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La larga lista de tareas pendientes que ha dejado Rajoy a Sánchez para recuperar la ciencia española

Rajoy deja una larga lista de tareas pendientes en I+D

Teguayco Pinto

“La inversión en I+D+i crece muy por debajo del PIB. Rajoy y su socio Rivera deben devolverle el pulso a la investigación”. Hace menos de dos semanas, el hoy presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, criticaba la situación de la investigación científica en España y señalaba al Partido Popular y a su socio de gobierno, Ciudadanos. Ahora que ocupa la presidencia, Sánchez se enfrenta al reto de recuperar una inversión que en estos últimos años se ha ido alejando cada vez más de la media europea, mientras los científicos le exigen que le de más valor a la investigación y recupere el extinto Ministerio de Ciencia.

Las palabras del nuevo presidente se produjeron tras la publicación del último informe COTEC, presentado el pasado 22 de mayo. Según la presidenta de este organismo, la antigua ministra de ciencia, Cristina Garmendia, “aunque algunos indicadores mejoran ligeramente, el incremento de la inversión se mantiene por sexto año consecutivo por debajo del crecimiento del PIB, lo que nos aleja un año más de los países de nuestro entorno y del conjunto de la UE”.

No es el único dato negativo sobre la I+D al que deberá hacer frente el nuevo gobierno de Sánchez, ya que, en los últimos años, diversos informes han constatado la pérdida peso de la ciencia española respecto al resto de Europa. Desde el año 2009, la inversión pública en I+D en España ha caído más de un 12% mientras que en la UE ha aumentado más de un 17%, lo que ha convertido a nuestro país en una excepción dentro de la unión.

Los efectos de este descalabro en los presupuestos, especialmente la parte no financiera, que ha quedado a niveles de 1999, ya se han empezado a notar en la productividad científica, donde se ha constatado una disminución “muy importante” de artículos de alto impacto, así como una reducción de cerca del 60% en el número de patentes producidas, según otro informe presentado el pasado mes de enero en el Congreso de los Diputados.

El objetivo del 2% en 2020 es “poco creíble”

El reto de equiparar la inversión en I+D al resto de Europa no será fácil, teniendo en cuenta los antecedentes. España jamás ha estado cerca de las cifras del resto de Europa, ni si quiera en la época dorada en la que el gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero decidió apostar por la ciencia, llevando la inversión a su techo histórico en 2009, con tan solo un 1,38% del PIB.

El pasado mes de febrero, Pedro Sánchez y su secretario de Emprendimiento, Ciencia e Innovación, Francisco Polo, se reunieron con diversas personalidades del mundo científico y aseguraron que el objetivo del partido era alcanzar el 2% de inversión del PIB en I+D antes de 2020, lo que supondría pasar de un gasto de poco más de 13.000 millones de euros a más de 22.000 millones.

Sin embargo, este objetivo ya se encuentra recogido en el Plan Estatal de I+D que fue presentado por el gobierno de Rajoy a finales del pasado año y ya entonces los expertos consideraban “poco creíble” y “poco serio” pensar que España pudiera pasar de una inversión del 1,2% actual al 2% en tan poco tiempo.

Exceso de trabas burocráticas

Tampoco las trabas burocráticas han colaborado a mejorar la situación de los investigadores españoles. La normativa presupuestaria introducida por el Ministerio de Hacienda en 2016, junto a otros problemas de gestión del sistema de I+D, han provocado que el Estado español solo gastase el 30% de todo el presupuesto destinado a I+D en 2017 y que la mayoría de los Organismos Públicos de Investigación hayan tenido serias dificultades para poder ejecutar los fondos que se le han concedido o para contratar personal investigador.

Precisamente la pérdida de capital humano es otro de los grandes retos del sistema de I+D español. Según un informe publicado el pasado año por el Observatorio de Investigación e Innovación de la Comisión Europea, España ha visto reducido su número de investigadores en más de un 9% en los últimos años, lo que supone una pérdida de más de 12.000 científicos desde 2010.

Para tratar de mejorar la gobernanza de la ciencia en España, algunos científicos se han lanzado a pedir a través de redes sociales la reinstauración del Ministerio de Ciencia, institución creada en 2008 por el gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero, pero que fue eliminado por Rajoy nada más llegar al poder. Sin embargo, a pesar de que se da por hecho que Sánchez recuperará algunos ministerios icónicos del último gobierno socialista, como el de Igualdad, no parece probable que vaya a hacer lo mismo con el de ciencia.

Una oficina de asesoría científica en el Congreso

Otra reivindicación de los científicos que ha cobrado fuerza durante los primeros meses de este año ha sido la creación de una oficina de asesoramiento científico. “No queremos que los parlamentarios sepan ciencia sino que, como en otros parlamentos del entorno, haya una oficina de Ciencia en el Parlamento que esté al servicio de los políticos y les ayude a tomar decisiones para legislar mejor”, aseguró a Europa Press el presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), Nazario Martín.

La COSCE es una de las más de 150 instituciones que ha dado su apoyo a la iniciativa Ciencia en el Parlamento, impulsada a por varios investigadores y presentada por uno de sus portavoces en este diario a principios de año.

Por ahora, la iniciativa había logrado el apoyo de la mesa del congreso para organizar un evento durante el cuarto trimestre de este año, que consistirá en una serie de debates y reuniones bilaterales entre científicos y políticos. Ahora, el futuro de esta iniciativa quedará en manos de Sánchez y habrá que ver si finalmente se traduce en la creación de una nueva oficina de asesoramiento científico.

La homeopatía y las pseudoterapias

Por último, el Partido Popular se marcha del Gobierno tras la aprobación de la normativa que regula las sustancias homeopáticas, una polémica norma que permite a esta industria llamar medicamentos a sus productos, a pesar de que no tienen la obligación de demostrar eficacia, como sucede con cualquier otro fármaco.

Entre las personas cercanas a Sánchez destaca la posición de la eurodiputada y miembro de la comisión de investigación del partido, Soledad Cabezón, una de las voces del PSOE más críticas con la proliferación de las pseudoterapias y que recientemente ha pedido a la Comisión Europea “eliminar la denominación de medicamento respecto de estas sustancias homeopáticas”.

A finales del pasado año, Cabezón reclamó, como presidenta del Intergrupo de Salud del Parlamento Europeo, la necesidad de una nueva normativa europea que regule las prácticas conocidas popularmente como medicina complementaria o alternativa. “Llamar terapia o medicina a estas prácticas es darles un reconocimiento que no deberían tener, porque son prácticas sobre las que no hay evidencia científica”, aseguró a eldiario.es.

La posición de Cabezón va en línea con la de otros miembros del PSOE, como la Consellera de Sanitat Universal i Salut Pública del Gobierno valenciano, Carmen Montón, que el pasado año envió una misiva a la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, solicitando que se retirase el reconocimiento de la homeopatía como medicamento. “Las autoridades sanitarias han descuidado su obligación de hablar claro: la homeopatía no cura”, afirmó la política socialista.

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