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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Pedro Sánchez y Susana Díaz se dan otra oportunidad

Pedro y Díaz

Olga Granado

La escenificación este martes de una reconciliación entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, que se han reunido por primera vez desde que disputaron el liderazgo del PSOE, responde a la necesidad de pragmatismo de los dos de cara a trabajar por objetivos electorales evidentes. Se produce en un contexto en el que han dejado de verse como amenazas para garantizarse sus parcelas de poder y sus posibilidades electorales. Este entente cordial se produce en un marco en el que quieren aprovechar la debilidad una derecha inéditamente dividida por la tensión PP-C's y el descenso en las encuestas de Podemos e IU. Sus objetivos son sus correspondientes citas con las urnas.

Desde el “todos remamos en la misma dirección” del secretario general del PSOE a la garantía de estar “la primera para lo que haga falta” de la presidenta de la Junta de Andalucía, son frases que han servido para evidenciar que son conscientes de la necesidad de enterrar el hacha de guerra para que el foco deje de ponerse en la división entre los socialistas cuando queda en torno a un año para que haya comicios. “El examen de verdad vendrá con las urnas”, comentaba un veterano socialistas tras este encuentro, convencido de que Pedro Sánchez se ha ganado esta segunda oportunidad porque lo han querido los militantes y habrá que esperar a ver cómo la gestiona. Será entonces cuando se vea qué modelo de partido es el que convence más, si bien este martes Pedro Sánchez ha evitado incidir en si él está a la izquierda del PSOE en una división que tanto molesta a los susanistas.

Es en cualquier caso un deshielo a baja temperatura. Susana Díaz ha estado en la conferencia que Pedro Sánchez ha pronunciado en el marco del Foro Joly, pero no se ha encargado de su presentación, sino que lo ha hecho la periodista Pilar del Río, por lo que no ha tenido que implicarse más de lo deseado en ese reconocimiento hacia la figura de su compañero. Como también ha ironizado cuando la prensa ha querido saber si ha llegado el deshielo a sus relaciones -“eso para Frozen”- o si ya no están las espadas en alto: “¿En serio me pregunta eso?”.

No lo ha acompañado por la tarde en la asamblea abierta a la ciudadanía -la segunda en Andalucía- que ha protagonizado el líder dentro de su gira por todo el país con este tipo de encuentro de claro corte de precampaña, pero sí lo ha hecho la secretaria general del PSOE de Sevilla y mujer fuerte de Susana Díaz, Verónica Pérez, y el alcalde de la ciudad, Juan Espadas.

Es más, han mantenido un encuentro previo a la conferencia, de unos 20 minutos, y luego han posado para las cámaras, pero sin aparentar una química ni alardear de una complicidad que no tienen ni persiguen, para después continuar cada uno con su agenda por la ciudad.

Incluso entre los pedristas, con presencia tanto de sus pocos referentes en Andalucía como de buena parte de la ejecutiva federal en Sevilla, no ha gustado del todo el formato, especialmente porque las preguntas durante el coloquio del foro han estado demasiado centradas en la pugna entre los dos o en poner a Pedro Sánchez frente a sus propias contradicciones, como la cuestión de la plurinacionalidad o si Andalucía es o no nación. Cuestiones de las que, sin embargo, esta vez ha salido bastante airoso porque ha exhibido una estudiada relajación que otras veces se ha echado en falta.

Las relaciones “están normalizadas”, en palabras de Pedro Sánchez, quien no ha ocultado que el PSOE de Andalucía “es una federación importante para el interés político y electoral de la organización”. Para Susana Díaz, además, tras las primarias provinciales y locales ha quedado en evidencia que su poder orgánico en Andalucía sigue intacto, con victorias muy puntuales y poco significativas de los pedristas, de manera que prefiere aprovechar la fuerza de la unidad y alejar cualquier imagen de que ella está pensado en otras cosas que no sea la comunidad autónoma y revalidarse en las elecciones autonómicas. Las encuestas le son favorables y por eso presumen en su entorno incluso de que la pugna en su partido no le ha pasado factura, si bien hay quien en el PSOE recuerda que pesa más la debilidad de la oposición en la comunidad autónoma.

En este sentido, si hace unos meses se hablaba del riesgo que corría de ser la responsable de acabar con cuatro décadas de hegemonía de los socialistas en el sur, y había quien incluso veía motivado por esto su afán por saltar a Ferraz, ese fantasma parece haberse alejado. Por su parte, Pedro Sánchez aprovecha el segundo plano en el que se encuentra ella a la hora de abordar los temas nacionales, donde Susana Díaz ya no es la figura a la que todos miraban para estas valoraciones, pero a la que él no tiene inconveniente en mandarle guiños alabando sus políticas e incluso usándolas de inspiración y ejemplo para su programa electoral en esta su nueva oportunidad.

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