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Cambio de sexo para menores transexuales sin permiso de los padres: una propuesta que no existe para una ley que tampoco existe

Posado en el Parlamento de Andalucía con los colectivos LGTBI.

Olga Granado

El enfrentamiento en el Parlamento de Andalucía entre el PSOE-A y toda la oposición tras haberse aprobado la toma en consideración de la proposición de ley contra la LGTBIfobia presentada por Podemos ha continuado este jueves y ha incendiado las redes sociales después de que estos últimos insistan en que dicho texto prevé el cambio de sexo para menores desde los 16 años sin permiso paterno.

Había sido el elemento usado desde hacía días para intentar disuadir al PP-A y a sus socios de investidura de C's de votar a favor, después de haber visto como Podemos se le adelantaba en la presentación de la proposición de ley en un tema bandera para los socialistas, pero no ha funcionado sencillamente porque no está en el texto.

Pese a ello, ha continuado este jueves la polémica sobre una premisa falsa, tanto en la sesión de control como en las redes sociales, donde Podemos ha explotado de lleno haber conseguido que su propuesta comience la tramitación. Incluso su secretario general, Pablo Iglesias, ha hecho referencia a ello felicitando a “la comunidad LGTBI y a Podemos en Andalucía”.

En la sesión de control, cuando ha sido el turno de la pregunta de la portavoz de Podemos, Teresa Rodríguez, a la presidenta, Susana Díaz, ha aprovechado para afearles a los socialistas que digan “cosas sobre la ley que no están en el texto”. Y le parece mal no ya por su grupo “sino por las familias de los menores transexuales que están leyendo en grandes titulares que se plantea en esa ley que se produzca una reasignación quirúrgica de género sin consentimiento de los padres”.

Sin embargo, en su posterior cara a cara con el líder del PP-A, Juan Manuel Moreno, Susana Díaz ha abundado en el tema y le ha reprochado que se valiera de la “pinza” con Podemos y abandonara “sus propios principios para que el PSOE-A perdiera una votación” en alusión a que los populares respaldaban un texto para cambio de sexo a menores sin consentimiento paterno cuando modificaron la Ley del Aborto de José Luis Rodríguez Zapatero para que precisamente no pudieran hacerlo las embarazadas.

Mientras, la diputada del PP-A encargada de defender la tarde antes el posicionamiento de su grupo, Esperanza Oña, iniciaba por su parte una guerra en las redes sociales, comenzando por los medios de comunicación que en sus titulares habían picado en la trampa del PSOE-A con titulares sobre el cambio de sexo.

También el vicesecretario de Coordinación Política del PP-A, Toni Martín, ha criticado “la campaña de desinformación” que entiende que han iniciado los socialistas para “intoxicar a opinión pública”. En su perfil en redes sociales ha aclarado que el PP-A “en ningún caso ha autorizado ni autorizará las operaciones de cambio de sexo a menores” y que “ni lo contempla la ley actual ni lo plantean las proposiciones de ley presentadas” por el PSOE-A y Podemos. “Es un bulo del PSOE-A”, ha avisado, para agregar que las enmiendas de su formación “serán numerosas e importantes”.

El pulso salpica a los colectivos LGTBI

El otro frente abierto está en quién había contado con los colectivos LGTBI y quién no. Los socialistas han defendido que sí han contado con ellos y frente a las “mentiras” de Podemos. Es más, la diputada del PSOE-A que defendió la proposición de ley de este grupo, Soledad Pérez, le ha hecho referencia a las filas de Podemos de la “carta” de estas plataformas “que ustedes han recibido y donde se aclara su participación”.

El problema es que Podemos ha conseguido la complicidad de los más representativos. De hecho, mientras los socialistas pedían a los grupos que no respaldaran el texto de de Podemos por su “inseguridad jurídica”, los de Teresa Rodríguez tiraban las asociaciones. Los representantes de la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA), Mar Cambrollé, y de la Asociación Arcoiris, Gonzalo de las Heras, confirmaban que habían “elaborado” la propuesta de Podemos, para la que pedían el voto, mientras la propuesta del PSOE-A es “obsoleta y excluyente”.

En este contexto conviene saber tres cosas:

Primero: no se ha aprobado ninguna ley, sólo la toma en consideración -inicio de la tramitación en la que experimentará todas las modificaciones que se pacten- de dos proposiciones de ley, la de Podemos y la del PSOE-A, porque no fueron capaces de llegar a un entendimiento y presentar la misma. Las dos tenían el visto bueno del Consejo de Gobierno a su toma en consideración, lo que para una de Podemos era insólito tras ocho intentos.

Segundo: en el texto de Podemos no se recoge la polémica posibilidad a la que aluden los socialistas [se puede consultar íntegro en este enlace], sino que los menores tendrán derecho a “recibir tratamiento para el bloqueo hormonal al inicio de la pubertad” para “evitar el desarrollo de caracteres sexuales secundarios no deseados. Y que y que, si se niegan sus padres o tutores, ”el personal sanitario atenderá al interés superior del menor a su salud en sentido amplio, entre tanto no reciban orden judicial en contra“. Habla de ”tratamiento hormonal“, una práctica legal en Andalucía y que no conduce a un cambio de sexo porque es reversible.

Tercero: el del PSOE-A no recoge nada de esto, pero se remite a la Ley de Transexualidad aprobada en 2014 [texto íntegro en este enlace], que en el caso de los menores prevé que “tienen pleno derecho a recibir la atención sanitaria necesaria para garantizar el desarrollo equilibrado y saludable de su identidad de género, con especial atención en la etapa de la pubertad, de conformidad con las recomendaciones médicas internacionales en materia de transexualidad”. Esta ley está siendo desarrollada mediante instrucciones a los centros del Servicio Andaluz de Salud (SAS) que incluye “a los mayores de 14 años” y que entraron en vigor el 26 de febrero de 2015. Y también a los menores de 14 años, en marzo de 2016.

En definitiva, con un contenido tan parecido de las dos propuestas [principales diferencias en este enlace] y la voluntad unánime de los diputados de todos los partidos por sacar adelante garantías de lucha contra la LGTBIfobia, ha habido más interés en ver quién tira más de la bandera arcoiris a riesgo de dejarla hecha jirones.

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