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Pablo Iglesias ultima su regreso: campaña a la ofensiva y reconexión con su electorado contra las bajas expectativas

Pablo Iglesias, en la noche electoral del 26 de junio en la plaza del Reina Sofía.

Aitor Riveiro

El próximo 23 de marzo el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, reaparecerá en la escena pública. Tres meses después de su retiro para disfrutar de la baja de paternidad, el candidato de Unidas Podemos protagonizará un acto este sábado que servirá además de arranque de una campaña de cinco semanas en la que Iglesias y los suyos tienen puesta toda su confianza para remontar en las encuestas y situarse el 28A como una fuerza imprescindible para formar Gobierno.

Podemos ha elegido para el acto uno de los lugares emblemáticos del espacio político: la plaza aneja al Museo Reina Sofía. Allí se cerró la campaña de las europeas de 2014 y se celebraron los cinco eurodiputados. También fue el lugar elegido para el primer acto entre Manuela Carmena y Ada Colau antes de las municipales de 2015. O donde, ya en 2017, se quisieron coser las heridas de Vistalegre 2 y lanzar a Íñigo Errejón como candidato a la Comunidad de Madrid.

La explanada también ha vivido las grandes noches electorales. Las buenas, como la del 20D; y las malas, como el 26J. Un espacio, en definitiva, con una conexión emocional con las bases de Podemos. Y esta será, precisamente, una de las bazas del partido para las elecciones del 28 de abril: recuperar esa conexión con el votante, según explican a eldiario.es fuentes del equipo que diseña la estrategia.

En Podemos son conscientes de que su candidatura no parte de las mejores posiciones de cara al 28A. Y que, tras cinco años de intensa vida política, el partido se ha institucionalizado en parte. “No somos todo lo que se imaginaron cuando nacimos”, asumen las mismas fuentes. “Hemos aprendido, nos hemos equivocado, tenemos menos sexapil, somos menos antisistema. Tenemos menos pureza que cuando solo éramos los indignados”, apuntan. Pero zanjan: “Con todo, seguimos siendo el partido que defiende a la gente. El partido del 8M y de los jóvenes es Podemos”.

Las referencias a la movilización feminista que por segundo año ha llenado las calles de toda España y a los nuevos votantes no es gratuita. En Podemos señalan que habrá dos tipos de campaña para este ciclo electoral eléctrico que repartirá en un mes casi todo el poder del Estado. Una, basada “en el miedo”.

El miedo de la derecha a las feministas, por ejemplo. O el que enarbolará el PSOE precisamente contra el auge de la extrema derecha. Frente a ello, “la ilusión y la esperanza”. “Porque el miedo no es un factor para decidir el futuro”, señalan desde el partido. “Si los desencantados y los jóvenes hacen de su voto una herramienta de cambio, pueden conseguir ese cambio”, concluyen.

Sobreponerse a las bajas expectativas

Unidas Podemos parte con las expectativas bajas a mes y medio de las elecciones generales. Las encuestas indican un claro retroceso sobre los resultados de 2015 y 2016. Ya no se dará la confluencia con Compromís en el País Valencià ni con Anova en Galicia. Y las elecciones de diciembre en Andalucía encendieron las alertas en el espacio político.

Con todo, lo peor no es el retroceso en sí. Desde hace tiempo, Pablo Iglesias sostiene que Podemos puede ganar influencia con menos diputados si es imprescindible para la formación de Gobierno. El problema es que algunos sondeos apuntan a que las derechas de PP, Ciudadanos y Vox sumarán más.

El primer marco negativo a romper por parte de Podemos es, precisamente, el del regreso de Pablo Iglesias. “No vuelve del exilio, del ostracismo”, apuntan desde el partido. “Ha estado cuidando a sus hijos, ejerciendo sus derechos como tanta gente”, explican. El análisis choca profundamente con la publicación del cartel que anunciaba el regreso del secretario general, con su imagen ocupando todo el espacio y la palabra “él” remarcada en medio del “Vuelve” que lo coronaba. A dos días del 8M.

Iglesias retomará el protagonismo de la campaña a partir del sábado. Además del acto de Madrid, en las siguientes cinco semanas se le verá en televisión, debates, entrevistas y todo tipo de eventos. Para Podemos, sigue siendo su mejor baza electoral. El que conecta con la gente. “Estamos aceptando lo que nos ofrecen, vaya o no Pedro Sánchez”, aseguran desde su gabinete.

Una campaña a la ofensiva

Salir desde una posición complicada en las encuestas no tiene que ser siempre negativo, sostienen en Podemos, que recuerdan lo ocurrido en 2015. “La campaña no ha comenzado y Pablo no ha tenido visibilidad públicas”, sostienen.

Sus analistas creen que el suelo electoral de Unidas Podemos es sólido en un momento que ha sido muy complicado. El adelanto electoral ha llegado con Iglesias de baja, en plena crisis de Madrid por la espantada de Íñigo Errejón y tras el fiasco de los Presupuestos Generales.

Podemos se la juega en una campaña que será a la ofensiva. Más parecida a la de 2015 que a la de 2016. Sin “mano tendida” al PSOE. Pero que contará con un hándicap añadido que al Gobierno no se le pudo escapar al convocar las elecciones: la Semana Santa, que coincidirá con la primera de campaña real.

“La segunda semana de campaña permite la sorpresa. Pero la primera semana es la que permite despegar. La gente decide al final, pero con parámetros previos”, apuntan desde el equipo de Iglesias.

Por eso habrá dos tipos de actos. Además de los grandes mítines habituales se harán otros pequeños y sectoriales para “respetar” una fecha señalada para los españoles por muchos motivos: religiosos, culturales o simplemente de descanso. Y para acercar la campaña no solo a quienes reclaman un país mejor, sino a quienes “lo hacen”. “En España hay experiencias de éxito en los servicios públicos que hay que poner en valor”, aseguran desde el partido.

En Podemos detectan factores que señalan que el espacio político no está tan mal como pudiera parecer. El primero, la captación de fondos para financiar la campaña a través de microcréditos que luego se devuelven. La campaña se puso en marcha el mismo día que se distribuyó el famoso cartel del regreso de Iglesias, por lo que quedó sepultada. Aún así, Podemos asegura que ha recaudado ya más de medio millón de euros.

Más importante aún, señalan, es la constatación de que la sociedad española está politizada. Así lo demuestran, aseguran, las movilizaciones del 8M y la de los jóvenes que reclaman luchar contra el cambio climático. “Es fundamental y puede tener un efecto multiplicador”, consideran en Podemos, que cifran el triunfo en las elecciones del 28 de abril en los seis o seis millones y medio de votos. “El voto no sirve para revolucionar el sistema, pero si no se vota se perderá una gran oportunidad. Puede ganar cualquiera”, zanjan.

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