El discurso de Vox estigmatiza el deporte femenino: sus votantes son más propensos a no apoyar a las futbolistas
La victoria en el Mundial de Fútbol de 2023 por parte de la selección femenina española quedó empañada por el beso no consentido de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso. Ese hecho, que mediatizó el ambiente de lo que debería haber sido un momento exclusivo de celebración y exaltación, no impidió que los ciudadanos mostraran un alto grado de satisfacción con el logro de la Copa del Mundo y un elevado respaldo a las reclamaciones por parte de las jugadoras, que se declararon en huelga, para mejorar sus condiciones laborales y los recursos deportivos en los que desarrollar su profesión.
Sin embargo, un estudio sociológico liderado por investigadores de la Universidad de Córdoba (UCO) demuestra ahora que en el mínimo porcentaje de personas que se mostraron poco o nada satisfechas con la victoria y en contra de la mejora de las condiciones laborales de las mujeres futbolistas sobresalen aquellos votantes alineados con la derecha y extrema derecha.
La investigación, publicada en ‘Frontiers in Sports and Active Living’, concluye que solo un 41% de los votantes de Vox apoyan las reivindicaciones de estas deportistas, frente al 90% de apoyo que expresan los votantes del PSOE y Sumar. Los resultados se repiten a la hora de mostrar el nivel de satisfacción por el éxito deportivo: un 56% de los votantes de Vox muestran esta satisfacción frente al casi 100% que expresan los encuestados alineados con formaciones políticas de izquierda.
Un resultado “contraintuitivo” con la edad
Sara Pasadas, socióloga de la UCO e integrante del equipo de investigadores que ha realizado el estudio, señala que los resultados parten de los datos del barómetro de octubre de 2023 llevado a cabo por el Centro de Investigaciones Sociológicas. “Nos hemos dado cuenta de que las mujeres, indistintamente de su ideología, apoyan más a la selección frente a los hombres”, adelanta.
La encuesta, realizada a 4.029 personas, muestra que el 79% respondió sentirse muy satisfecho o bastante satisfecho con la victoria del mundial por parte de la selección femenina, frente a un 9,7% que respondió poco o nada satisfecho. También preguntaron si se deberían mejorar sus condiciones laborales y recursos deportivos, tales como instalaciones y equipo técnico. En este caso, el 84% se decantó por el sí frente a un 8,6% que respondió que no.
El estudio, firmado por Pasadas junto a David Moscoso y Rodrigo Ramis de la UCO, y Manuel Trujillo, del Instituto de Estudios Sociales Avanzados del CSIC, también atestigua un resultado que estos expertos tildan de “contraintuitivo”. Así lo explica Pasadas: “Aunque pudiéramos pensar que la gente más joven está más concienciada en la lucha por la igualdad, hemos observado que el apoyo a la selección aumenta según la edad”.
Rubiales marca el contexto
La socióloga recalca que el beso no consentido del entonces presidente de la Real Federación de Fútbol de España (RFEF) a la capitana de la selección marcó el contexto de la encuesta. “Eso pudo polarizar mucho las respuestas. Si repitiéramos ahora las preguntas, quizá obtendríamos otro resultado porque ahora, años después, no es tan notorio el elemento de la reivindicación feminista”, explica.
Moscoso, sociólogo del deporte con más de 25 años de experiencia, afirma que “este clima reaccionario contra el deporte femenino viene causado por la percepción de que cuestiona la jerarquía establecida en las estructuras patriarcales”. Él fue el encargado de redactar la denuncia contra Rubiales a petición de la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, por aquella acción que después fue penada como un delito de agresión sexual.
Meses antes ya había realizado para el Ministerio de Igualdad otro estudio sobre la equidad de género en el deporte. En aquella ocasión, una jugadora española de relevancia internacional se manifestó sobre el papel transformador del fútbol femenino para lograr victorias en el ámbito de la igualdad de género: “Hemos estado metidas en una olla a presión que ya está estallando. Creo que ya hay que dar posibilidades, hay que dar medios, hay que invertir en el deporte femenino. Cuando empecé a trabajar en este mundo, me di cuenta y me dije: ”Al final somos unas privilegiadas“. Dentro del fútbol femenino sabemos que estamos un paso por delante de muchos deportes y al final tenemos que ser tractor de todo el deporte femenino para seguir avanzando”.
Los votantes asumen el discurso de sus partidos
Este sociólogo de la UCO que también forma parte del equipo de investigación, recuerda, de cara a los resultados del barómetro, que el votante de Vox está predispuesto negativamente hacia el fútbol femenino. “Contextualmente, la postura de Vox se destacó por apoyar al agresor, Rubiales, y reforzar la estigmatización de las jugadoras, a las que infantilizaron”, añade.
Las palabras exactas de Santiago Abascal, líder de Vox, en aquellos días fueron estas: “Con sentido común se puede distinguir lo que es una grosería o mala educación de lo que es un delito”. De esta forma, aludía a un “falso feminismo” ante las acusaciones que se produjeron tras la entrega de medallas en la final de la Copa del Mundo, comenta el mismo Moscoso, también catedrático de Sociología del Deporte en la UCO.
Así pues, los discursos de los líderes políticos de cada partido acaban calando en sus simpatizantes, quienes los asumen por adscripción o afinidad simbólica o emocional. Para Moscoso, estos datos ponen sobre la mesa el hecho de que el deporte femenino y su recepción social pueden estar fuertemente condicionados por el debate político. Tal y como interpreta, “este clima reaccionario contra el deporte femenino viene provocado por ese miedo a que cambie la jerarquía patriarcal, por eso emergen estos discursos antifeministas canalizados a través de algunos medios y redes sociales”.
El deporte como reflejo de la sociedad
Estudios de este tipo permiten atestiguar con datos cómo la polarización política en la sociedad española también encuentra un reflejo en todos aquellos asuntos relacionados con el género y la lucha por la igualdad, añade Pasadas. “Uno pensaría que en el deporte, y más en una competición de tan alto nivel, no tendría que verse esa polarización, pero no es así. Aquí también se dio la batalla cultural en torno al feminismo y el antifeminismo”, sostiene.
Moscoso, por su parte, considera que acontecimientos como la victoria del mundial y la agresión de Rubiales a Hermoso generan conciencia, al igual que lo hacen las posturas de los diversos partidos políticos ante estos hechos. “Los sociólogos siempre decimos que el deporte es el reflejo de lo que ocurre en la sociedad. Si en el fútbol hay machismo y desigualdad, es porque lo hay en la sociedad. Por tanto, también puede ser un buen espacio para luchar por la igualdad, ya que el deporte tiene un afecto multiplicador”, concluye.
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