Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com

¿Sabes quién soy?

ONCE alerta a personas con discapacidad visual de los peligros y riesgos en las redes sociales

Nuria del Saz

Hoy abrimos nueva sección: Manual de buenas prácticas con las personas ciegas. En serio.

Es bastante significativo que a las personas ciegas nos ocurran cosas similares. Fundamentalmente porque las personas que ven actúan respecto a nosotros de forma parecida. Lo que nos homogeneiza no es el hecho de no ver tres en un burro, sino los prejuicios de los demás. Nos atribuyen unas supercapacidades que ya quisiéramos nosotros tener.

Me pregunto de dónde provienen esos prejuicios, esos pensamientos que el resto de los mortales tiene acerca de la ceguera… No sé si en el pasado hubo un ciego con superpoderes, que asombró al mundo por sus habilidades sobrehumanas. En cualquier caso, no me consta que tal prodigio haya pasado a los anales de la Historia.

Una de esas capacidades extraordinarias que nos atribuyen es la de reconocer las voces de todas y cada una de las personas que vamos conociendo a lo largo de nuestra vida. “Hola, ¿sabes quién soy?”.

¿La gente se piensa que tenemos una base de datos digitalizada con las voces de todos en el cerebro o qué? Ofú, qué coraje me da…

Me intriga bastante saber qué tienen en sus cabezas quienes hacen la gracia… ¿Proviene de un sentimiento de ser el ombligo del mundo? ¿Se creen poseedores de una voz única? ¿Quieren poner a prueba nuestra velocidad de procesamiento cerebral? ¿Acaso lo ven gracioso sin más? Que en el colegio los niños videntes, a veces, te taparan los ojos y te preguntaran “¿quién soy?” forma parte de la experimentación infantil. Pero que adultos completamente desarrollados, con estudios, mundología, lo hagan… Digno de análisis. Con el ajetreo diario, muchas veces no reconozco ni a mi mejor amiga por teléfono.

La pregunta suele dar paso a un tiempo de silencio bastante incómodo. Y cuanto más tarda la persona ciega en dar una respuesta, más se afana el vidente en dar pistas para que lo averigües. Es lo peor.

Al principio, uno cae en ese juego absurdo, pero con los años ya no hay quien lo soporte. Yo, al menos, no lo soporto.

Piensen… Si la persona ciega no le reconoce, ¿cree que es agradable para ella decirle que no sabe quién es usted? La buena educación a veces amordaza la lengua para no responder con un exabrupto. Y también le echamos ingenio. Aquí algunas respuestas que, amablemente, me permiten compartir algunos amigos y conocidos ciegos. Real como la vida misma.

Alguien que le preguntó “¿sabes quién soy?”, Cayetana respondió: “¿En serio, no sabes quién eres? Pues eso es malo, pero de urgencias”.

Y Carmen, a un camarero que un día hizo lo mismo, le dijo: “Pues claro que sí, eres el coco”. Así, más ancha que pancha se quedó mi amiga Carmen. Y el camarero dándole vueltas al coco sin saber a quién se refería.

Rizando el rizo. Jorge apunta el caso de quien, incluso, cambia la voz para preguntarte: “¿Quién soy?”. Literal. Esto se da mucho. Lo de fingir ser otro por la voz. Cuando le respondió “pues ahora no caigo”, su interlocutor le dijo: “¡Pues ahora no te lo voy a decir!”. Sin comentarios. Como me decía este amigo, lo mismo no merece la pena ni saberlo.

Este es el nivel, queridos. Para un próximo capítulo: De cuando te hablan en tercera persona, como si no estuvieras delante y no oyeras.

Sobre este blog

No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com

Etiquetas
stats