometidos durante la conquista de América que es, al final y al cabo, lo que se conmemora en la fiesta nacional. La izquierda tradicionalmente ha cuestionado esa celebración del aniversario que coincide con el inicio de un genocidio.

Por el contrario, la derecha se ha lanzado a la pugna por capitalizar la Hispanidad. El líder del PP, Pablo Casado, ha hecho alusión a la polémica que reviró a la derecha mediática y política a raíz de las palabras del pontífice al reivindicar la “Fiesta Nacional y el Día de la Hispanidad” frente a “la falsa leyenda negra contra la Historia de España”.

En la misma línea se ha pronunciado Vox. “España tiene mucho que celebrar y nada de lo que arrepentirse. Tal día como hoy de hace 529 años, Colón descubre América y se inicia la Hispanidad, la mayor obra de hermanamiento realizada por un pueblo en la Historia universal”, ha expresado el partido de extrema derecha en Twitter.

Aunque se ha reducido el número de asistentes, al acto también han sido invitados los dirigentes autonómicos. A las ausencias habituales de los presidentes de Catalunya y Euskadi, en esta edición, tampoco ha estado presente el líder gallego, Alberto Núñez Feijóo, quien tiene al día siguiente el debate del estado de la Región, ni el castellanomanchego, Emiliano García Page, que tiene un viaje a Bruselas.

Uno de los primeros actos programados en el desfile ha sido el salto paracaidista sobre la Plaza de Lima portando la bandera de España. En esta edición, la acrobacia ha sido seguida en detalle —y muy ovacionada— tras el incidente que se produjo hace dos años cuando un paracaidista de la Brigada Almogáraves, chocó contra una farola mientras estaba haciendo las maniobras de aterrizaje. El desfile de los militares se ha adaptado a la pandemia y los miembros de las Fuerzas Armadas han recorrido el Paseo de la Castellana portando una mascarilla.

El Ministerio de Defensa quiere aprovechar este acto para poner en valor la labor que han realizado los miembros de las Fuerzas Armadas en estos últimos dos años. Durante los meses más duros de la pandemia, diferentes destacamentos trabajaron en la desinfección de residencias de ancianos, realizaron labores de rastreo y de apoyo a la construcción de hospitales temporales. En los últimos meses, también ha habido militares trabajando para paliar las consecuencias de la borrasca Filomena, de la erupción del volcán en La Palma y rescatando a colaboradores afganos tras la retirada de Estados Unidos del país.

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