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La ONU certifica que ni la pandemia ha ralentizado el avance del cambio climático: “El tiempo se agota”

Chimeneas industriales.

Raúl Rejón

16 de septiembre de 2021 09:00 h

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La pandemia de COVID-19 no ha ralentizado el avance del cambio climático: la concentración de gases de efecto invernadero ha crecido en la primera mitad de 2021 y las emisiones de CO2, óxido nitroso o metano vuelven a los niveles de récord de 2019. El agujero entre la cantidad de gases que podría liberarse para contener el calentamiento de la Tierra por debajo de 2ºC y la que se está lanzando es “tan grande como siempre”, según la última evaluación conjunta preparada por la Agencia Meteorológica Mundial, ONU-Medio Ambiente y Global Carbon Project.

“Todavía vamos con un retraso significativo para cumplir los objetivos del Acuerdo de París”, ha reprochado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al conocer los resultados del informe. “A menos que haya un recorte inmediato y a gran escala de las emisiones, sería imposible limitar el calentamiento a 1,5ºC”.

El tapón que recalienta el planeta es más espeso

El cambio climático sucede al crearse una costra de gases en la atmósfera que impide que al radiación solar rebotada en el planeta salga al espacio. Los datos preliminares indican que la concentración de estos gases aumentó en 2020 y ha seguido creciendo entre enero y julio de 2021.

El CO2, principal gas invernadero, superó en el hemisferio norte una media de 410 partes por millón (ppm) el año pasado y “ha superado las 415 ppm en 2021”, dice el análisis. Lejos queda el umbral simbólico de 400 ppm rebasado en 2015 y que llevaba la concentración a niveles no vistos en 800.000 años.

Las emisiones han vuelto a acelerarse

Global Carbon Project ha calculado provisionalmente que varios sectores han vuelto a liberar tantos gases de efecto invernadero como en 2019. Aquel curso fue el récord histórico con 43 Gigatoneladas (43.000 millones de toneladas). Por ejemplo, la generación de energía y la industria mundiales presentan ya niveles “iguales o superiores” a los de la primera mitad de 2019. El transporte por carretera se mantuvo un poco por debajo.

Esto hace que “cinco años después de la adopción del Acuerdo de París, la diferencia entre lo permisible y la realidad sea tan grande como siempre”, explican los redactores del informe. Con un lustro más cerca del punto de no retorno. Y explican que hay que darle un bocado de unos 15.000 millones de toneladas de CO2 a los planes climáticos de los países para cumplir por los pelos el Acuerdo y del doble si se quieren evitar las peores consecuencias de cambio climático (cuyo límite de recalentamiento es 1,5ºC).

Consecuencias evidentes

El informe señala algunos de los fenómenos meteorológicos extremos más recientes . El récord absoluto de temperaturas en Canadá y el noroeste de EEUU, las inundaciones en Alemania y Europa central en julio pasado... También las condiciones meteorológicas atribuidas al calentamiento han propiciado una oleada de incendios forestales de gran poder destructor en toda la cuenca mediterránea. Desde Grecia a principios de verano hasta Málaga a finales del estío.

Este análisis multidisciplinar ha incluido también los puntos clave del sexto informe del panel de expertos de la ONU, el IPCC, que en agosto pasado concluía que nadie está ya a salvo de los daños que provoca la crisis climática. Y atribuía la alteración a la acción humana de manera inequívoca. Sus cálculos basados en la evidencia científica advertían de que el planeta se va a calentar, al menos, hasta 2050.

“El mensaje del informe está claro: el tiempo se agota”, ha resumido Guterres. En la cumbre COP26 de Glasgow de noviembre los estados deben presentar sus estrategias climáticas. Los cálculos indican que, todas juntos, deben suponer un recorte del 45% de las emisiones mundiales de 2010. Con lo hay encima de la mesa, de momento, el bocado se quedaría en la mitad de lo necesario.

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