El fósil del cocodrilo que devoraba dinosaurios ya tiene su réplica exacta tras 50 años de trabajo
El agua se abrió con un empuje brusco y una masa cubierta de escudos óseos irrumpió entre remolinos y sedimentos. Unas mandíbulas largas cerraron el paso a un dinosaurio que avanzaba por la orilla, mientras la cola barría barro y vegetación al girar el cuerpo fuera del cauce. El ataque terminó con el arrastre del botín hacia la lámina oscura, entre salpicaduras y marcas profundas en el suelo húmedo, una escena que exigía una forma concreta de documentarse y mostrarse para ser comprendida con precisión.
Ese marco se materializó en una pieza expositiva concreta. David Schwimmer, profesor de Geología en Columbus State University y especialista en grandes cocodrilianos norteamericanos, participó en la creación de la primera réplica académicamente rigurosa y montada del esqueleto de Deinosuchus schwimmeri.
El museo apostó por una pieza para explicar el ecosistema del Cretácico
El prototipo, encargado por el Tellus Science Museum, se instaló en Cartersville tras dos años de trabajo con Triebold Paleontology Inc., empresa dedicada a modelos fósiles para museos y universidades. El resultado permite observar de forma integrada la estructura ósea y la armadura dérmica del animal, con una fidelidad que aporta información útil a la investigación y a la divulgación.
El museo destacó el valor educativo de la incorporación. Hannah Eisla, directora de educación del Tellus Science Museum, explicó que cada año miles de estudiantes de Georgia y de estados vecinos visitan sus salas en excursiones escolares para conocer la historia natural de la región, y añadió que la presencia de Deinosuchus schwimmeri ayuda a describir con mayor detalle el ecosistema del Cretácico en el sureste de Estados Unidos.
Rebecca Melsheimer, coordinadora curatorial del centro, indicó que Tellus es el único museo con un molde de esta especie y subrayó que la escala de los animales de ese periodo resulta difícil de transmitir solo con cifras, de modo que la visión en vivo completa la información ofrecida.
La carrera del investigador aporta una base sólida a ese trabajo. Schwimmer lleva más de 40 años buscando y excavando restos de Deinosuchus, con hallazgos que hoy se conservan en instituciones como el Smithsonian Institution, el American Museum of Natural History y el propio Tellus Science Museum.
Creció en Nueva York a pocos metros del American Museum of Natural History y comenzó a estudiar estos reptiles tras observar un cráneo expuesto. En 2002 publicó el libro King of the Crocodylians: The Paleobiology of Deinosuchus, donde reunió dos décadas de trabajo de campo y análisis, y más tarde colaboró con museos y laboratorios universitarios como asesor científico de colecciones y montajes.
El gran reptil ocupó la cúspide alimentaria de su época
El animal recreado fue uno de los grandes depredadores de su tiempo. Deinosuchus schwimmeri habitó el este de Estados Unidos entre 83 y 76 millones de años atrás, durante el Cretácico tardío, y alcanzó longitudes cercanas a 9,45 metros. Pariente de los aligátores actuales, se alimentaba de dinosaurios y ocupaba la cúspide de la cadena trófica.La réplica instalada mide cerca de 10 metros y se elaboró a partir de escaneos tridimensionales de fósiles, un proceso que permitió rearticular con detalle la anatomía y ajustar proporciones a partir de registros dispersos.
La denominación científica de la especie llegó en 2020. Un grupo de paleontólogos describió y nombró Deinosuchus schwimmeri en un artículo publicado en el Journal of Vertebrate Paleontology en julio de ese año, como reconocimiento al trabajo continuado de Schwimmer sobre la paleontología del Cretácico tardío en el sureste y la costa este de Estados Unidos. Ese reconocimiento académico cerró un ciclo de investigación que hoy se proyecta en forma de una pieza expositiva estable, pensada para seguir aportando datos y contexto a quienes se acerquen a observarla.
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