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Las pseudoterapias también se cuelan por los herbolarios

Productos de herboristeria / hulius.net

Ángel Villascusa

Alineación de chacras, desintoxicación iónica, lámparas de sal, sesiones de tarot terapéutico... La oferta de algunos herbolarios españoles es una puerta de atrás para las terapias falsas. A pesar de que la normativa impide que realicen cualquier tipo de tratamiento, que vendan medicamentos o productos supuestamente curativos, es habitual encontrar en las ciudades españolas tiendas que ofrecen estos servicios.

De acuerdo con la legislación, los herbolarios son comercios minoristas autorizados únicamente para la venta de productos vegetales, preparados dietéticos, alimentos ecológicos y cosmética natural. Un negocio creciente que facturó 485 millones de euros en España en 2018, según el Observatorio Sectorial DBK. Las asociaciones contra las pseudociencias denuncian que la falta de regulación y de control hace que en los herbolarios se lleven a cabo ese tipo de prácticas. “Pueden vender plantas con principios activos medicinales y poco más”, defiende Emilio Molina, vicepresidente de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP).

Según la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, en las herboristerías se pueden distribuir derivados de plantas y suplementos siempre que no se haga referencia a supuestas “propiedades terapéuticas, diagnósticas o preventivas”. Es decir, como terapias médicas. Pero, según Molina, la norma se incumple de manera habitual: “Estas prácticas llevan haciéndose desde hace años. No se puede decir que ciertos productos naturales curan el cáncer o sirven para mejorar los síntomas de una dolencia si no está demostrado científicamente”.

La pseudoterapias, como la homeopatía tienden a encontrar vías de distribución, como ha evidenciado su presencia en farmacias donde los profesionales han llegado a contar a eldiario.es “solo es placebo, pero si viene alguien y me lo pide, se lo dispenso” aunque luego justificaban que “al menos les explicamos las consecuencias que tiene e intentamos que no abandonen los tratamientos de eficacia probada”. La calificación de medicamento de un producto homeopático ha obligado a que se encuentren en las farmacias.

“Nosotros somos los boticarios de toda la vida”

Además de la Ley de garantías, el Real Decreto 1907/1996 sobre promoción de productos con pretendida finalidad sanitaria prohíbe que se atribuya a cualquier producto una utilidad terapéutica si no está considerado medicamento. “Nuestro sector no es impermeable a personas que se exceden en sus funciones, pero esto ocurre en todos los ámbitos profesionales”, explica José Ramón Lobo, presidente de la Asociación de Profesionales de la Naturología y la Herbodietética, quien acusa a APETP y a otras agrupaciones similares de persecución contra todo lo relativo a las terapias naturales.

“Nosotros somos los boticarios de toda la vida. A pesar de que en nuestras tiendas hay farmacéuticos, nuestra función no es despachar medicamentos de ningún tipo. Nos dedicamos a vender aquellos remedios naturales que los médicos pueden recomendar a sus pacientes”, cuenta desde Valencia Carolina Girbés, responsable de comunicación de Herbolarios Navarro, la mayor cadena de tiendas de plantas medicinales, comida ecológica y dietética de España.

Desde la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas no cuestionan la utilidad de la fitoterapia, es decir, remedios a base de productos de origen vegetal tradicionalmente considerados como medicinales, pero reclaman más control a la hora de su venta. “Se debe ser muy cuidadoso cuando se administra fitoterapia para evitar tanto la hipermedicación como la hipomedicación”, advierte Molina. Las plantas, recuerda, no son inocuas. “El ácido salicílico, proviene del sauce pero es muy corrosivo para el estómago y hace falta mucha cantidad para conseguir el efecto de una aspirina”. Para Molina, es indispensable que exista un control médico porque incluso aunque se tomen de forma complementaria pueden interferir con otros medicamentos.

El abogado y divulgador científico Fernando Frías considera que es necesario velar por el cumplimiento de la normativa en vigor: “Las Comunidades Autónomas tienen que poner en marcha más inspecciones para comprobar que lo que se hace en estos lugares se ajusta a la normativa”. El Real Decreto 1277/2003 sobre autorización de centros, servicios y establecimientos sanitarios no considera que estas tiendas ejerzan actividades relacionadas con la salud, por eso no necesitan autorización sanitaria previa, pero Frías cree que debería plantearse algún tipo de normativa específica: “Si así fuera, podría exigirse formación a los trabajadores”.

“Nos preocupan los ciudadanos, no los terapeutas”

Algunos herbolarios, como los de la red de Herbolarios Navarro, sí cuentan con personal especializado, como recuerda su responsable de comunicación: “Para nosotros es esencial atender a los pacientes de forma responsable”. Sin embargo, esta es una práctica voluntaria. Además de controlar que no se venden medicamentos (ni convencionales ni homeopáticos), que no se atribuyen cualidades curativas a los remedios herbales, Frías explica que se debe evitar que en el interior se hagan sesiones terapéuticas: “No pueden hacerlo. Para ello deberían estar registrados como Unidad 101 de Terapias no convencionales y estar controlados en todo momento por un profesional sanitario”. En resumen, más regulación y que se aplique la que ya está en vigor.

Lobo reconoce que puede haber excesos, pero señala que son casos aislados que no se deberían utilizar para desprestigiarles. Pero, en opinión de Emilio Molina, de la asociación contra las pseudoterapias, las terapias alternativas sí son peligrosas: “Son negocios en muchos casos fraudulentos que están provocando retrasos en los diagnósticos y, en los peores casos, incluso la muerte”. Molina rechaza cualquier ataque personal hacia los terapeutas: “Ellos no nos importan, lo que nos preocupa es la salud de los ciudadanos”.

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