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Azul más verde, turquesa: Madrid estrenará una zona en la Cumbre Climática para romper la frontera entre políticos y activistas

Jóvenes participantes del movimiento "Climate strike", creado la activista sueca Greta Thunberg, posan durante la cumbre del clima de Katowice (Polonia) en 2018.

Raúl Rejón

Azul más verde, turquesa. Esta lógica cromática ha servido para bautizar una novedad que se estrenará en la Cumbre del Clima de Madrid entre el 2 y el 13 de diciembre. Una zona turquesa que servirá para conectar directamente los actos más relevantes de la zona azul oficial y la zona verde de la sociedad civil.

La idea es que las intervenciones de más calado que se vayan sucediendo en la parte oficial (en territorio de la ONU) sean retransmitidas en el ágora de la zona verde, donde se concentrarán las actividades de la sociedad civil, según planean en el Ministerio de Transición Ecológica. Por ejemplo, si la activista sueca Greta Thunberg llega a tiempo para hablar en la parte azul, sus palabras llegarían al mismo tiempo a las delegaciones de los países participantes y a los congregados en el área más social. 

La organización contrarreloj de la COP25 supone un embudo. El cambio de sede de Chile a España anunciado el 1 de octubre pasado ha provocado que participantes que no habían planeado desplazarse a Sudamérica hayan solicitado espacio en Madrid y viceversa. 

La llamada parte azul corresponde, básicamente, a las negociaciones políticas. Un salón plenario y salas donde los equipos de las partes discuten qué incorporar y qué dejar fuera en las declaraciones finales. Son espacios cerrados. También se distribuyen áreas para las delegaciones oficiales y foros para intervenciones públicas. Todo ese territorio queda durante la COP bajo el control de la ONU. Poco accesible y muy controlado. Incluso la vigilancia corre a cargo de la organización internacional, con su propio cuerpo de guardias.

La conocida como zona verde es más abierta. Está pensada para que se desarrollen actividades de ONG, de grupos activistas o colectivos afectados por la crisis climática. La ONU no lo controla y hace las veces de caja de resonancia de reivindicaciones por la acción climática: medidas concretas contra el cambio climático ya en marcha. 

Cumbre alternativa también

La zona turquesa debe servir de conexión. Al estar bastante restringido el espacio oficial, buena parte de sus intervenciones suelen quedar acotadas a ese microcosmos que se forma alrededor de los foros de negociación. No hay hueco para mucho más. La teoría es que la parte turquesa, al menos, transmita parte de lo que sucede dentro de la zona azul a los asistentes a la verde. Y pueda reaccionar en consecuencia.

Además, durante la celebración de la COP25, va ha haber una contracumbre o cumbre social por el clima. Se inaugurará con una manifestación el 6 de diciembre por el centro de Madrid –entre Atocha y Nuevos Ministerios– y durará hasta el 12 de ese mes. La han llamado “más allá de la COP: los pueblos por el clima”. Su epicentro se ha situado en la Ciudad Universitaria.  

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