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Los compañeros de Montón, Cifuentes y Casado: “Tenemos un título que no sirve para nada y del que la gente se ríe”

Pablo Casado y Cristina Cifuentes durante el XVI Congreso del PP de Madrid  EFE/Mariscal

Laura Galaup

“Estoy decepcionado y triste”. Así resume un compañero de promoción de Pablo Casado sus sentimientos tras conocer conocer que la jueza del caso Máster, Carmen Rodríguez-Medel, ha archivado la mayor parte de la investigación sobre los indicios que apuntan a que en el Instituto de Derecho Público (IDP) de la Rey Juan Carlos se regalaron títulos a dirigentes políticos y a otros alumnos VIP por su relación con Enrique Álvarez Conde, catedrático al que esta magistrada llegó a señalar como “urdidor” de este presunto entramado.

Este alumno, que como algunos de sus compañeros trabaja en un organismo público, defiende su esfuerzo y el de sus compañeros para cursar el Máster Oficial en Derecho Autonómico. “El resultado de todo este caso es que tenemos un título que no sirve para nada y que cuando lo enseñas la gente se ríe. Yo en mi currículum he decidido ocultar que lo tengo”, añade. En esa misma promoción también obtuvo el posgrado María Dolores Cancio. Ella explicó ante la jueza cómo funcionaba el sistema de prebendas. Cancio reconoció que lo consiguió sin hacer nada: no fue a clase y no presentó ningún trabajo. Siguiendo así las órdenes de Álvarez Conde.

Otro de los alumnos “ordinarios” –así los definió la magistrada Rodríguez-Medel– también considera que este título podría empañar su perfil profesional. “Entiendo que mi currículum puede quedar manchado, aunque no sería lo correcto. Si eres una persona desconocida entiendo que no nos debería afectar”, añade.

El aforamiento de Pablo Casado dio un vuelco a esta investigación. La jueza de instrucción había imputado a Cancio y a otras dos compañeras, que tenían un expediente académico calcado al del líder del Partido Popular. Y había concluido que al político conservador le regalaron el máster “a modo de prebenda” por su “relevancia política”. Sin embargo, debido a su condición de diputado, el tribunal que tenía que decidir sobre el futuro judicial de Casado era el Supremo. El pasado viernes rechazó investigarle aunque vio indicios de “trato de favor”.

Cuestionan el aforamiento de Casado

Estos dos compañeros de promoción del líder del PP lamentan que desde el inicio de este procedimiento a Casado no se le hayan aplicado los mismos criterios que al resto de compañeras que sí estuvieron investigadas. “Creo que hay que cambiar la influencia de carácter político en la justicia”, apunta uno de ellos. “No puede ser que desde el punto de vista judicial determinadas personas tengan un trato especial”, replica el que reconoce que esta decisión le entristeció.

“Entiendo la decisión de la jueza. Si el Supremo dice que no hay caso, no puede haber diferencia de trato para unos y otros. Entenderlo, lo entiendo. Otra cosa es que esté de acuerdo. No sé si es delito o no, pero esa persona [Casado] obtuvo un título que los demás tuvimos que trabajar y él no”, añade este último.

Estos alumnos también apuntan a la universidad, consideran que la Rey Juan Carlos no ha defendido a los titulados “ordinarios”, aquellos que consiguieron el posgrado yendo a clase cuatro tardes por semana, realizando exámenes y trabajos “No he oído a la universidad en ese sentido, no les he escuchado defender a los que lo obtuvimos de forma lícita. Creo que tendrían que haberlo recalcado más”, incide el segundo.

“Tenían que haber planteado que el máster tenía prestigio, que se han cometido irregularidades pero no en la mayoría de los casos. Que la mayor parte de los alumnos hemos hecho lo correcto”, reseña un tercero, que fue compañero de Cristina Cifuentes en el curso 2011/12. Estos estudiantes creen que la gestión de los casos por parte de la URJC no les ha beneficiado. Aún así, este alumno, que obtuvo el doctorado tras terminar el posgrado, asegura que mantendrá en su currículum este título. “No tengo nada de lo que avergonzarme”, concluye.

“No tengo nada de lo que avergonzarme”

Otro de los compañeros de este alumno, el exconcejal del Ayuntamiento de Madrid Pedro Calvo, no ha querido atender a esta redacción para aclarar si va a tomar alguna decisión tras enterarse en su declaración judicial que le habían evaluado alguna asignatura, a pesar de que él mismo reconoció ante la magistrada que no hizo nada.

“Me matriculé en el máster, pero no fui nunca a clase ni cursé asignatura, no hice ni el huevo”, subrayó. Su nombre figuraba en las actas de convalidaciones de tres asignaturas, en las que también aparecía el nombre de Cifuentes, y que tenían varias firmas falsificadas. “No tengo el título ni nunca lo he usado. Nunca solicité las convalidaciones, hoy he visto mis calificaciones, he visto que obtuve varios sobresalientes”, añadió a los medios tras su declaración.

Después de que el Supremo haya archivado las acusaciones de cohecho y prevaricación administrativa, la magistrada solo está investigando un presunto delito de falsificación documental en el acta de trabajo final de máster que aportó la expresidenta madrileña en su coartada para defender que cursó el posgrado.

Por estos hechos, los únicos investigados son la propia Cifuentes, Álvarez Conde, las profesoras Cecilia Rosado y Alicia López de los Mozos, cuya firma aparece en el acta falsificada, y la asesora de la expresidenta María Teresa Feito, quien presionó presuntamente a las docentes para conseguir una coartada.

Tras la decisión judicial, el compañero de Casado que trabaja para la administración pública considera que la universidad debe de actuar y si finalmente determina que varios alumnos obtuvieron el título sin hacer nada, retirárselo. “Cuando uno recibe un trato de favor, se tendría que revertir la titulación y luego compensar a los que lo obtuvieron de manera lícita”, apunta.

Las compañeras de Montón

Por ahora, este archivo no ha afectado a los estudios de Carmen Montón. La magistrada Rodríguez-Medel solicitó la semana pasada a la URJC documentación sobre su expediente académico, aunque la argumentación expuesta este lunes para archivar el caso máster dificulta el futuro de una investigación centrada específicamente en el posgrado de la exministra de Sanidad.

“No resulta posible circunscribir la decisión del Alto Tribunal al aforado, ni apartarse esta instructora de su superior criterio en lo que es responsabilidad de esta magistrada-juez, a saber, los no aforados, cuando la argumentación le resulta de plena aplicación”, recogió la magistrada en el auto.

Dos de las compañeras de la exministra se pronuncian en la misma línea manifestada por estudiantes del curso de Casado. “El cachondeo está servido y el daño está hecho”, reseña una de ellas. “No tengo palabras, con lo que nos cuesta estudiar y con el dinero que invertí de mis padres”, responde otra. “Si trato a una víctima de violencia de género necesito esa formación así que no hubiera aceptado el regalo”, finaliza esta última.

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