La presidencia frustrada de Kennedy: expertos desvelan los planes que no llegó a ejecutar

Un disparo acabó con la vida de Kennedy

Héctor Farrés

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Se detuvo el coche, alguien gritó, y durante unos segundos todo pareció quedarse congelado. El 22 de noviembre de 1963, a plena luz del día y rodeado de gente, un disparo cambió el rumbo de la historia. Aquella imagen —la comitiva presidencial en Dallas, el pánico, la confusión— ha quedado incrustada en la memoria colectiva de Estados Unidos.

En menos de un minuto, John F. Kennedy dejó de ser presidente para convertirse en una figura interrumpida. Su mandato, que no había llegado ni a los tres años, terminó con una pregunta sin resolver: ¿qué habría pasado si hubiera seguido en el poder?

Un rival desdibujado por su propio discurso radical

Mark White, profesor de Historia en Queen Mary University of London, plantea una hipótesis que se apoya tanto en datos como en el contexto político del momento. Según su análisis para History Extra, Kennedy se habría enfrentado con comodidad a Barry Goldwater en las elecciones de 1964. La ventaja, en su opinión, era clara. El historiador explica que “promediaba un 70 % de aprobación”, lo que, según recuerda, “era la cifra más alta registrada por un presidente en la historia reciente”.

John F. Kennedy tenía mucha popularidad en Estados Unidos

La figura de Goldwater generaba muchas resistencias. Era un senador republicano por Arizona que defendía ideas conservadoras con una contundencia que incomodaba a muchos votantes moderados. Apoyaba el uso táctico de armas nucleares, rechazaba la Ley de Derechos Civiles y creía en un Estado federal con competencias mínimas.

Esa combinación lo alejaba del votante medio que Kennedy había sabido atraer en 1960 y que Nixon intentaría recuperar en 1968. White detalla que “Goldwater era percibido como una figura extrema” y considera que “Kennedy no habría necesitado una campaña agresiva porque las posturas de Goldwater ya le perjudicaban”. Con ese contexto, el historiador no duda en proyectar una reelección de Kennedy. Asegura que “podemos asumir con bastante seguridad que habría sido presidente hasta enero de 1969”.

Un líder escéptico con los militares y prudente ante los conflictos internacionales

La política internacional también jugaba a su favor. Su actuación durante la crisis de los misiles de Cuba fortaleció su imagen de líder firme en un mundo en tensión nuclear. Aunque aumentó el número de asesores militares en Vietnam durante su primer mandato, White señala que su actitud fue variando con el tiempo. Observó que los altos mandos solían recomendarle opciones beligerantes y eso fue generando desconfianza. Según apunta, “se volvió cada vez más escéptico con los generales porque se dio cuenta de que siempre le ofrecían consejos muy agresivos”.

La posibilidad de que Kennedy hubiera evitado una escalada militar como la que impulsó Lyndon B. Johnson en Vietnam es, para White, más que plausible. Considera que el presidente asesinado ya tenía una reputación consolidada como gestor exterior y no necesitaba reafirmarse con decisiones militares. En su opinión, “habría sido mucho más capaz que Johnson de rechazar ese tipo de consejos”.

Estados Unidos hubiera tenido otro destino, según los expertos

En cuanto a la política interna, la línea habría sido más gradual. Aunque White cree que Kennedy sí habría aprobado leyes en materia de derechos civiles, también cree que su visión del cambio social era menos ambiciosa que la de Johnson. La propuesta que presentó para acabar con la segregación en el sur marcaba una intención, pero sin llegar al nivel de transformación que supuso la llamada Gran Sociedad, impulsada por su sucesor. White sostiene que “tenía una idea menos radical sobre la reforma doméstica que Lyndon Johnson”.

Lo que no ocurrió sigue influyendo en la política de Estados Unidos

El impacto de una hipotética segunda legislatura de Kennedy va más allá del corto plazo. Algunos expertos, como White, creen que podría haber alargado el predominio del liberalismo nacido en la era Roosevelt, que empezaba a mostrar fisuras en los años 70. La candidatura de Goldwater, aunque fallida, sirvió de impulso para la reconfiguración de la derecha estadounidense, con Nixon primero y Reagan después. Ese giro marcó un cambio profundo en la política del país.

John F. Kennedy no terminó su mandato ni fue derrotado en las urnas. Su historia se interrumpió de forma abrupta por un disparo, dejando abierta la posibilidad de una trayectoria que, según White, pudo haber sido muy distinta.

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