España es un país con un presente laboral muy oscuro para los jóvenes. Sin embargo hay historias que suponen aires de esperanza en medio de un ambiente económico sumamente pesimista. Una de esas historias es la de Pedro Miguel Torres y su socio Antonio Monsó con la empresa Caduceus Software Sanitario. La idea surgió cuando ambos eran estudiantes de Telecomunicaciones de la Universidad de Málaga. Entonces, el proyecto estaba liderado por cinco compañeros que, antes de encontrarse con la realidad del mundo laboral, ya buscaban ideas para emprender su propia iniciativa empresarial.
Y en ese entorno, y con el consejo de un entorno familiar muy relacionado con el sector médico, surgió Caduceus Software Sanitario. Primero con uno de los accésit del Premio Spin Off de la UMA, después con más de dos años en la incubadora del Centro Apoyo al Desarrollo Empresarial de la Junta de Andalucía (CADE) y en medio, con distintos reconocimientos que recibieron ya cuando el proyecto empresarial se había convertido en una realidad. Ahora, Caduceus Software Sanitario está dirigida por dos de los cinco amigos que iniciaron esta aventura en tiempos universitarios y desarrollan su actividad en otra incubadora, la de Promálaga, dependiente del Ayuntamiento.
Caduceus Software Sanitario surge, como lo hacen las grandes ideas empresariales, aprovechando una de las muchas necesidades del mercado que en este caso sus creadores supieron detectar: software específico para determinados segmentos del ámbito sanitario. Los promotores de esta empresa aprovecharon desde el principio ese concepto norteamericano que hace triunfar a muchos en el mundo de los negocios y que no es otro que el long tail, es decir, el ocupar el espacio de un mercado reducido pero que requiere de productos muy específicos para poder satisfacer esa demanda.
En su oficina de Promálaga I+D, Pedro Miguel Torres explica que su clave es “hacer herramientas que ayudan a los médicos en su trabajo diario”. Para ello centran parte de sus esfuerzos en cuestiones relacionadas con radiología y con la integración de sistemas, permitiendo que determinados artefactos como glucómetros registren directamente en el historial de los pacientes los datos que obtienen, facilitando de esta forma la labor del profesional sanitario.
Pero para llegar hasta aquí han tenido que superar varios obstáculos. Algunos de ellos como los de sumergirse en un mundo, el del marketing, la economía y sobre todo el sanitario, que poco o nada tiene que ver con la Ingeniería de Telecomunicaciones. En el capítulo económico, varios premios que han obtenido le han permitido recibir nociones básicas para el día a día de la empresa. Sin embargo, la ayuda de un asesor fiscal y el master MBA Executive que están a punto de terminar les está permitiendo conocer en todo momento en el punto empresarial en el que se encuentran en un país donde es muy difícil poner en marcha un negocio.
Caduceus Software Sanitario se mueve en un entorno de auténticos gigantes empresariales del sector sanitario. “Cuando nos presentamos las empresas nos decían que eramos muy pequeños para trabajar con ellos, una vez que iniciamos la relación profesional nuestros clientes son fieles, esta es nuestra mejor carta de presentación” explica Miguel Pedro Torres, quien señala que más que de marketing, ellos tienen que hacer “una importante labor de comunicación para explicar nuestros productos a quien realmente les puede interesar”.
El futuro para ellos es prometedor ya que como buenos emprendedores no dejan de pensar en nuevos proyectos. El próximo ya está en marcha, y no es otro que poner en funcionamiento, en colaboración con otra empresa, un programa que permitirá advertir en las farmacias de los hospitales de los riesgos que conlleva el suministro de los distintos medicamentos.
Sobre este blog
En Andalucía, en la última década, se ha producido un incremento sin precedentes en la tasa de creación de empresas, que ha sido apoyado por las iniciativas adoptadas por los distintos poderes públicos y privados. Y detrás de cada empresa creada, hay una historia, esfuerzo, ilusión y mucho sacrificio. Lo que nosotros llamamos ADN emprendedor.
