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Agosto arranca multiplicando por diez los contagios del final del estado de alarma, con Aragón, Catalunya y Madrid como principales focos

Una enfermera realiza una prueba PCR a una joven en Navarra

Marta Borraz / Victòria Oliveres

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Los casos de coronavirus continúan escalando en España. Tras la falta de datos este lunes en tres de las comunidades más afectadas –Madrid, Catalunya y Navarra–, Sanidad ha actualizado sus cifras este martes y ha anotado 18.191 positivos en los últimos siete días, un nuevo pico que multiplica, ya por más de diez, el número con el que el país culminó el estado de alarma, el pasado 21 de junio. En las últimas 24 horas, aunque es un dato infraestimado, se han diagnosticado 1.178 casos, más de la mitad en Aragón y Madrid, si bien hasta hace poco era Catalunya la que con la comunidad aragonesa sumaba más. Hay focos que se van estabilizando y emergen otros, y aunque “no estamos en una situación grave”, según el director del Centro de Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, “sí hay un incremento” cada vez más generalizado.

Hasta ahora, explicó este lunes Simón, las subidas venían fundamentalmente de Aragón y Catalunya, que llegaron a alcanzar el 70% del total, pero hay algunas otras comunidades “en las que se están identificando brotes que en principio se están controlando, pero no dejan de significar un cierto nivel de transmisión comunitaria” que “en algún momento pueden llegar a descontrolarse”. La situación no es comparable a marzo o abril, cuando el sistema de notificación era diferente y solo se hacía PCR a los casos más graves; ahora se rastrea más y se encunentran más casos, lo que se traduce en que entre un 60% y 70% son asintomáticos o presintomáticos. Sin embargo, “hay que seguir con atención” el “incremento progresivo” en varias comunidades, advirtió el epidemiólogo.


La evolución del coronavirus las últimas semanas

Número de casos semanales de COVID-19 diagnosticados en cada CCAA. Puedes cambiar entre casos totales y ajustados a 100.000 habitantes

Fuente: Ministerio de Sanidad


Si nos fijamos en los casos diagnosticados en los últimos siete días, un indicador más estable que el diario, el aumento en Catalunya parece haberse estabilizado, aunque sigue acumulando la mayor cantidad de positivos. No obstante, hace cuatro semanas registraba más de la mitad de los nuevos casos y ahora son un tercio. Le siguen Aragón y Madrid, que ha duplicado el número de contagios en la última semana respecto a la anterior. País Vasco y Andalucía son las otras dos comunidades que superan los 1.000 casos en los últimos siete días y con crecimientos importantes. Navarra, donde varios brotes dispararon los contagios, se ha suavizado y bajan las infecciones, aunque la incidencia por cada 100.000 habitantes sigue siendo de las más altas del país (63).

En base a este indicador, la comunidad aragonesa es, con mucha diferencia, la que más incidencia registra y roza los 300 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días. País Vasco y Madrid superan los 40 y también Murcia y Baleares aparecen en la parte alta de la tabla. Andalucía, que es la quinta en número de casos, no tiene una incidencia tan alta, de 12,7. Las hospitalizaciones, aunque en mucha menor medida que al principio de la epidemia, están ascendiendo, ya que es un indicador que va con retraso respecto a los contagios, y ya son 595 en la última semana frente a las 386 del pasado martes.


¿Cómo evoluciona la epidemia y cómo estamos respecto a la 3ª ola?

Evolución de los casos y las muertes notificadas, los hospitalizados y los ingresados en UCI cada día, la variación en los últimos 7 días y la comparación con el pico de la 3ª ola de la pandemia

Fuente: Ministerio de Sanidad


Zaragoza, punto caliente

La de Aragón es la situación más preocupante ahora mismo, cuando ha iniciado una semana clave tras la multiplicación de los contagios, sobre todo en Zaragoza, donde se acumula la inmensa mayoría de los nuevos casos. Además, las residencias de mayores vuelven allí a estar en el punto de mira, con medio centenar con casos. Las autoridades sanitarias intentan atajar el rebrote mediante medidas generalizadas en casi todo el territorio y en las que la capital, junto a otras tres comarcas, ya estaba inmersa. Se considera que, aunque hay algunos puntos calientes, la mayor parte de la comunidad puede tener transmisión comunitaria, según explicó la consejera de Sanidad, Sira Repollés, que ha incidido en que “de momento” no contemplan el confinamiento.

Sin embargo, Huesca, origen de los primeros brotes de contagios vinculados a las condiciones de vida y trabajo de los temporeros, parece haber controlado el auge de los positivos registrado en las últimas semanas y es Zaragoza el foco más alarmante en estos momentos. Si nos fijamos en los casos que han iniciado síntomas en los últimos siete días –que son positivos que se pueden estar diagnosticando ahora–, la provincia ha pasado de los 8,8 casos por cada 100.000 habitantes del 5 de julio a los 174,7 del 26. Con diferencia, lidera la incidencia en la comunidad, aunque no todas las zonas básicas de salud están igual de afectadas. Los ejemplos más extremos son los centros de salud de Delicias Sur y de Santa Isabel: con una cantidad de población y de usuarios del sistema sanitario muy similar, el primero presenta diez veces más confirmados que el segundo.

Los expertos inciden en que la situación en Aragón es preocupante porque cuando hay “una tendencia de subida que no se termina de cortar, algo se está escapando”, explica Elena Martínez, vicepresidenta de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). No obstante, apuntan a que hace falta dar tiempo, al menos 14 días, para que las medidas tengan efecto, algo en lo que ahora ponen todas las miradas los responsables aragoneses y también Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, que este lunes indicó que se están tomando “medidas importantes” que “tienen que tener un impacto”. En Zaragoza, las más restrictivas se implantaron hace una semana, pero “cuando uno empieza parece que no ve nada, por lo que tiene que pasar más tiempo para que funcionen, al menos dos semanas”, dice Martínez. Fernando Rodríguez Artalejo, director del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Autónoma, apunta además a que “a estas medidas intermedias entre la 'nueva normalidad' y el confinamiento estricto, les cuesta más trabajo o más tiempo ser eficaces”.


Fuente: Instituto Carlos III


Donde sí han pasado ya estos 15 días desde la puesta en marcha de las restricciones más duras ha sido en Catalunya, que parece que ha suavizado el ritmo de incremento de los contagios. El nivel de transmisión sigue siendo elevado, pero menor que en las semanas previas. Aún así, la información de la Generalitat revela que el riesgo de rebrote, aunque se ha aligerado, continúa siendo alto. De esta forma afronta la comunidad el fin de los diez días marcados por Quim Torra como horizonte para corregir la “situación crítica” ante la amenaza de un nuevo confinamiento y que se cumplen este miércoles. En Lleida, donde se tuvo que decretar un confinamiento perimetral, la epidemia se ha estabilizado y aunque la incidencia es alta, los casos disminuyen. El foco ha pasado a Barcelona y su área metropolitana, que llegó a triplicar los casos en la primera semana de restricciones. En la segunda, se ha mantenido la media de 19 casos al día por cada 100.000 habitantes.

La valoración de Simón va en esa línea, aunque ha advertido de la situación especial de Barcelona, con enorme movilidad y densidad de población que, junto a Madrid, pueden convertirse en focos explosivos y presentan “condiciones y un riesgo potencial muy diferente al resto”. Es esta, en opinión de los especialistas, una de las claves que explica el por qué en las grandes urbes como Zaragoza o la capital catalana es más complicado controlar la epidemia una vez empiezan a escalar los casos, y por eso, Daniel López-Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, pide “cautela” con la estabilización en Catalunya. “Cuando se descontrola un brote, cuesta mucho más atajarlo en sitios donde hay más población, más interacción y más movilidad, y por ello el rastreo es mucho más complejo, porque no es lo mismo que alguien tenga cinco contactos que 20. Y eso pasa más habitualmente en las grandes urbes y entre jóvenes, que están siendo muchos de los afectados”, explica Artalejo.

Madrid afronta más del doble de infecciones

El avance de la pandemia parece estar está semana más repartido y, aunque los focos catalán y aragonés continúan encendiendo las alarmas, otros se van trasladando. Todos los ojos están puestos también en Madrid, que sigue en plena fase ascendente de nuevos contagios. Con los datos de este martes, son 2.920 infecciones diagnosticadas en la última semana, más del doble que la anterior. Lo cierto es que la comunidad ha aprobado un plan de medidas restrictivas y lo ha hecho cuando la incidencia era aún menor que la registrada en Barcelona cuando se impusieron las limitaciones, pero los expertos temen que la situación se descontrole porque, de momento, sigue la estela de positivos de la provincia catalana y se enfrenta al mismo cóctel de movilidad y población con una plantilla de rastreadores que, según sindicatos y asociaciones profesionales, sigue siendo deficiente a pesar de los refuerzos.

Junto a Madrid, el País Vasco también aglutina una proporción importante de los nuevos casos. Ahora la presión ha pasado de Gipuzkoa, que ha logrado controlar varios brotes que dispararon los casos, a Bizkaia y Araba, que según los datos provinciales del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), suben en número de positivos. En cifras de casos le sigue Andalucía, que también los ha doblado en una semana. Una tendencia ascendente que la Junta prevé frenar con un duro régimen sancionador aprobado este mismo martes, con multas por incumplimientos que van de los 100 a los 600.000 euros.

Navarra, otra de las comunidades, junto a Aragón y Catalunya que la semana pasada preocupaban a Sanidad, parece haber controlado la escalada y registra menos casos. También en la zona gallega de A Mariña han tenido efecto las medidas y hace 15 días que ha dado por controlado el brote que obligó a cerrar perimetralmente la comarca. Lo demuestran los datos del ISCIII: en Lugo la incidencia de casos que han iniciado síntomas en los últimos siete días ha pasado de los 34,3 por cada 100.000 habitantes del 5 de julio a a los 8,5 del 26. Con Badajoz y Ciudad Real son las tres únicas provincias con un número significativo de contagios en verde, es decir, donde bajan.

Los expertos recuerdan que la receta sigue siendo intensificar la realización de pruebas PCR de forma precoz y el rastreo de contactos estrechos de cada positivo, por lo que pueden un “esfuerzo titánico” a las comunidades, en palabras de López-Acuña, para incrementar ambas variables. Según el último informe de situación del ISCIII, aún el tiempo de detección en global en España sigue estando por encima de las 48 horas marcadas por Sanidad como objetivo “ideal” y se rastrea a un nivel todavía bajo: “Hace falta una acción todavía mucho más rápida y eficaz de rastreo y diagnóstico y una de las cosas que tienen que quedar muy claras es que una vez que se traspasa cierto nivel de casos y entramos en transmisión comunitaria, las medidas tienen que ser drásticas”, explica el especialista, que apuesta por ser tajante con “las agrupaciones de personas y el ocio nocturno”, origen de varios brotes.

Coincide Artalejo, para el que “es de libro” que si en determinadas zonas, como Aragón, no se logra una estabilización con tendencia al descenso –“como mínimo”, incide, “estabilizar la curva”– “habrá que tomar más medidas”, algo que, por otro lado, “socialmente es muy complicado”, por lo que actualmente se está intentando “un principio de proporcionalidad”. Elena Martínez considera, por su parte, que no basta solo con imponer limitaciones, sino que, si estas no se cumplen, hace falta un “análisis profundo sobre el por qué”. La experta opina que en muchas ocasiones “igual no es solo que la persona no quiere y punto”, sino que puede haber otras motivaciones; y pone como ejemplo las restricciones en el ocio: “La gente también necesita divertirse, a lo mejor es necesario que empecemos a pensar alternativas seguras en el sentido del riesgo de contagio”.

Artículo elaborado con información de Maialen Ferreira y Candela Canales.

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