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El ladrillo acaba con un póker de hoteles de lujo en la Costa del Sol

Las habitaciones del Byblos alojaron a personajes como la princesa Diana de Gales o a los Rolling Stones.

Álvaro López Millán

Málaga —

Mijas Golf Internacional es un lujoso complejo situado en el corazón de la Costa del Sol. Enormes viviendas, coches de alta gama, calles muy cuidadas y un campo de golf donde jubilados del norte de Europa practican su deporte favorito en pantalón corto pese a que el calendario sitúe el invierno en España. Casi todo es ajeno a una crisis económica que pega mordiscos día tras día, aunque aquí apenas hay evidencias de ello.

Sin embargo Mijas Golf Internacional tiene una pieza que no encaja en el puzzle. En el centro del complejo se levanta el Hotel Byblos –bautizado en su última etapa como Gran Hotel Guadalpyn Byblos-. En su día fue una de las señas de identidad del turismo de lujo en la Costa del Sol, pero el fin de boom inmobiliario también lo ha dejado sin vida.boom Sus penúltimos propietarios, la inmobiliaria y promotora AIFOS, hoy en concurso de acreedores e implicada en el ‘Caso Malaya’, lo cerró en 2010 ante la imposibilidad de afrontar las obras de remodelación. Después de 25 años de historia, en los que las habitaciones del Byblos alojaron a personajes como la princesa Diana de Gales o a los Rolling Stones, el gran hotel cerraba sus puertas.

La historia del Byblos es casi idéntica a la de los otros tres hoteles de lujo que han cerrado desde 2010 en la Costa del Sol y que se han dejado por el camino unos 1.000 puestos de trabajo directos. El perjuicio, además de para el empleo, es para los propios turistas. En los últimos 15 meses, según datos de la Junta de Andalucía, han visto como se han reducido un 27% las plazas de hoteles de cinco estrellas, quedando abiertos 12 establecimientos de esta categoría y otros nueve de gran lujo, algunos de los cuales también tienen un futuro repleto de incertidumbre. Las imágenes de los alrededores del Byblos hablan por sí mismas de su abandono:

Junto al Byblos, la lista la completan Las Dunas -autopromocionado en su momento como “el hotel más caro de España”- y el Incosol en Estepona, y el Guadalpín de Marbella. En todos los casos hubo un denominador común: sus últimos gestores no estaban relacionados con el turismo y no fueron capaces de hacer rentables unos hoteles que hasta entonces habían dado buenos resultados.

Pero ahora esos hoteles los destruye el paso del tiempo y los actos vandálicos mientras la memoria poco a poco los va olvidando. El Byblos es, de momento, el que más suerte ha corrido de este póker de hoteles de lujo. Sus nuevos propietarios, la firma AMSprop, han iniciado la rehabilitación del inmueble y sus zonas anexas con la intención de reabrirlo. Sin embargo, nada volverá a ser lo mismo, al menos para sus ex trabajadores. De los 114 empleados que tenía en plantilla cuando cerró en mayo de 2010, en principio ninguno volverá a formar parte del proyecto.

56 años y en paro

José García era miembro de su comité de empresa. A sus 56 años se vio en la calle después de 24 años trabajando de masajista en el centro de talasoterapia del hotel, uno de los más avanzados del sur de España. “Ahora son cuatro paredes mal puestas, me da mucha pena ver el hotel así”, recuerda triste durante su última visita, días atrás, a lo que queda del Byblos. Como él, la mayor parte de la plantilla tiene muy difícil encontrar trabajo por cuestiones de edad. José recuerda con añoranza cómo el hotel era de los más codiciados por los clientes en la Costa del Sol. “Era rentable, sólo había que explotarlo y trabajarlo intensamente”, sentencia este ex trabajador que ahora queda a expensas de la ayuda para desempleados mayores de 55 años hasta que cumpla la edad de jubilación.

En la rentabilidad de los cuatro grandes hoteles de lujo que han cerrado en la Costa del Sol coinciden tanto empresarios como sindicatos. El presidente de la Asociación de Hosteleros de la Costa (AEHCOS), José Carlos Escribano, asegura que las empresas que liquidaron estos grandes establecimientos “tenían poco ADN turístico” y explica que entraron en este tipo de negocios “buscando sectores refugio externos a su actividad”, o lo que es lo mismo, al mercado inmobiliario.

La secretaria provincial de Hostelería y Turismo de Comisiones Obreras, Lola Villalba, va en la misma línea. La responsable sectorial de CCOO subraya que este tipo de hoteles “necesitaban un buen paragüas comercial, que sólo ofrecían las grandes cadenas”. En este sentido recuerda que con la crisis, al no saber gestionar estas empresas, “se han dejado de pagar servicios, de mantener los hoteles, hasta que al final los han terminado cerrando”.

Muchos nombres en rojo

Guadalpín, Byblos, Las Dunas e Incosol son la cúspide de una pirámide que se desmorona. En estos cuatro nombres no está el hotel Los Monteros de Marbella porque a última hora, y tras 13 meses de cierre, se salvó tras la compra de la propiedad por parte de dos empresas, New Monteros S.L. y Monterotel S.L, quienes se comprometieron a mantener toda la plantilla del establecimiento. No obstante, si le acompañan otros hoteles de menor categoría, pero también muy importantes para el tejido turístico de la Costa del Sol.

AGH Estepona, La Quinta Golf, Novotel, la cadena Summa Hoteles o Las Palomas de Torremolinos también forma parte de este listado. Algunos ya están liquidados. Otros tienen un futuro oscuro y lleno de una incertidumbre que, a tenor de los resultados económicos que aporta el turismo a una provincia como la de Málaga, no debería de existir.

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