Los lobos de Pleasant Island ya no viven del bosque, viven del mar: así se reinventaron tras extinguir a todos los ciervos
El frío golpeaba sin piedad mientras el grupo de lobos avanzaba entre la maleza baja, siguiendo un rastro que apenas se notaba en el suelo húmedo. El olor de las presas tradicionales se había vuelto escaso y cada jornada de caza se alargaba más de lo habitual, con recorridos que los llevaban hasta las franjas de costa donde el viento arrastraba olores distintos.
La estrategia de caza que había servido durante generaciones ya no ofrecía el mismo resultado y las piezas disponibles eran cada vez menos. Fue entonces cuando empezaron a explorar un nuevo frente de caza que cambiaría por completo su dieta.
En Pleasant Island, una investigación de la Universidad Estatal de Oregón y el Departamento de Pesca y Caza de Alaska documentó un cambio drástico en la alimentación de una manada establecida allí desde 2013. Gretchen Roffler, bióloga de fauna silvestre, y su equipo siguieron al grupo entre 2015 y 2021, recolectando 689 muestras de excrementos a lo largo de la costa y colocando collares GPS a varios ejemplares para conocer sus movimientos.
Los análisis revelaron que, en 2015, los ciervos Sitka componían el 75 % de su dieta y las nutrias marinas el 25 %, pero dos años después esas cifras se habían invertido de forma radical.
Las nutrias se convirtieron en la base alimenticia por la desaparición de los ciervos
El cambio no se debió a la llegada de presas más fáciles, sino a la desaparición casi total de los ciervos tras la llegada de los lobos. Los datos del estudio, publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences, muestran que para 2017 las nutrias marinas ya representaban el 57% de la alimentación del grupo, mientras que los ciervos apenas alcanzaban el 7%. Según explicó Taal Levi, coautor del trabajo, este comportamiento se consolidó con rapidez, lo que indica que los lobos desarrollaron nuevas técnicas de caza adaptadas a un entorno costero.
Los collares GPS y el examen de los lugares marcados permitieron comprobar que los lobos capturaban a las nutrias cuando descansaban en rocas descubiertas por la marea baja o en aguas poco profundas. Roffler y su equipo identificaron evidencias de 28 capturas confirmadas durante tres temporadas de trabajo de campo, observando patrones claros que demostraban que los animales no se limitaban a aprovechar restos encontrados. Levi afirmó que “los lobos están persiguiendo, matando y arrastrando a las nutrias marinas hasta la zona alta de la playa para consumirlas”.
El precedente más cercano se remonta a 1960, cuando un grupo de lobos en la isla Coronation, al sur de Glacier Bay, acabó con los ciervos locales y recurrió primero a las focas y después al canibalismo, lo que llevó a la desaparición de la manada en menos de una década. El caso de Pleasant Island ha roto esa expectativa al mostrar que un depredador terrestre puede sostenerse casi por completo con una especie marina.
La recuperación de las nutrias reaviva interacciones entre depredadores y presas
Este fenómeno se produce en un contexto de recuperación de las nutrias marinas, que fueron cazadas de forma intensiva durante los siglos XIX y XX por su piel. La reintroducción y protección legal han permitido que vuelvan a ocupar zonas donde antes habían desaparecido, lo que ha facilitado un nuevo vínculo trófico con los lobos.
Ellen Dymit, estudiante de doctorado y parte del equipo, ha documentado comportamientos similares en el Parque Nacional y Reserva Katmai, a más de mil kilómetros de Pleasant Island, donde llegó a observar a tres lobos cazando una nutria cerca de la orilla.
Los investigadores creen que la coincidencia de ambas especies en áreas costeras está reactivando interacciones ecológicas que probablemente existieron en el pasado. El trabajo abre una nueva línea de estudio sobre la capacidad de adaptación de los lobos y plantea preguntas sobre cómo estos cambios dietéticos pueden influir en el equilibrio de los ecosistemas marinos y terrestres. En cualquier caso, la imagen de un lobo arrastrando su presa marina tierra adentro ya forma parte de la nueva realidad de estas costas.
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