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El destino de una paloma mensajera caída en la Primera Guerra Mundial queda al descubierto por una cápsula encontrada en Francia

La nota fue analizada por especialistas del Museo del Linge

Héctor Farrés

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A lo largo de la Primera Guerra Mundial, miles de palomas mensajeras cruzaron el cielo europeo cargando cápsulas diminutas con órdenes, informes o peticiones de auxilio. Su uso como medio de comunicación era común entre los ejércitos de ambos bandos, especialmente cuando las líneas telefónicas habían sido destruidas o resultaba arriesgado enviar a un soldado por tierra.

Las aves eran entrenadas para regresar a su palomar de origen desde cualquier punto del frente, lo que permitía mantener un flujo constante de mensajes entre trincheras y mandos militares. A pesar del fuego cruzado, del ruido ensordecedor y de los depredadores naturales, muchas de estas aves conseguían completar el trayecto. Una de esas cápsulas fue hallada más de un siglo después en un campo del este de Francia.

El vuelo de las palomas mensajeras como vía segura en medio del combate

La cápsula apareció en septiembre de 2020 mientras una pareja caminaba por las afueras de Ingersheim, en la región de Gran Este, y detectó un objeto metálico semienterrado entre la hierba. Al abrirlo, encontraron un fragmento de papel enrollado, escrito a mano en alemán, con una letra poco legible. El mensaje se remitía mediante paloma mensajera por un soldado prusiano destinado en la zona, que en aquella época formaba parte del territorio del Imperio alemán.

El papel contenía un informe militar dirigido a un superior. Según explicó el director del Museo del Linge, Dominique Jardy, a la agencia AFP, la nota fue llevada a las instalaciones del museo, donde él y un colaborador germanoparlante se encargaron de analizar el contenido. Aunque la fecha presentaba cierta ambigüedad, la información incluida permitía situarla en plena guerra.

En una de sus líneas, la nota decía: “El pelotón Potthof recibe fuego al alcanzar el límite occidental del campo de maniobras, el pelotón Potthof devuelve el fuego y se repliega tras un tiempo”.

La cápsula pasa a formar parte de una colección centrada en el frente occidental

El museo del Linge, situado en la localidad de Orbey, conserva cientos de piezas relacionadas con la batalla que tuvo lugar allí entre julio y octubre de 1915. Ese conflicto entre tropas francesas y alemanas dejó cerca de 17.000 muertos, según los registros históricos, y convirtió el área en una zona de hallazgos constantes de objetos abandonados. Armas, proyectiles, piezas de uniforme y utensilios personales forman parte del fondo expositivo del museo, que se ha ido ampliando con aportaciones de particulares de la región.

La cápsula encontrada en Ingersheim pasará a formar parte de esa colección permanente. Para Jardy, que gestiona el museo desde hace años, este hallazgo tiene un valor especial por la rareza del objeto y por el estado de conservación del mensaje. En su análisis, el texto describía los movimientos de un pelotón al que le habían infligido bajas en el bosque de Fechtwald. Tal como se leía en otra parte del informe: “En Fechtwald medio pelotón quedó inutilizado. El pelotón Potthof se retira con muchas bajas”.

A diferencia de otras comunicaciones interceptadas o recuperadas del conflicto, esta nota ofrece una visión directa de las maniobras y retrocesos sobre el terreno. Según Jardy, el tipo de información y su forma de transmisión apuntan con claridad al contexto de guerra, pese a que la fecha del documento no esté completamente definida. En su interpretación del hallazgo, explicó que “es una pieza muy rara y valiosa por lo que cuenta y por cómo ha llegado hasta nosotros”.

Aunque en ocasiones se han descubierto mensajes similares en distintos países europeos, la mayoría suelen estar incompletos o en peores condiciones. En este caso, tanto la cápsula como el contenido escrito habían resistido el paso del tiempo con una integridad sorprendente, lo que ha facilitado su lectura y posterior catalogación.

Este tipo de hallazgos no solo aportan información documental sobre el conflicto, sino que muestran hasta qué punto se cuidaban los canales de comunicación en mitad de los combates. La existencia de redes organizadas de palomas mensajeras con entrenadores, puntos de recogida y protocolos de codificación demuestra un grado de sofisticación que, aún hoy, llama la atención en los museos de historia militar.

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