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Vox usa una resolución europea contra “los regímenes nazi y comunista” para hacer revisionismo en Madrid con el apoyo de PP y Ciudadanos

Abascal, Casado y Rivera posan en la foto final de la concentración de febrero pasado en la plaza de Colón de Madrid.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

El Parlamento Europeo aprobó el 19 de septiembre, con los votos de populares, socialistas, liberales, Verdes/ALE, ultraconservadores (ECR) y extrema derecha (ID), una resolución que equiparaba los crímenes del nazismo y del comunismo y no mencionaba que el Ejército Rojo fue el que terminó por derrotar al Ejército nazi en el corazón de Alemania, como evidencian las pintadas aún hoy conservadas en el Reichstag, en Berlín. 

Aquella resolución, apoyada por PP, PSOE, Ciudadanos, ERC y PNV –los eurodiputados de Vox, Hermann Terstch y Mazaly Aguilar, se abstuvieron y UP y EH Bildu votaron en contra, según el registro de la Cámara – es en la que se inspira ahora el partido de Santiago Abascal para aprobar resoluciones revisionistas con la memoria histórica en ayuntamientos como el de Madrid, con el apoyo de PP y Ciudadanos.

La proposición aprobada el pasado miércoles en el Pleno –una semana después de la exhumación de Franco– obvia la condena al franquismo, no cita los crímenes de la dictadura y tampoco reconoce a sus víctimas. Por el contrario, equipara a los verdugos –los nazis y fascistas italianos que apoyaron con soldados, bombas y dinero a Franco– con sus víctimas –muchas de ellas comunistas, como las 13 Rosas o las de la matanza de Atocha, ya muerto Franco, cuyo partido, el PCE, fue la principal fuerza antifranquista durante la dictadura–.

La iniciativa fue defendida por el portavoz de Vox Javier Ortega Smith y apoyada, tras una votación por puntos y varias enmiendas, por el Partido Popular y Ciudadanos. El texto inicial quedó ligeramente retocado tras la propuesta del PP, aceptada por mayoría, que hacía extensible la resolución a las víctimas de “otros regímenes totalitarios y autoritarios, incluidas las víctimas de las checas de Madrid. En ningún caso se menciona la dictadura franquista de forma expresa. PSOE y Más Madrid votaron en contra, aunque este último grupo sí apoyó una enmienda sobre de reconocimiento a Sanz Briz, ”salvador de miles de judíos en Hungría. 

Según las palabras de Ortega, su texto era una traslación del de la Eurocámara. 

La resolución de la Eurocámara establecía que “la Segunda Guerra Mundial, la guerra más devastadora de la historia de Europa, fue el resultado directo del infame Tratado de no Agresión nazi- soviético de 23 de agosto de 1939, también conocido como Pacto Molotov-Ribbentrop”; sostenía que “Rusia sigue siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado”; expresaba “su preocupación por el hecho de que se sigan usando símbolos de los regímenes totalitarios en la esfera pública y con fines comerciales, y recuerda que varios países europeos han prohibido el uso de símbolos nazis y comunistas; y afirmaba ”que los regímenes nazi y comunista cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad; recuerda, asimismo, los atroces crímenes del Holocausto perpetrado por el régimen nazi; condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios“.

La resolución no tiene en cuenta que fueron los soldados soviéticos los que apuntillaron al nazismo militarmente hasta el punto de ondear su bandera desde lo alto del Reichstag.

En el debate madrileño, el concejal del PSOE en el debate, Ramón Silva, defendió al mismo tiempo su apoyo a la resolución de Estrasburgo y su voto en contra a la de Vox. Argumentaba que no eran iguales: mientras que en el ámbito europeo se condenaba el nazismo, en el español, Vox no incluía una línea del franquismo.

Y, en todo caso, la de Vox daba una vuelta de tuerca por la izquierda: además de condenar el estalinismo y el comunismo, extendía la condena al marxismo, e instaba al Ayuntamiento de Madrid a “garantizar en la memoria justificativa de los sucesivos Presupuestos, que ningún programa presupuestario irá dirigido a organizaciones o asociaciones que ensalcen o justifiquen los horrores de los regímenes comunista y nacionalsocialista, o que promuevan el racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia”.

Además, denunciaban el concejal socialista, Silva, y la de Más Madrid, Marta Gómez Lahoz, el texto de Vox no condena el franquismo ni sus crímenes, y tampoco de acuerda de sus víctimas, de las 100.000 víctimas del franquismo que siguen en las cunetas, según las asociaciones de memoria histórica. 

Eso sí, el texto de Vox añadía: “Que el Ayuntamiento de Madrid garantice que no se realizará ninguna cesión de espacios públicos a organizaciones o asociaciones que justifiquen o ensalcen regímenes totalitarios comunista, marxista, estalinista y nacionalsocialista, o promuevan el racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia, en Europa o en cualquier otro país del mundo, o que en sus estatutos o ideario denigren a las víctimas de estos regímenes”.

En lo que sí era calcada la resolución madrileña era en señalar el 23 de agosto, día del pacto Ribbentrop-Molotov. El texto de la Eurocámara pedía “a todos los Estados miembros que conmemoren el 23 de agosto como Día Europeo Conmemorativo de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo”. Y el texto de Vox aprobado con los votos de PP y Ciudadanos en la línea de dar otra vuelta de tuerca habla de los “regímenes comunista y nacionalsocialista” y de “las víctimas de las checas en Madrid”. Pero nada dice de las víctimas del franquismo. Sobre las víctimas del “materialismo dialéctico” marxista ironizaba el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, tras el pleno madrileño: 

El partido de extrema derecha lleva unas semanas desplegando proposiciones de este tipo en más ayuntamientos. En el Consistorio de Dos Hermanas (Sevilla), gobernado por mayoría absoluta por el socialista Francisco Toscano, Vox elevó al pleno municipal 48 horas antes de la exhumación de Franco una moción en demanda de que la avenida Santiago Carrillo sea rebautizada como avenida Amancio Ortega, fundador del grupo Inditex.

La resolución fue derrotada con los votos de PSOE, Adelante Dos Hermanas, PP y Cs. Y también, como la de Madrid, fue presentada con el argumento de cumplir  “con la resolución del Parlamento Europeo, de 19 de septiembre de 2019, sobre la importancia de la memoria histórica europea”.

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