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Las pseudoterapias campan a sus anchas en los centros universitarios

Los ministros Carcedo (izquierda) y Duque, durante la presentación del plan contra las pseudoterapias

Teguayco Pinto

También existen entidades privadas que ofrecen titulaciones en pseudoterapias con nombres que imitan a las denominaciones oficiales universitarias, como el Máster en Homeopatía de la Academia Medico Homeopática de Barcelona

Aún existen titulaciones oficiales de osteopatía y acupuntura en varias universidades, a pesar de las escasas evidencias sobre su eficacia y de que están consideradas pseudoterapias por la Organización Médica Colegial y la APETP

El presente curso académico se ha convertido en el primero en el que ninguna universidad española ha ofrecido clases de homeopatía. Desde hace unos años muchos centros han ido eliminando las clases de pseudoterapias que se ofrecían bajo el paraguas universitario, pero aún son varias las universidades que siguen manteniendo algún tipo de relación con terapias sin aval científico.

El pasado lunes la Ministra de Sanidad, Mª Luisa Carcedo, y el Ministro de Ciencia, Pedro Duque, presentaron las claves de su plan para luchar contra las pseudoterapias y entre las medidas propuestas destacaba la eliminación de todas las titulaciones sin aval científico que se ofrecen en la universidad española. Esta medida supondrá, casi con total seguridad, la eliminación del máster en “intervenciones complementarias” de la Universidad de Barcelona, en el que se imparten clases de Reiki o Terapia Floral, pero también pondrá en el disparadero las titulaciones de osteopatía y acupuntura que aún se imparten en muchas universidades a pesar de las escasas pruebas sobre su eficacia.

Sin embargo, no se sabe si este plan atajará el problema de los centros adscritos, donde se imparten todo tipo de cursos en pseudoterapias, ni si será capaz de poner freno a la proliferación de titulaciones universitarias falsas o engañosas que se ofrecen en los centros privados de formación no reglada. 

“Este paquete de medidas es un paso adelante, pero es bastante tímido, porque solo hablando con las universidades no se ataca el grueso del problema”, explica a eldiario.es la presidenta de la Asociación para Proteger a los Enfermos de Terapias Pseudocientíficas (APETP), Elena Campos, quien asegura que “también hay que investigar todas aquellas titulaciones supuestamente sanitarias que se están ofreciendo como universitarias de manera irregular”.

Pseudoterapias que aguantan en la universidad

El primer paso anunciado por los ministros será la elaboración de un informe para identificar aquellas prácticas que no tienen aval científico, con lo que aún no se sabe qué titulaciones se eliminarán de la universidad. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad ya publicó informe sobre terapias alternativas en 2011 que ofrece algunas pistas sobre el futuro de las dos principales que aún se mantienen en la universidad: la osteopatía y la acupuntura, ambas consideradas como pseudoterapias por la Organziación Médica Colegial y la APETP.

Sobre la osteopatía, el informe asegura que solo la denominada osteopatía estructural ha demostrado cierto grado de eficacia y solo a la hora de tratar el dolor lumbar, aunque advierte de que los estudios analizados tenían “defectos metodológicos importantes”, lo que hace “difícil la emisión de recomendaciones sobre su utilidad clínica y uso adecuado”.

Sin embargo, la formación ofrecida por varias universidades sobre esta terapia no solo se reduce a esta dolencia, sino que se ofrecen multitud de propuestas terapéuticas que no han demostrado eficacia, como la osteopatía visceral y craneal. Algo que se puede comprobar en los planes de estudio de varios de los cursos ofertados por varias universidades españolas, como la Pompeu Fabra o la de Murcia.

Además, algunas propuestas terapéuticas son especialmente delicadas, como las relacionadas con la manipulación de bebés para reducir los cólicos, un asunto sobre el que la última revisión de estudios realizada por la colaboración Cochrane ha advertido de que “no hay datos adecuados para establecer conclusiones definitivas acerca de su seguridad”.

La acupuntura, entre la falta de eficacia y el misticismo

En el caso de la acupuntura, el documento de 2011 asegura que es un tratamiento “efectivo en el control de las náuseas” inducidas por la quimioterapia o en un postoperatorio y que resulta “prometedor” para otras dolencias. Sin embargo, la mayoría de las revisiones de estudios realizadas por la colaboración Cochrane en los últimos años indican que la eficacia no se ha podido demostrar en casi ningún caso y que los estudios que han mostrado algún efecto son de mala calidad.

Tampoco en el caso de la acupuntura la formación se reduce solo a las prácticas que han demostrado algún tipo de eficacia, aunque sea de baja calidad. En este sentido, la Universidad de Santiago de Compostela ofrece un máster en el que da formación en acupuntura para trastornos psicoemocionales, mientras que la Universidad de Sevilla ofrece un curso en el que se trata la “energética china”, un concepto sin validez científica alguna.

Las pruebas de eficacia de estas supuestas terapias no parecen lo suficientemente solidas como para justificar que se sigan impartiendo en la universidad y, de hecho, ante la presentación del plan contra las pseudoterapias, la Universidad de Santiago ya ha dado un primer paso suspendiendo cautelarmente las prácticas hospitalarias de sumáster de acupuntura, tal y como ha informado ABC.

En cualquier caso, el problema no está en que se impartan pequeños cursos para aquellas prácticas que demuestren algo de eficacia en dolencias particulares, pero no parece que esté justificado que se oferten másteres o posgrados cuya duración puede alcanzar los 4 años y su precio superar los 5.000 euros por curso para enseñar terapias que solo se han mostrado ligeramente eficaces para reducir el dolor de espalda o las nauseas.

Para Campos, la situación está clara y asegura que “mientras no estemos seguros de la eficacia de estas terapias no podemos decir que funciona y muchos menos impartirlo como formación para profesionales sanitarios”.

El embrollo legal de los centros universitarios

Sin embargo, las titulaciones con escasa evidencia científica emitidas por las universidades solo suponen una pequeña parte del problema. Uno de las grandes puntos de conflicto se encuentra en la frontera universitaria, donde los centros adscritos a universidades, que tantas polémicas han generado en los últimos años, ofrecen multitud de cursos sobre pseudoterapias sin apenas control por parte de las universidades o las administraciones.

Uno de los casos más paradigmáticos es del Real Centro Universitario María Cristina (RCU), que mantiene un convenio con la Universidad Complutense de Madrid para impartir tres títulos oficiales (los grados en ADE y Derecho y un Máster Universitario en Acceso a la Profesión de Abogado), pero que al mismo tiempo ofrece titulaciones no universitarias que carecen de aval científico alguno, como el título Experto Superior en Terapia Psicoenergética o los cursos de Nutrición Ortomolecular o Flores de Bach, entre otros muchos.

El problema se encuentra en que la legislación permite a estas entidades ofrecer formación independiente de la universidad, siempre y cuando cumplan con la obligación de incluir en la publicidad la leyenda “enseñanzas no conducentes a la obtención de un título con valor oficial”.

“Debido a esta situación, nos podemos encontrar con centros de estudios universitarios que aprovechan esos huecos legales y la desidia administrativa para ofrecer títulos aparentemente universitarios pero que no lo son”, explica el abogado Fernando Frías, que es asesor legal de la APETP.

Titulaciones con una denominación ilegal

Frías destaca que el problema “no es tanto falta de claridad legal, sino la pasividad de la administración” a la hora de poner coto a algunas de estas prácticas, dado que sí existen ciertas restricciones legales a la hora de ofrecer títulos, puesto que la legislación establece que son las universidades las únicas que pueden conceder títulos con las denominaciones de grado, máster y doctorado.

Sin embargo, basta utilizar cualquier buscador para verificar existen docenas de cursos sobre pseudoterapias que se ofrecen ilegalmente utilizando la palabra máster. El propio RCU ofrece un Máster propio en Técnicas de Terapia Transpersonal, pese a que esta titulación no se ofrece en convenio con la Universidad Complutense de Madrid, tal y como consta en el Registro de Universidades, Centros y Títulos.

Además, este centro también ofrece un título de Especialista en Posturología Clínica, que entra en contradicción con lo dispuesto en la ley de universidades, que establece claramente que “los títulos de especialista para profesionales sanitarios serán expedidos por el Ministerio de Educación”.

El problema de las denominaciones de los títulos del RCU ha sido una constante en los últimos años, en los que el centro ha sido denunciado hasta en tres ocasiones por ofrecer titulaciones de forma irregular. El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid denunció hasta en dos ocasiones a este centro por ofrecer títulos superiores falsos y en el año 2016 fue acusado de ofrecer una falsa titulación universitaria en ilusionismo.

Otros centros que utilizan una denominación irregular para vender formación sobre pseudoterapias como si fuera universitaria son la Academia Medico Homeopática de Barcelona, que ofrece un Máster de Homeopatía sin convenio con ninguna universidad o el INESEM Business School, que ofrece un Máster en Medicina Alternativa, Naturopatía y Terapias Naturales, a pesar de ser un título que no está expedido por ninguna de las universidades con las que este centro de formación ha suscrito convenios, tal y como han confirmado a este diario fuentes el propio centro.

La utilización de nombres ambiguos es frecuente

También hay docenas de cursos de formación no reglada que parecen ofrecer formación universitaria gracias a una denominación ambigua, a pesar de que la Ley de Universidades dice explícitamente que ningún centro que no sea una universidad podrá utilizar “denominaciones que, por su significado, puedan inducir a confusión”.

Esta es una de las formas más frecuentes de ofrecer titulaciones en pseudoterapias, donde a menudo se utilizan términos como “titulo de graduado”, en lugar de grado, que sí es exclusivo de las universidades o “postgrado”. En este sentido, destaca el posgrado en bioneuroemoción impartido en el instituto Enric Corbera, un centro que factura millones de euros al año por una práctica que ha sido calificada como secta por parte de la Organización Médica Colegial.

“Estos términos también deberían entenderse como incluidos en la prohibición, porque dan lugar a confusión”, explica Frías. “Si ofertas un posgrado da la impresión de estás ofreciendo un título universitario cuando no es así”. El problema, señala este abogado, es que “estos centros se aprovechan de la pasividad de las administraciones para seguir haciéndolo”.

La responsabilidad de velar porque este tipo de centros de formación no reglada no ofrezcan publicidad engañosa o ambigua que pueda inducir a error a los consumidores recae sobre las direcciones de consumo que dependen de las comunidades autónomas. Sin embargo, en muchos casos estas instituciones solo exigen que la información de estos títulos ponga de forma explícita que se trata de una formación que no conduce a la obtención de un título con validez oficial.

En la mayor parte de los casos analizados por este diario se puede comprobar que, efectivamente, se dice explícitamente que el título no es oficial, pero en muchos de ellos la información no está claramente visible, ni está dispuesta tal y como indica la ley, que exige que siempre aparezca la leyenda “enseñanzas no conducentes a la obtención de un título con valor oficial”.

Campos destaca que el problema no está solo en el engaño que supone para los consumidores de este tipo de formación, sino en el riesgo que supondrá para los pacientes. “Cuando un enfermo entra en una consulta y ve la pared llena de títulos, no va a saber si la entidad que avala esos títulos está reconocida o no, lo único que va a ver es que la persona que le atiende tiene una formación y va a terminar confiando en alguien que seguramente no tiene los conocimientos necesarios para tratarle adecuadamente”.

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