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Arzalluz desconfía del mensaje moderado de Iñigo Urkullu

José Luis Argiñano

Bilbao —

Son sin duda las dos figuras más emblemáticas de la política vasca de los últimos 30 años. Pero el tiempo pasa, y Xabier Arzalluz, con 80 años ya cumplidos, guarda silencios sonoros. Carlos Garaikoetxea, en cambio, ha vivido esta campaña en primera persona, también desde el estrado, impulsando la candidatura de Euskal Herria Bildu, entre la admiración de sus acólitos de EA y el beneplácito de la izquierda abertzale.

Carlos Garaikoetxea, lehendakari entre 1980 y 1985, ha engarzado perfectamente con la estrategia de Bildu. En 1986 puso su cargo a disposición del PNV por sus diferencias con Arzalluz, fundó Eusko Alkartasuna y desde entonces se ha ganado la enemistad de la familia peneuvista. Convertido EA en partido minoritario, la formación de una coalición electoral proindependentista con la izquierda abertzale ha permitido a Garaikoetxea y a su partido recuperar el protagonismo perdido. El martes, en una abarrotada Plaza Nueva, en el casco viejo de Bilbao, se abrazó efusivamente a Laura Mintegi ante de deleitar a los presentes con su fino discurso.

La figura de Arzalluz nunca ha dejado de planear sobre el ideario del PNV pero sus apariciones se han ido reduciendo paulatinamente desde que abandonó la dirección de la ejecutiva del partido (el Euskadi Buru Batzar) el 17 de enero de 2004, siendo sustituido por Josu Jon Imaz.

No obstante, Arzalluz no faltó a la cita del Alderdi Eguna (Día del Partido) el 30 de septiembre, y Urkullu tuvo a bien dedicarle unas palabras de alabanza, considerando que un mes antes el antiguo dirigente había cumplido 80 años.

Sin embargo, no está tan claro que el aprecio sea mutuo. La maquinaria electoral del PNV decidió colgar en la red una serie de vídeos en los que personalidades del ámbito político, social, económica o universitario alaban la figura de Urkullu, al que proclaman como futuro lehendakari.

Se pueden contemplar los alegatos del exlehendakari Juan José Ibarretxe, el entrenador Javier Clemente, el escritor y premio Nacional de Literatura, Unai Elorriaga, el navegante Unai Basurko o la triatleta Virginia Besarategi. Todos ensalzan a Iñigo, tal y como le denominan, de manera coloquial.

Arzalluz también está entre los elegidos para esta iniciativa. Sin embargo, no menciona ni una sola vez la figura de Urkullu. Habla del partido (el PNV) de forma genérica. Define el actual momento como “el periodo de la autodeterminación”. Lanza la siguiente advertencia, dirigida en especial al PNV: “Estamos obligados a sacar a nuestro pueblo de la ruina”, en referencia a la crisis económica. Y no deja pasar la ocasión de incidir en el deseo entre los vascos de lograr mayores cotas de autogobierno: “Todo no es la economía. Para nosotros es mucho la suerte de nuestro pueblo”, proclama.

Entre todo este discurso hace, además, una referencia en tono ácido a unas palabras de Urkullu, en las que el candidato a lehendakari recurría al axioma Primum vivere, deinde philosophare (primero vivir, luego filosofar) para anteponer la salida de la crisis económica al derecho de los vascos a decidir su futuro. La réplica de Arzalluz en el vídeo es tan gráfica como acostumbra: “No solo de pan vive el hombre”.

Sin duda, el tono mesurado de Urkullu, lejos de los desafíos lanzados por el presidente catalán Artur Mas, resulta excesivamente liviano para un hombre zafado en la arena política como Arzalluz. Y, mientras, el que fuera una especie de mesías del nacionalismo vasco tiene que soportar que Garaikoetxea, su bestia política, y seis años más joven que él, disfrute bailando sobre el tablado de la independencia.

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