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El oasis turístico del verano en Asturias deriva en desierto durante el puente y la hostelería amenaza con levantarse

El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, dirigiéndose a los medios

Javier Martínez Mansilla

1 de noviembre de 2020 21:44 h

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El puerto de Pajares, desértico, y el túnel del Negrón, prácticamente. Durante el Puente de los Santos circulan solo camiones y pocos vehículos lo hacen entre Colombres y Unquera, en la A-8. Asturias, la comunidad que había sido tomada como ejemplo en verano, ha clausurado fronteras. Lo hizo ya en la madrugada del martes al miércoles después de que el presidente Adrián Barbón decretase el cierre perimetral de la región ante la imposibilidad de controlar la expansión de la pandemia. “Nuestro objetivo es doblegar la curva, salvar vidas y evitar vernos obligados a recurrir a un nuevo confinamiento en las casas”, viene explicando estos días el dirigente socialista.

Han pasado cuatro desde que el Principado intentase blindarse así contra el virus. Desde el primero, la Guardia Civil controla los principales puntos de acceso y salida de la región. Informa primero y en último caso vendrán las sanciones. Esa ha sido la premisa. Desde el primero también ha habido protestas, en este caso de los hosteleros y empresarios del sector turístico, que habían vivido un verano razonable, ante el repentino cierre de Asturias. “Es nuestra última carta”, asegura Adrián Barbón, consciente del enfado general, pero advirtiendo de que la posibilidad de un nuevo confinamiento total, como el de marzo, está ahí. Lo que se veía en un horizonte muy lejano al terminar el verano, parece hoy a la vuelta de la esquina.

Ya no es la excepción

El aislamiento, que había ayudado a atrincherarse contra el coronavirus y atraer al turista, se ha convertido en castigo ante el empeoramiento de las cifras de contagios y muertes de las últimas semanas. A pesar del cierre de la región, este viernes se batió el récord de casos (435 positivos) y ya era el segundo que se batía esta semana. “La situación es preocupante”, sostiene el epidemiólogo Daniel López Acuña. En datos: 11.345 casos confirmados por PCR, 1.090 en personal sanitario, 433 fallecimientos, 2.384 curados, 425 hospitalizados en planta y 67 en la UCI. La tasa de positividad se sitúa en 8,89% después de realizar 4.892 pruebas PCR, según informa Salud Pública del Principado.

“En las últimas dos semanas ha habido un incremento acelerado del número de casos además del aumento de la positividad en las pruebas PCR”, añade el ex director de Asistencia Sanitaria en Crisis de la OMS, que reside en el Principado.

La principal preocupación de las autoridades sanitarias son las grandes áreas metropolitanas. En las ciudades asturianas se han disparado los casos lo que ha llevado a su confinamiento perimetral desde el viernes pasado que se ha extendido esta semana a la totalidad del municipio en Gijón (461 casos por 100.000 habitantes), Avilés (358 casos) y Oviedo (246). Otra cuestión que preocupa a las autoridades sanitarias es el aumento de la mortalidad con cifras equiparables a los meses de primavera.

“Vienen por delante semanas críticas”. El consejero de Sanidad del Principado, Pablo Fernández Muñiz, ha comparecido ante los medios tras la reunión del Consejo de Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. “Los próximos 15 días serán claves para ver los efectos de estas medidas tan duras que estamos poniendo en marcha”, concluyó el consejero. El objetivo: “llegar a una incidencia acumulada de menos de 25 casos por cien mil habitantes y una tasa de positividad por debajo del 5%, tan pronto como sea posible”, considera López Acuña.

Asturias ya no es la excepción y el presidente autonómico ha tomado cartas en el asunto en una semana frenética. El cierre perimetral de la región es la última de una batería de medidas adoptadas desde la presidencia regional para tratar de controlar la expansión del covid-19 y “salvar vidas”. Salvar la temporada para los hosteleros parece imposible ante el blindaje de Asturias y la avalancha de cancelaciones. 

Defraudados y cabreados

“Lo que no se puede hacer es pasar el rodillo con todo en el sector. Queremos que se sienten con los hosteleros a hablar y a escuchar”. Así lo expresa José Luis Álvarez Almeida, presidente de OTEA, patronal de los empresarios de la hostería y el turismo de Asturias. “Nos sentimos defraudados y cabreados con el gobierno regional”, añade en referencia al anuncio de estas restricciones aprobadas desde la presidencia autonómica “de un día para otro”, en especial el cierre perimetral.

Hoteles, restaurantes y locales de ocio nocturno están siendo los más afectados en los últimos días. El martes cientos de profesionales de la hostelería asturiana salieron a las calles de Oviedo para reclamar ayudas a un sector castigado por los cierres perimetrales y el toque de queda. La consecuencia: la cancelación de las reservas para el puente de Todos los Santos y muy pocas esperanzas puestas en diciembre y la Navidad.

En la manifestación, convocada en la plaza de la Escandalera, dejaron claro que no protestan por las medidas sanitarias sino por lo que consideran falta de empatía de los gobiernos autonómico y central. “Apoyamos todas las medidas sanitarias que hagan falta”, apunta Álvarez Almeida en un contexto donde la colaboración de toda la ciudadanía es imprescindible en el Principado. Ya lo recalca su presidente, Adrián Barbón: “Volvamos a dar ejemplo y salvemos a Asturias de otro confinamiento”.

Carreteras desérticas

Desplazamientos justificados y motivos inaplazables; los primeros días informar y luego empezar a multar. Tras el decreto de cierre del Principado, la Guardia Civil ha tomado el control de las fronteras de Asturias.

La jornada del miércoles ha transcurrido con normalidad en puntos como el puerto de Pajares o la autopista del Huerna (AP-66). Sin embargo, los controles aleatorios y con carácter informativo del primer día han dado lugar a un despliegue cada vez mayor y más intenso del dispositivo de la Guardia Civil tanto en las autopistas como en carreteras secundarias. El puente de Todos los Santos era la principal preocupación y son muchos los que tienen segunda residencia en Asturias.

Estas restricciones de movilidad y reducción del tráfico han dado lugar a un escenario de carreteras prácticamente desérticas durante la noche en enclaves como el puente de los Santos entre Ribadeo (Galicia) y Figueras (Asturias) o en el tramo entre Colombres (Asturias) y Unquera (Cantabria). El tránsito diurno ha quedado relegado a camiones y vehículos comerciales y los desplazamientos no justificados podrán ser sancionados según dicta la Ley de Seguridad Ciudadana (ley mordaza). 

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