Cuatro destinos infalibles para huir del calor este verano

Las islas Lofoten, en Noruega.

Roberto Ruiz

El verano ha empezado con fuerza. Las temperaturas están apretando sin contemplaciones y, si eres de los que lo pasan mal cuando sube el mercurio, es momento de coger el mapa, echar un vistazo a las actuales restricciones sanitarias internacionales y buscar un destino donde sea necesario abrigarse un poquito. Que la playa y la montaña están bien, pero si incluso así sientes que no tienes escapatoria, aquí tienes cuatro destinos en los que huir de las altas temperaturas veraniegas. 

Cuando hablamos de destinos internacionales no es tan fácil encontrar países en los que no encontremos restricciones de entrada, la pandemia sigue estando muy presente y es necesario continuar siendo muy precavidos. Por eso hemos elegido cuatro lugares que, a día de hoy, sí permiten la entrada a extranjeros. Algunos piden una PCR negativa, otros un certificado de vacunación válido o haber pasado la Covid en los últimos seis meses. Pero ninguno de ellos exige cumplir una cuarentena a nuestra llegada. Así que si ya te has hartado de pasar calor, y cumples con los requisitos sanitarios necesarios, puedes ir metiendo un forrito polar en la maleta que nos vamos de viaje.

Las Islas Lofoten, en el norte de Noruega

Noruega siempre es un gran plan, sobre todo si buscas temperaturas frescas en verano. Los fiordos son una apuesta segura, entre Bergen, Stavanger y sus alrededores tendrías más que suficiente para hacer un viaje plagado de naturaleza entre montañas, lagos y cascadas. Pero si quieres optar por algo más original, más lejano y menos conocido, te proponemos que vayas hasta las islas Lofoten, en el norte de Noruega, una vez ya cruzado el Círculo Polar Ártico. Las Lofoten son un destino fantástico para ver auroras boreales en invierno, pero en verano las horas de luz son interminables y lucen preciosas bajo el sol. 

Para recorrerlas lo más recomendable es alquilar allí tu propio vehículo, así podrás llegar hasta cada uno de sus rincones. Vas a moverte entre casas de colores, iglesias de madera y pueblos de pescadores. Algunos de ellos son de auténtica postal, como Hamnoy y Reine, aunque aquí todos tienen su encanto. Las Lofoten es un buen lugar para ver cómo se sigue secando el bacalao de forma tradicional. Svolvær es la capital y su localidad más grande, aunque lo mejor es perderse entre sus pueblecitos. Hay playas y muchas actividades al aire libre, como senderismo o excursiones en kayak. A día de hoy en Noruega no es necesario hacer cuarentena si se tiene un certificado de vacunación o si se puede demostrar haber pasado la Covid en los últimos seis meses. 

Los Alpes, por Italia, Suiza y Francia

Esta es una propuesta de viaje infalible. Una ruta en la que recorrer los puertos de los Alpes en busca del frescor de las cumbres. La puedes hacer en tu propio vehículo y el plan que te proponemos es el siguiente. Todo puede comenzar en Barcelona desde donde cogerás un ferry a Livorno, en Italia, y desde ahí podrás ir hacia el norte hasta llegar al lago de Como. Desde ese momento te adentrarás en las montañas y comenzarás a unir pasos de montaña que te llevarán por Berbina Pass, Forcola di Livigno, el Passo Foscano y el Passo dello Stelvio en Italia. Después cruzarás a Suiza y continuarás por el Ofenpass, el Albulapass, Chur, el Oberalpass, el Sustenpass, el Grinselpass, el Furkapass, San Gotardo, el Nufenenpass, Martigny y cruzarás de nuevo a Italia por el puerto del Gran San Bernardo. Poco después entrarás a Francia por el Pequeño San Bernardo y continuarás por el Col de l'iseran, el Col Mont Cenis y terminarás en Mont Ventoux, para desde allí poner rumbo a casa. Te garantizamos que los paisajes de esta ruta se quedan en la memoria para el resto de tu vida. Y además el clima siempre es fresco, incluso en verano.

Irlanda, de punta a punta

Irlanda tiene previsto que este verano se pueda visitar el país sin necesidad de cumplir una cuarentena si se cumple con alguno de estos tres requisitos: pauta completa de vacunación, certificado médico de recuperación de Covid en los últimos seis meses o PCR negativa en las 72 horas previas a la llegada. Si cumples con alguno de ellos, estás de enhorabuena, porque Irlanda es un éxito asegurado. Podrás conocer Belfast, la capital de Irlanda del Norte, y la famosa Calzada de los Gigantes, un singular paisaje formado por más de 40.000 columnas de basalto originadas por el rápido enfriamiento de la lava.

No deberías saltarte tampoco la majestuosa Abadía de Kylemore, junto al lago de su mismo nombre, o los acantilados de Moher, que por su impactante aspecto frente al mar son sin duda una de las visitas imprescindibles del país. Irlanda también es tierra de castillos, como el de Blarney, y de paisajes verdes, como los de Glen Gesh Pass. Pero como podrás imaginar, ningún viaje a Irlanda está completo si no dedicamos unos días a Dublín, la capital de la República. Una ciudad donde visitar la Cárcel de Kilmainham, la Trinity College, la Fábrica Guinness, la Catedral de San Patricio, la Catedral Christ Church o el Temple Bar mientras paseamos por sus calles y sus cafés.

Estocolmo, posiblemente la capital más bonita de toda Escandinavia

Actualmente Suecia no pone problemas a los viajeros que puedan acreditar un certificado de vacunación, una prueba PCR negativa o un certificado que confirme la recuperación de la Covid, por lo que si cumples con alguno de estos requisitos Estocolmo te espera con los brazos abiertos. La capital sueca es una de las ciudades más bonitas de toda Escandinavia, si no la que más. Se ubica sobre un archipiélago y sus islas las bañan las frías aguas de los mares del norte, por lo que los barcos y los puentes están allá donde mires. Es una ciudad cosmopolita y conserva bien sus encantos más auténticos como podrás comprobar en Gamla Stan, su centro histórico, entre calles adoquinadas y casas de colores. El Palacio Real es también uno de los lugares más famosos de la ciudad, pues es la residencia oficial de la monarquía sueca.

La iglesia Riddarholmen, con origen en el siglo XIII y llamativa por su ladrillo rojo, y la catedral de San Nicolás, conocida como Storkyrkan, son los dos edificios religiosos más importantes de la ciudad. El Ayuntamiento también merece una visita, aunque sea para subir a su torre y conseguir desde allí arriba las mejores vistas sobre el centro histórico de Estocolmo. Darse un paseo en barco es imprescindible y, aunque sea verano, no está de más llevarse algo de abrigo porque las temperaturas bajan rápidamente. Además, ya que estás aquí, merece la pena coger el tren y acercarse a conocer la ciudad de Uppsala, famosa por su vida estudiantil y su universidad fundada en el siglo XV. 

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