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Un mes de Acampada Dignidad: un colegio cerrado convertido en centro social activo

Aspecto del aula remozada convertida en biblioteca.

Carmen Reina

Este lunes se cumplió un mes de vida de la Acampada

Dignidad, que el pasado 4 de octubre ocupó el colegio Rey Heredia de Córdoba

con el objetivo de recuperarlo como espacio para los colectivos sociales y

vecinales de la ciudad. Y como ejemplo del trabajo realizado a lo largo de este

mes, medio centenar de personas participaron de su 'Cocina Abierta', que es como han

querido denominar a la puesta en marcha de la actividad de la cocina y el

comedor social en el colegio. Alli, quien lo necesite, podrá acudir a preparar su

comida con alimentos donados, comer allí o llevárselo a casa y colaborar

después en las labores de limpieza de las estancias.

Ese fue uno de los retos que se marcaron los integrantes de

la Acampada Dignidad cuando, hace un mes, unas doscientas personas ocuparan el colegio

, cerrado y abandonado desde 2011. Comenzaba así con esa acción

una tarea que hoy muestran públicamente con “orgullo” para demostrar que “se

puede ofrecer un revulsivo a la sociedad, que los ciudadanos se pueden

empoderar y plantar cara, volverse rebelde ante la situación que vivimos“,

explica el portavoz de colectivo, Rafael Juan.

Biblioteca, ludoteca, aulas y cocina abierta

Biblioteca, ludoteca, aulas y cocina abierta

“Hemos conseguido

nuestro objetivo que era montar el Centro Social Rey Heredia como una red de

solidaridad y apoyo mutuo para revertir la situación social actual“, añade al

explicar pormenorizadamente las decenas

de actividades que en este mes han llevado a cabo en el colegio, remozado y

pintado por los activistas y voluntarios del barrio.

Así, las antiguas aulas del colegio se han convertido en una

biblioteca, una ludoteca y salas de reuniones y asambleas de colectivos. Lo que

fue la sala de profesores del centro es ahora el aula donde se dan clases de

apoyo, para menores y adultos, clases de idiomas y de música.

Y el patio,

convertido en un espacio lleno de basura y vidrios cuando los activistas

entraron hace un mes, hoy es el núcleo de los juegos de los niños del barrio

que acuden a las clases y también de las proyecciones de cine que se realizan

s emanalmente.

Solidaridad de comercios, colectivos y vecinos

Solidaridad de comercios, colectivos y vecinos

Todo ese trabajo es posible “gracias a la solidaridad” de

los propios activistas, de colectivos sociales y de personas a título

individual que se han querido sumar al proyecto. Así, un grupo de 25 profesores

son los encargados de impartir las clases de apoyo; profesionales de oficios de

albañilería, fontanería o electricidad han trabajado en remozar y pintar todas

las estancias; y un grupo de trabajadores sociales presta su apoyo cada semana

en un punto de información para quienes acuden hasta el Centro Social Rey

Heredia con problemas sociofamiliares y laborales.

Igualmente, los comercios de la zona vienen donando

alimentos frescos y también perecederos durante todo este mes, algo que ha

hecho posible la puesta en marcha de la 'Cocina Abierta' y que se vayan a

proporcionar alimentos a quienes acuden hasta el colegio, incluidos los niños

que antes o después de las clases de apoyo reciben una merienda de lácteos y

fruta.

“Quien viene a recibir ayuda porque la necesita también se

implica luego en colaborar en distintas actividades del colegio“, explica

Rafael Juan para dar a conocer el concepto de solidaridad en el que se basa la acción de la

Acampada Dignidad.

Los estudiantes también han participado en este mes de la

nueva vida del colegio Rey Heredia. Junto a ellos, los activistas se

manifestaron en la pasada huelga de Educación y ofrecieron una charla sobre la

LOMCE. Además, alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras han dado algunas de

sus clases en este centro y los estudiantes de Arte Dramático, cuya escuela

cierra por las tardes por falta de bedel, acuden a ensayar en las aulas que les

proporciona la acampada.

Y por supuesto, los vecinos del distrito Sur de Córdoba han

sido los primeros implicados en las acciones. Para muestra, un botón: el

Ayuntamiento cortó el suministro de agua al colegio y unas 70 personas hicieron

una cadena humana para trasladar bidones y cubos con agua de una fuente cercana

al centro.

Futuro: seguir en el colegio y ampliar actividades

Futuro: seguir en el colegio y ampliar actividades

Así las cosas, la Acampada Dignidad mira al futuro para

seguir su tarea y tiene claro su reto: “De aquí no nos vamos. Si vienen a echarnos nos echarán, pero creemos que sería complicado

justificar ante la ciudadanía esa acción una vez vista la cantidad de cosas que

estamos haciendo por el barrio y por la ciudad“, argumentan señalando al

Ayuntamiento, quien les dio un ultimátum de 24 horas para desalojar

voluntariamente el colegio y les cortó los suministros.

De hecho, los integrantes de la Acampada Dignidad ya tienen

trabajo previsto para las próximas semanas. Uno de los objetivos es crear un

huerto urbano en alguno de los terrenos que ya tienen localizados en la ciudad;

otro de los retos es crear un Banco de Recursos donde profesionales de la

albañilería, fontanería, electricidad, etc puedan hacer pequeños arreglos a

quienes no puedan permitírselos y estén necesitados de ellos, facilitando el modo de pago por una módica

cuantía.

De momento, en esta semana, con la Cocina Abierta ya en funcionaiento, las clases de apoyo en marcha y la rutina del resto de actividades, preparan también unas jornadas para los

colectivos del distrito Sur y la participación en la manifestación contra el

paro y los recortes prevista para este viernes en Córdoba. El ritmo de trabajo ni los ánimos decaen en el recién bautizado Centro Social Rey Heredia.

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