Ortega Cano exige a Mongolia 40.000 euros y pone en peligro la revista

La revista Mongolia está en peligro. El motivo es una demanda del extorero José Ortega Cano contra la publicación satírica, por la que le exige 40.000 euros de indemnización por haber vulnerado supuestamente su derecho al honor y a la propia imagen. Esta reclamación que hace Ortega Cano ante la Justicia responde a un cartel que sirvió para promocionar el Mongolia, el Musical del 12 de noviembre de 2016 en su ciudad natal, Cartagena. El juicio se celebrá el próximo 15 de noviembre.

En el anuncio, que fue difundido por Internet y redes sociales, el rostro del demandante aparecía sobre el cuerpo de un extraterrestre junto a frases como “estamos tan agustito” (popularizada por Ortega y que fue emitida en televisión en los 90), “antes riojanos que murcianos” o “Viernes de dolores... Sábados de resaca”. Estas expresiones, que según Mongolia son de dominio público e incluso se hicieron virales, y el cartel son reprobadas en el escrito judicial de la defensa.

Según el abogado de Ortega, Enrique Trebolle, el cartel que anunciaba el musical entra “en el terreno de la mofa y el escarnio, absolutamente injustificados y gratuitos”. Además, el objetivo del mismo fue “obtener rédito económico de la vejación, burla y escarnio”, siempre según el letrado. También pide que se tenga en cuenta “el lucro obtenido por la demandada a consecuencia de la utilización denigrante de la imagen”.

Para justificar la vía judicial, Trebolle acude al artículo 18.1 de la Constitución, que contempla el derecho al honor y a la propia imagen, y a otra ley que data del franquismo: la Ley de Prensa e Imprenta de 1966 que impulsó Manuel Fraga. En base al escrito del abogado del extorero, el artículo 65 de esa norma de la dictadura sigue vigente, al recoger que “la responsabilidad civil por actos y omisiones ilícitos, no punibles, será exigible a los autores, directores, editores, impresores e importadores (...) con carácter solidario”.

Respuesta de Mongolia

Los representantes legales de Mongolia han respondido a Ortega Cano explicando la esencia satírica de la revista y de todos sus contenidos derivados. Uno de ellos sería el cartel del musical en Cartagena, cuyo objetivo era “informar a los espectadores del contenido, sin pretender en ningún momento difamar a ninguna de las personas, símbolos o imágenes que aparecen”. En los anuncios del espectáculo en otras ciudades, también han sido satirizadas otras personas públicas relacionadas con el lugar en que se celebró. Entre ellos han estado Mariano Rajoy, Carles Puigdemont o Belén Esteban.

La abogada de Mongolia, Isabel Elbal, apunta que ésta hace todo “con intención jocosa” y “sin ánimo difamatorio” por su estilo satírico, por lo que el cartel de Ortega Cano “tiene cabida en la libertad de expresión, más aún tratándose de un espectáculo satírico”.

Además, recuerda que el protagonista es un personaje público, habitual de la prensa del corazón, por lo que rechaza que ante unos medios muestre su vida privada y reconozca “los problemas y admitir las bromas”, pero no hacerlo ante otros. Algo que, según la letrada, sería “tanto como dejar en manos del afectado la delimitación de los límites del humor, de la desinformación, de la libertad de expresión y del derecho a expresar libremente las opiniones”.

Por tanto, según la defensa de la revista, “este supuesto derecho al honor no tiene prevalencia sobre el de información o la libertad de expresión, ya que el cartel está referido a una persona pública y se apoya en hechos reales que han trascendido a la opinión pública”.

Las reacciones y el micromecenazgo

Como recuerda la publicación, este Mongolia, el musical provocó protestas en el exterior del teatro en el que se representaba y que incluso fue el tema central de una “misa de desagravio” oficiada por el obispo de Murcia. Todo por una alusión a la Virgen de la Caridad, la patrona de Cartagena, en el mismo anuncio en el que aparecía Ortega. A la misa acudieron autoridades políticas del gobierno regional y del ayuntamiento murciano.

Según la revista, esta demanda del extorero pone en riesgo su supervivencia económica y editorial. Mongolia es propiedad de Editorial Mong SL, empresa “controlada por sus trabajadores, que se financia básicamente con las aportaciones de sus lectores”, señala la publicación en su número de octubre. Es por esta razón por la que lanzarán el día 15 de este mes una campaña de micromecenazgo para lograr apoyo financiero. El objetivo es que sus lectores y suscriptores les ayuden a financiar los costes derivados del juicio.