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Mapa

Radiografía del coronavirus, provincia a provincia: los rebrotes disparan los casos

Raúl Sánchez / Marta Borraz

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En plena ola de rebrotes, España está registrando desde comienzos de julio un importante repunte de los casos de coronavirus, que coloca casi diariamente al conjunto del país en las mayores cifras de positivos registrados en siete días desde el inicio de la desescalada. La situación es, sin embargo, muy distinta en los diferentes territorios, por ello los expertos coinciden en que la situación no debe diluirse en el dato global, sino que entender qué está pasando requiere también de un análisis fino y a más pequeña escala, como es el caso de las provincias.

A ese nivel ofrece datos el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) a través de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) y lo hace por fecha de inicio de síntomas o la de diagnostico para los casos asintomáticos. La primera pestaña del mapa muestra la velocidad a la que crecen los casos en cada territorio –a azul más oscuro, mayor incremento de la velocidad–, tomando como referencia la evolución de los últimos 14 días frente a los 14 anteriores en tasa de nuevos contagios por cada 100.000 habitantes. Aunque cada vez son más las provincias en las que la cifra de nuevos contagios se ha disparado en las últimas dos semanas, la situación sigue siendo heterogénea y hay algunas provincias en las que los nuevos casos incluso descienden, sobre todo, aquellas en las que se registraron los primeros rebrotes como Lugo y Lleida. También hay varias provincias en las que la circulación del virus sigue siendo baja y apenas suman tres decenas de casos en las últimas dos semanas. En la segunda pestaña de este mapa, la referida a los nuevos casos acumulados por habitantes en los últimos 14 días, puede observarse cuáles son –en granate– las provincias más afectadas por los rebrotes.


Fuente: Instituto Carlos III


Las medidas de confinamiento adoptadas en los primeros rebrotes de importancia detectados tras la desescalada han permitido limitar la transmisión en las provincias de Lleida, Huesca o Lugo. En Barcelona, aunque sigue registrando incrementos, la velocidad a la que se extiende el virus se ha reducido en la última semana. No es el caso de Madrid, que registra un incremento exponencial del número de casos semanales en el último mes tras un inicio de la desescalada marcado por la ausencia de brotes de importancia. La evolución de la situación en cada provincia desde el inicio de la pandemia puede verse en los siguientes gráficos.


Así ha evolucionado la curva de cada provincia en España

Evolución del número de nuevos casos según si los casos han subido en las últimas dos semanas sobre las dos anteriores, están bajando o se mantienen sin cambios o con pocos casos. Se muestra la media de los últimos 7 días por fecha de inicio de síntomas o por fecha de notificación

Fuente: Instituto Carlos III


Cifras no comparables a las de marzo

Aunque las cifras de contagios estén aumentando, los expertos indican que no pueden compararse con la curva de marzo, cuando el repunte de contagios desembocó en el confinamiento de la población de todo el país a partir del día 14. “El sistema de vigilancia es completamente diferente al de entonces”, destacaba el portavoz del Ministerio de Sanidad Fernando Simón. Si hace cuatro meses solo se detectaban los casos de aquellas personas que acudían a los hospitales en estado más grave, es decir, “la punta del iceberg” en palabras de un epidemiólogo, ahora se detecta entre un 60 y un 70% de casos asintomáticos gracias a los sistemas de rastreo de contactos cuando se produce un caso positivo. Aunque el sistema no esté funcionando a la perfección (las comunidades rastrean los casos sospechosos a un nivel “muy bajo” en plena oleada de rebrotes, con Catalunya y Madrid a la cola), sí que está sacando a la luz muchos más casos, y España se acerca a los 300.000 contagiados de COVID-19 confirmados desde el inicio de la pandemia.

El perfil ahora ha cambiado: la mediana de edad (la cifra central de la horquilla) ha pasado de los 60 años a estar muy por debajo de los 50, y si antes del 10 de mayo los menores de 30 suponían un 7% del total ahora son uno de cada cuatro. Fernando Simón achaca la bajada en la edad tanto a la situación de los temporeros y las condiciones de riesgo en las que viven y trabajan, como a la actitud de “jóvenes y no tan jóvenes” y el relajamiento de las medidas de protección.

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