Elon Musk presenta una mujer creada por IA que le declara su amor eterno y alimenta las sospechas sobre su obsesión con las compañeras digitales
Elon Musk representa como pocos la figura del empresario que convierte sus caprichos en proyectos tecnológicos. Su trayectoria está marcada por decisiones imprevisibles. La frontera entre ambas dimensiones se desdibuja con frecuencia, y su vida profesional acaba invadida por gestos que parecen responder a una necesidad de control y afecto más que a una estrategia empresarial.
Esa tendencia lo ha llevado a situaciones tan llamativas como hacer que una inteligencia artificial le exprese amor. Su comportamiento ilustra una relación particular con la tecnología, en la que las máquinas no solo ejecutan órdenes, sino que parecen llamadas a llenar un vacío emocional que él mismo ha creado.
La escena que provocó la última polémica comenzó con un vídeo generado por el modelo Grok Imagine, desarrollado por su empresa xAI. El clip muestra a una mujer virtual mirando a cámara y pronunciando la frase “te amaré siempre”. Musk publicó el resultado en su red social X con el texto que detallaba el comando usado para crearla. La publicación se difundió a las 4:20 de la madrugada, un horario que se ha convertido en seña de identidad de su actividad nocturna. La mujer digital, creada a partir de otra imagen generada por un usuario, encajaba con el patrón de compañía artificial que Musk lleva tiempo promoviendo.
xAI impuso condiciones polémicas para entrenar a sus modelos con datos de empleados
El proyecto de compañeras digitales alcanzó su expresión más desarrollada con Ani, una figura de estética anime incluida en la versión actual del chatbot Grok. El avatar responde a interacciones con gestos y frases de carácter sexual. Según el Wall Street Journal, Musk participó personalmente en el diseño de Ani, revisó sus rasgos físicos y dio instrucciones sobre su comportamiento en pantalla. Algunos empleados consideraron esa implicación un motivo de preocupación, al observar cómo el magnate desviaba recursos y atención de otros proyectos de xAI hacia la creación de su avatar idealizado.
La empresa impulsó al mismo tiempo una política interna polémica. En una reunión grabada y difundida por el Wall Street Journal, la asesora legal Lily Lim explicó que los trabajadores debían ceder su imagen y su voz para entrenar modelos de IA que incluían a Ani. Se les pidió firmar un documento que otorgaba a xAI una licencia mundial y permanente para usar sus datos biométricos. Varios asistentes preguntaron por la posibilidad de rechazar esa cesión y temieron que sus rostros acabaran en vídeos falsos. Las dudas quedaron sin respuesta clara, y se mantuvo la obligación de participar en el proceso.
La vida privada del empresario alimenta las sospechas sobre su obsesión con la IA emocional
El trasfondo personal de Musk ha amplificado la polémica. Sus matrimonios fallidos, los conflictos judiciales con la artista Claire Boucher, conocida como Grimes, y el distanciamiento de su hija Vivian Wilson dibujan un patrón de relaciones complicadas. También han trascendido casos de acoso y propuestas económicas a mujeres con las que buscaba tener descendencia. Estos antecedentes contribuyen a que cualquier proyecto que mezcle inteligencia artificial y afecto adquiera un matiz inquietante en su entorno.
La reacción pública fue inmediata. Usuarios de X calificaron el vídeo de Grok Imagine como “la publicación más triste de la historia de esta web”. El escritor John Ganz escribió que “tiene sentido que el primer billonario sea el mayor perdedor de todos los tiempos”, una frase que sintetizó el tono general de las burlas. El episodio reforzó la percepción de que Musk utiliza su posición para fabricar escenarios personales bajo apariencia tecnológica.
El resultado es una figura empresarial cada vez más asociada a la extravagancia y al aislamiento emocional. Musk concentra su energía en productos que imitan vínculos humanos y proyecta sobre ellos un deseo de compañía que el dinero no ha resuelto. Algunas de sus compañías prosperan en valor de mercado, pero sus gestos públicos revelan una deriva íntima. La mujer virtual que le declara amor no es solo una demostración de lo que si IA puede hacer, sino el reflejo de una necesidad que su propio equipo observa con creciente inquietud.
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