La UAB recupera el salario que pagó al investigador que compatibilizaba su trabajo con otro puesto en Rumanía
La Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha recuperado los 23.461,61 euros que le había pagado al profesor Marian Barbu durante ocho meses por un contrato postdoctoral María Zambrano. Este tipo de contrato, financiado con fondos públicos, exige dedicación exclusiva, según la convocatoria publicada en el BOE. El investigador compatibilizó su puesto durante ocho meses en la UAB con otro de decano en la Universidad Dunarea de Jos, en Rumanía, de manera irregular, según admitió la propia universidad. El centro universitario explica a elDiario.es que ya ha recibido el reintegro de ese dinero que pagó en concepto de salario.
Este investigador dejó su trabajo en la UAB el mismo día que este diario preguntó a la universidad sobre una posible incompatibilidad: el viernes 8 de septiembre. El centro explicó a elDiario.es que Marian Barbu pasó todo ese tiempo intentando abandonar el empleo como decano, pero finalmente acabó concluyendo que le resultaba imposible desvincularse de su universidad. “El profesor Barbu ha comunicado al Departamento que le ha sido imposible solucionar la problemática del trabajo de origen y que, por tanto, debe renunciar a la ayuda por incompatibilidad. Por descontado, devolverá el importe de la ayuda recibida”, detalló entonces la UAB a elDiario.es.
La UAB incide en que “desde el Departamento se le comunicó que tenía que renunciar al trabajo de Rumanía si quería disfrutar de la ayuda”. En la web de su universidad de origen ha figurado y aún figura como decano.
Consultado en su momento por este periódico, Barbu defendió que en ningún momento de su trabajo fue consciente de que estaba incumpliendo la normativa. “Estaba haciendo la investigación a distancia, ya que mi campo de investigación me lo permite. Cuando la UAB me informó de este asunto, dimití el mismo día”, sostiene. “También pedí a la UAB que me informara si económicamente hay algo que solucionar. La UAB me contestó que ha iniciado el procedimiento para recuperar las cantidades percibidas por mí. Las dos últimas semanas he intentado hacer todas las gestiones económicas para solucionar muy rápido este tema”, apuntaba Barbu, que se mostró dispuesto a ofrecer la información cuando la tuviese, aunque finalmente llegó a través de la universidad.
El proceso de dilatación de su renuncia no fue de un par de semanas, sino de hasta ocho meses. Tanto fuentes perceptoras de las ayudas Zambrano, como la propia UAB reconocen este caso como algo “excepcional”. Desde la universidad se disculpan de “no haber sido todo lo diligentes” que pudieron haber sido con el caso, pero han conseguido recuperar el dinero público pagado a este investigador.
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